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La doctora Stella Maris Huertas es médica veterinaria, con un máster en Salud Animal. Es docente grado tres de Facultad de Veterinaria, donde integra el departamento de Salud Pública, y está a cargo de bienestar animal en animales de producción.
Junto a un grupo de profesionales también trabaja en certificación y capacitación, con base en la norma UNIT-ISO/IEC 34700:2016 de Bienestar Animal y en los protocolos europeos Welfare Quality.
Destacó que el año 2021 fue el primero que incluyó el bienestar animal en la currícula de Veterinaria, a través del nuevo plan de estudios.
Hasta el año pasado no existía bienestar animal como materia curricular en la carrera, se ofrecía como curso optativo para estudiantes y como cursos de educación permanente para profesionales veterinarios ya recibidos.
¿Cómo ha sido la evolución del bienestar animal en Uruguay?
Desde sus inicios fue un tema importante. Empecé a trabajar en esto en 1999, cuando prácticamente nadie hablaba de bienestar animal en Uruguay. Ganamos un proyecto del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), porque nos preocupaba la cantidad de hematomas en las canales, cuando todo el mundo decía que era normal. Pero no podía ser normal.
Así empezamos a trabajar para buscar las causas de esos machucones, y comenzamos a relevar los camiones que transportaban el ganado, cómo se cargaban, cómo se descargaban, cómo eran tratados esos animales en la planta de faena, dónde se encontraban los machucones, qué profundidad tenían y cuánto significaban esas pérdidas en dinero.
Ese proyecto del grupo de Facultad de Veterinaria que lideré finalizó en el año 2004, y esos hallazgos marcaron un antes y un después.
Luego, INIA, el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y la Universidad del Estado de Colorado (Estados Unidos), realizaron auditorías de calidad de carne, con resultados bien conocidos. Eso fue importante, porque demostró a toda la cadena, a los productores y a todos los eslabones, que se estaba perdiendo mucho dinero, además de ocasionar un gran sufrimiento a los animales.
Tanto fue el impacto, que todos los actores de la cadena, autoridades e instituciones iniciaron un proceso de capacitación y difusión de las buenas prácticas ganaderas. Esto fue liderado por Facultad de Veterinaria, pero también participaron INIA, INAC, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Asociación Rural del Uruguay.
Y luego las auditorías de INIA mostraron un descenso importante en los machucones en las carcasas, lo que significó una disminución de las pérdidas por machucones que provocaba el mal manejo, que pasaron de US$ 32,50 por animal en 2004 a prácticamente la mitad.
¿Y cómo se logró esa mejora?
Nos basamos en las buenas prácticas, en trabajar con los animales de manera tranquila, utilizando banderas, sin cargar mucho las mangas y los corrales, trabajar sin perros en los corrales. No aceptamos a los perros en los corrales, de repente pueden ayudar a sacar los animales de los montes o trabajar en los campos, pero no en los corrales. Los perros significan un gran estrés para el ganado, sobre todo cuando están en los corrales.
¿Qué marcan los últimos datos de evaluación de hematomas en las canales?
Las últimas auditorías de INAC, de INIA y trabajos de investigación en el marco de tesis de grado y posgrado que hemos realizado en la Facultad de Veterinaria, indican un nuevo aumento en los machucones. Eso nos deja bastante preocupados, e indica que hay que continuar capacitando y difundiendo las buenas prácticas en el manejo del ganado.
La gente se va olvidando de usar la bandera, la empieza a usar como picana o directamente la tira y agarra un palo o incluso un palo con un clavo. Todo eso nos preocupa; y por supuesto que las pérdidas económicas también aumentaron.
Pero es de destacar que no volvimos a encontrar machucones de grado tres, que son los más profundos, que llegan hasta el hueso o incluso lo fracturan. Esto demuestra que hay más conciencia en el tratamiento de los animales.
Aunque sí hay machucones superficiales, porque la gente pierde la paciencia, se olvida de las premisas en las que tanto insistimos. Este es un tema de mejora continua. Hay que insistir en estos conceptos, para que la gente continúe trabajando bien.
¿Cómo es la adopción de instalaciones ganaderas adaptadas al bienestar animal?
Han mejorado desde las primeras visitas de Temple Grandin a Uruguay. Esta mujer estadounidense, autista, que es la madre del bienestar animal, fue quien diseñó estos corrales, en función de su sensibilidad y por su experiencia con los animales en la granja de su familia.
Hay una película que se llama Temple Grandin, que la recomiendo enérgicamente, que es sobre su vida, sobre cómo se sobrepuso a pesar de su condición de autista y cómo diseñó estos corrales, siguiendo el sentido de las vacas, que siempre quieren volver al lugar de dónde salieron. Por eso lo ideal son las mangas curvas.
En Uruguay hay una gran cantidad de establecimientos que instalaron mangas de este tipo. Hay otros establecimientos donde las mangas anteriores todavía están en buenas condiciones y nos llaman para pedirnos que les demos algunas indicaciones para optimizar su funcionamiento.
Que las mangas no sean curvas no quiere decir que estén mal. Muchas veces depende de la capacitación del personal. A lo largo de estos años vimos mangas que están espectacularmente bien, sin embargo el personal no está adecuadamente capacitado para manejar animales. No tiene ni los mínimos conocimientos de dónde tienen que pararse, cómo tiene que moverse para que el animal camine hacia adelante y no recule o se dé vuelta.
Aún si el establecimiento tiene mangas espectaculares, si el personal no está bien capacitado, el trabajo se hace mal. Así como hemos visto mangas que no son modernas, y sin embargo el personal es muy consciente, está bien capacitado, sabe trabajar con los animales, de forma lenta, sin gritos, sin perros, colocándose adecuadamente en la zona de fuga del animal.
Creo que van de la mano las instalaciones buenas, bien mantenidas, con la capacitación del personal.
¿Hubo una evolución en las jaulas de los camiones?
Tenemos trabajos que datan de principios de los años 2000, donde se hizo el relevamiento de cientos de camiones de transporte de ganado a los frigoríficos. Luego volvimos a hacerlo hace 10 años, y el más reciente comenzó hace tres años.
En comparación, la flota de camiones mejoró sustancialmente. La gran mayoría de los camiones son unidades nuevas, así como vimos la llegada de camiones doble piso, que son muy usados en Europa, en Estados Unidos e incluso en Brasil, pero en Uruguay no se usaban.
Ahora hay varias de estas unidades y se nos planteó la duda sobre su beneficio al bienestar animal. En 2019 hicimos un proyecto piloto con estudiantes de Facultad de Veterinaria, registrando la descarga de los animales en estos camiones doble piso en las plantas de faena.
Hay diferentes tipos de estos camiones. Unos tienen descenso hidráulico, otros tienen una rampa. Y luego de la faena de los animales comparamos sus machucones. Lamentablemente la pandemia nos cortó este trabajo, con el que estábamos muy entusiasmados. Habíamos tenido resultados preliminares muy interesantes.
Ahora estamos en condiciones de retomar esa evaluación, así que en unos meses vamos a tener un resultado más definitivo sobre cuáles de esos tipos de camiones son los mejores, y compararlos con los que tradicionalmente se usan en Uruguay.
¿Cuál es la principal diferencia de esos camiones en relación a los tradicionales?
Son de aluminio, livianos. Aparentemente los animales se adaptan a ese material. A veces pensamos que pueden hacer demasiado ruido, pero los animales no parecen asustarse o tener problemas con eso.
¿Qué otras propuestas de mejora del bienestar animal hubo para el transporte?
Hace algunos años el empresario José Lestido convocó a la Facultad de Veterinaria porque inventó unas placas de goma que van instaladas en la parte interna de la jaula de un camión convencional. Esto incluye además, unas aletas que tapan los bordes filosos en la entrada, en las puertas, que se accionan con la parte hidráulica del camión.
Lestido nos pidió que lo evaluáramos desde el punto de vista del bienestar animal, y un análisis estadístico, para ver si efectivamente este dispositivo, llamado Progat (protección del ganado durante el transporte) contribuye a disminuir los machucones o no.
Comparamos camiones idénticos, uno con dispositivo y otro sin él, que transportaron ganado de similares características, de los mismos establecimientos a las mismas plantas de faena, y encontramos que este dispositivo contribuye a disminuir sustancialmente los machucones en los laterales de los animales.
Incluso muchas plantas de faena están evaluando incorporar este dispositivo a sus flotas de camiones. Si bien no es la panacea total, permite disminuir de forma sustancial los machucones, sobre todo cuando se trata de ganados buenos, como los novillos, ganados de cuota 481, de feedlot, que es una carga de valor muy importante.
Ese es un avance para la industria y el transporte, que van de la mano.
¿Cómo ha sido la evolución del bienestar animal a nivel de plantas de faena?
La evolución del bienestar animal a nivel de plantas de faena ha sido fantástica. La industria ha entendido claramente la ventaja de mejorar sus corrales. Las recepciones de ganado de prácticamente todas las plantas han sido remodeladas y basadas en los conceptos de Temple Grandin.
Los cajones de noqueo son nuevos, se ha puesto un encargado de bienestar animal que responde directamente a los dueños de los frigoríficos y que tiene que ser un veterinario, por indicación del MGAP. Esto tuvo como punto de partida una exigencia de la Unión Europea, pero nos vino muy bien.
¿Cómo califica el posicionamiento de Uruguay respecto a otros países en materia de bienestar animal?
Siempre hay espacio para mejorar, el camino que nos queda es largo, pero Uruguay tuvo la visión de ponerse en marcha muy rápido. Estamos un paso adelante en muchas cosas, y a esto el mundo lo ve, lo respeta y lo valora.
A tal punto de que la OIE (Organización Mundial en Salud Animal) seleccionó a Uruguay y a Chile, luego se incorporó México, para crear el Centro Colaborador de OIE en Bienestar Animal y sistemas de producción pecuarios para las Américas. Se trata de un consorcio entre la Universidad Austral de Chile, la UNAM de México y nuestra Universidad de la República en Uruguay, a través de la Facultad de Veterinaria. La dirección de este centro es rotativa cada tres años en cada país, correspondiendo a Uruguay este año 2022 bajo mi dirección.
Esa es una distinción muy importante, que habla del reconocimiento a Uruguay, que ha trabajado mucho y muy bien.
Aún falta, pero los productores ganaderos incrementaron enormemente la conciencia del trabajo con los animales. Vamos por la carretera y es muy común ver gente trabajando en las mangas con banderas, cargando ganado con banderas.
Pero hay que insistir en las buenas prácticas. Hay que dejar de usar la picana eléctrica, sólo debe usarse cuando no hay otra alternativa, cuando hay un animal caído y hay que levantarlo, pero no usarla porque sí.
En conclusión, la mejora debe de ser continua, pero estamos bien.
¿Cómo impacta el estrés calórico en los animales y cuáles son las recomendaciones en estos casos?
Cuando estaban anunciando la ola de calor recomendamos por los medios que no se trabajara con animales en las horas del mediodía, que se eviten las horas más calurosas, que se trabaje a la mañana y en la tardecita.
Que se trate de prodigar agua en la medida de lo posible, que no se hagan muchos kilómetros con los animales. Que en los tambos se use ventilación y si la humedad es muy baja se aplique aspersión para mojar a los animales, pero esto solo cuando la humedad es baja. Si la humedad supera el 70% no sirve la aspersión, porque es agregar humedad y calor.
Pero la situación de estrés calórico en esos días fue complicada, sobre todo en los animales que estaban en confinamiento. Supimos de muertes de animales por calor en varios de esos establecimientos.
Es muy importante la sombra, que tiene que ser alta, para permitir que el aire corra por debajo. Si es posible tener árboles, pero la malla sombra con determinada altura funciona muy bien, se ve a los animales que van enseguida a colocarse bajo la sombra.
¿Cómo observa la situación de ataques de perros a ovinos?
Ese es un problema que no es nuevo, lamentablemente tiene unos cuantos años y ha venido en aumento, de forma muy importante. La tenencia irresponsable de perros ocasiona este tipo de situaciones.
No es solo ataques a animales sino también a personas, ocasionando accidentes de todo tipo.
No es un tema sencillo de solucionar, tiene muchas aristas, debería pasar básicamente por una gran campaña de concientización de la población, unida a la castración, al chipeo, a retirar esos animales de la vía pública, de los caminos y vertederos, etc.
Esto insume dinero, porque hay que realojarlos en refugios y después ver qué se hace con ellos. En ningún lugar del mundo ya se están aceptando las eutanasias, como se hacían antes. Sin embargo, cuando las superpoblaciones son tan elevadas y pueden afectar la salud pública, hay que pensar en algún tipo de solución, además del realojo.
Es importante promover la adopción, pero la reproducción de los perros va mucho más rápido que estas medidas. La Facultad de Veterinaria forma parte del consejo directivo honorario del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA).
Se deben tomar medidas lo más rápido posible, porque esta situación así lo demanda.
La mala administración de medicamentos puede disminuir su acción terapéutica y provocar abscesos en los animales, y un animal que está resolviendo un proceso de este tipo siente dolor.
Además del aspecto ético, esto trae consecuencias negativas sobre su ganancia de peso, con un costo muy difícil de estimar, señala un trabajo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Tanto el absceso como todo el área que lo rodea es removida por la autoridad sanitaria cuando el animal es faenado y cuereado. Este proceso se realiza, indefectiblemente, aunque ya no exista un proceso infeccioso, y se lleva a cabo antes de la balanza de la canal caliente, peso por el que le pagan al productor.
Por un absceso pequeño (de 5 a 8 centímetros de diámetro), el productor puede perder hasta 3 kilos de carne.
En general, no hay conciencia sobre esta problemática si no se va a la faena o no se solicita información al frigorífico. Estos abscesos se pueden prevenir si se toman ciertas medidas.
¿Qué chequear antes de la vacunación?
Se debe verificar la fecha de vencimiento del producto que se va a usar; leer el prospecto o etiqueta para utilizar las dosis y vía de administración recomendadas; chequear que las agujas y jeringas estén limpias y en buen estado; y que las agujas sean del calibre adecuado para el medicamento y la vía de administración recomendada.
Vías de administración y cómo vacunar
Las principales vías son la intramuscular (dentro del músculo) y la subcutánea (debajo de la piel).
Se recomienda que ambos tipos de inyecciones se administren en la tabla del cuello del animal.
Recomendaciones
Preparar una mesa para colocar los materiales, puede ser algo improvisado, con una tabla y maderas, por ejemplo.
Disponer siempre de, al menos, dos jeringas tipo pistola por producto que va a usar y del máximo número de agujas.
Disponer de una pinza para cambiar agujas y un recipiente con desinfectante.
Utilizar solamente agujas en buen estado y cada tanto chequearlas; y descartar las agujas con la punta dañada.
Desinfectar las agujas para prevenir infecciones o tumoraciones en el sitio de aplicación.
Lo ideal es utilizar una aguja por animal. Para hacerlo práctico se recomienda desinfectar la que se está usando. Para eso se la introduce en un recipiente con una esponja embebida en desinfectante yodóforo, entre animal y animal. La esponja también debe cambiarse cada tanto durante una jornada de vacunación.
Cambiar las agujas cada tanto tiempo, al menos cada 10 u 11 animales (una tubada).
Si se está desinfectando luego de cada animal, se puede cambiar la aguja menos seguido (cada dos o tres tubadas). Organizando el trabajo, este proceso no llevará más tiempo.
Calibrar bien las jeringas y cada tanto se debe chequear.
No inyectar más de 4 ml en el mismo sitio. Si se debe aplicar dosis altas, se debe dividir la aplicación en sitios diferentes o a cada lado del cuello.
Inyectar los productos oleosos lentamente, para minimizar el dolor que ocasionan y el riesgo de producir abscesos (por ejemplo la vacuna contra la fiebre aftosa).
Cuando no se tenga la jeringa en mano se debe colocar suavemente sobre la mesa, nunca de punta, y de ser posible con la aguja inmersa en desinfectante.
Al terminar la actividad cada día, se debe lavar y desinfectar las jeringas y agujas, y descartar las agujas que quedaron en mal estado.
Un trabajo organizado no insumirá más tiempo
Antes y luego de la vacunación se debe manejar el ganado de forma lenta y tranquila, evitando situaciones de estrés. La eficacia del medicamento no es la misma en un animal agitado y estresado.
La vacunación debe ser realizada por personas capacitadas, entrenadas y conscientes de las consecuencias de un mal trabajo.
Si se está realizando un tratamiento para el control de parásitos, se deben rotar los principios activos. Un mismo principio activo o droga puede tener diferente nombre comercial, por eso es importante leer la etiqueta o consultar a un veterinario de confianza
Es importante que los productores vayan alguna vez a su faena o pidan información al frigorífico. Muchas veces los abscesos son internos y no se ven hasta después del sacrificio.
Es importante que utilice solamente medicamentos registrados en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Los productos deben almacenarse en lugares adecuados, considerando las especificaciones de cada uno.
Se recomienda llevar registro de los productos almacenados, con sus fechas de vencimiento respectivas.
Se debe llevar registro de los productos, momentos y dosis aplicados en cada categoría animal, en una planilla sanitaria.
Residuos en carne
Muchos de los productos que se aplican en los animales pueden ser peligrosos para la salud humana si aparecen como residuos en el alimento.
Para asegurarse de que no se está produciendo carne con residuos, se deben respetar los tiempos de espera recomendados para cada producto.
Se trata del tiempo mínimo que debe transcurrir antes de embarcar los animales tratados, para asegurarse de que los residuos del producto no estarán en el plato. Hay productos con cero tiempo de espera, lo que quiere decir que pueden ser aplicados en un animal y enviarlo a faena ese mismo día. Esos productos no necesariamente son más caros.
Se recomienda chequear el tiempo de espera que indica cada producto.
Planificar el embarque, considerando la fecha en que se aplicó el último producto veterinario y su tiempo de espera.
Los animales que están en duda de cuándo se embarcarán se deben tratar con productos que tengan cero tiempo de espera.
Si el embarque ya está planificado y se deben tratar a esos animales, se recomienda chequear el tiempo de espera del producto a aplicar y que alcance o termine antes de la fecha de embarque.
Si los animales están muy próximos a embarcarse y necesitan ser tratados, debe utilizarse cero tiempo de espera.
Y se recuerda que está permitido el embarque a frigorífico de animales con garrapata y sin tratamiento.
Resistencia a los antibióticos
El uso y abuso de antibióticos sin la supervisión de un profesional tiene un impacto negativo en la salud animal y humana. La resistencia microbiana es una problemática creciente en el mundo entero.
Los microorganismos resistentes están presentes en las personas, los animales y en el medio ambiente, y pueden transmitirse de persona a persona o entre las personas y los animales.
Por lo tanto, se recomienda no usar antibióticos sin la supervisión de un profesional.