*Datos proporcionados por el BCU*
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¿Cómo analiza este momento del negocio ganadero?
Es muy bueno. En cualquier producto tener buen precio es bueno. Y en Uruguay tener precios buenos mejora todo, porque un problema que tenemos es el costo país, y cuando los precios suben se acomodan todas las cuentas.
Estos precios que tuvimos fueron récord y está muy bueno tener momentos para disfrutar de mejores resultados, nos da oxígeno y al país también, porque mes a mes se ven mejores exportaciones, y son mejores ingresos para todo el Uruguay.
¿Estos buenos precios ganaderos permiten competir con la agricultura en el litoral y que se mantengan los sistemas mixtos?
Cuantas más alternativas haya es mejor, después cada uno decide cómo quiere hacer la combinación de rubros en su empresa, si quiere desarrollar corrales y generar una productividad diaria mayor o estabilidad mayor considerando que siempre tenés comida disponible y no dependes tanto de los ciclos forrajeros.
Pero hoy lo más interesante es que hay muchos negocios que tienen un buen resultado, que tienen viabilidad, que dan posibilidades de invertir.
Creo que también es importante el rol de la Ley de Inversiones, que da la posibilidad de invertir y descontar impuestos. Era algo que ya se había hecho en el primer gobierno del Frente Amplio, que tuvo mucho impacto, y ahora fue una decisión muy acertada, porque generó una reinversión altísima.
No se si es por eso que no hay piques, postes y demás. No creo que sea por los problemas logísticos, porque esas cosas no vienen de China.
Pero hay una mayor previsibilidad, de un planteo más amigable con la empresa y con la idea de generar más valor en producción, todo el mundo se sintonizó, y la actitud para invertir ha estado mucho más fuerte.
Y si a eso lo acompañamos con mercados que están firmes y precios muy buenos por todos los productos, es algo muy positivo.
En el caso de la interacción entre agricultura y ganadería hay mucho de sinergia, pero también compite por área en algunos campos. Después la decisión depende de cada uno. Siempre en los buenos campos la agricultura tiene más chances, pero después también es una decisión del empresario, de qué quiere hacer.
El otro punto que hay que observar es que el activo ganado vale mucho, entonces también hay que tener cuidado de no quedarse en una posición en que el precio pueda bajar. Creo que la gente está haciendo muy bien las cosas en ese sentido, por eso se vende tanto ganado y se faena tanto; la gente está buscando realizar el negocio.
Muchas veces uno se ilusiona con cosas que parece que van a pasar y después llega el momento y no pasan.
Lo que está haciendo notablemente Uruguay ahora, en toda su cadena productiva, es ponerle energía a las cosas que el mundo está demandando y ejecutando. Es notable. Faena récord, se produce ganado gordo de forma récord, hay producciones de cultivos como la canola que es nuevo y que será récord.
A veces se generan expectativas, se arman cosas, pero cuando se empieza a producir los precios ya se fueron. Entonces, esto de aprovechar el buen momento es lo más interesante que estoy viendo.
¿Cómo viene trabajando ADP en ganadería?
Estamos en una etapa de mucho análisis interno de cada uno de los negocios, de la productividad, de la eficiencia de conversión, de la calidad de los ganados, de la integración de la cadena, de todo lo que podemos mejorar en la etapa industrial, cómo vacunar para que no afecte a la canal, cómo hacer mejor la sanidad de los animales, el mejor uso de la comida.
Siempre hay cosas para mejorar en los corrales, la hora en que se da de comer, el flujo de los corrales. Hay un mundo de cosas para ajustar.
Además, estamos tomando muchos datos de lo que está pasando y ejecutando rápidamente.
Nuestro panorama hoy es bastante más positivo que el de hace un año atrás. Cuando la pandemia trancó los mercados nos generó problemas. El ganado de corral tiene que salir cuando llega la fecha, y si no sale te genera muchas pérdidas internas, de falta de eficiencia. Eso costó mucho.
Pero siempre estamos enfocados en la productividad, en los resultados, en el bienestar animal.
Después también estamos haciendo mucho foco en lo comercial, como empresa, aparte de lo estrictamente ganadero. Tenemos muchas expectativas hacia el futuro, en armar equipos nuevos, con gente muy enfocada en participar más en el negocio comercial en todos los rubros que estamos trabajando.
¿Qué volumen de ganado gordo sale de los corrales de ADP al año?
En el ejercicio pasado fueron entre 45.000 y 47.000 cabezas, y este año es probable que aumente un 25%, si todo sigue como hasta ahora.
¿Con cuántos corrales están trabajando?
Con cuatro, ahora todos de manejo propio. Son tres en el litoral y uno en Caraguatá.
¿El ejercicio pasado fue el mejor año del negocio del corral?
No, porque agarramos una parte complicada. El que está corriendo pinta que sí, pero falta bastante.
Da la impresión de que este año va muy bien. Los buenos precios ayudan a licuar muchos costos. Hay muchos temas que se manejan mejor.
Después está el tema inflacionario, que genera los mismos problemas que tenemos en la agricultura. Empiezan a subir los precios de los insumos y demás. Pero este año mucha de la materia prima se pagó a valores anteriores.
Hay algo bastante raro que es la entrada del maíz argentino, que nos complica porque el maíz uruguayo no está llegando a los precios que podría tener. Pero, por otro lado, es una fuente interesante de energía para todos los sistemas de producción intensiva.
Es lo que hay, estoy bastante acostumbrado a aceptar la realidad y tratar de trabajar con ella. Uno podría decir que no tendría que entrar maíz, porque es una forma de subsidio encubierto, pero es algo que está colaborando para que un insumo de la ganadería esté en valores razonables.
¿Qué tipos de acuerdos tienen con proveedores de ganado como con la industria?
Con proveedores de ganado tenemos un porcentaje importante que se compra en acuerdo directo con productores, desde hace años. Tenemos una gestión fuerte para medir cuáles son los que se comportan mejor y por qué.
Y seguimos con ideas de perfeccionar y seguir puliendo esos temas que tienen que ver con la relación comercial con los productores.
En la industria hemos trabajado con nuestros socios principales, que son los frigoríficos Pando y BPU, con los que tenemos más estabilidad. Pero también hemos trabajado con Marfrig y con Minerva en el último año, y con alguna otra industria también. Hay muy buenas empresas para trabajar.
Cuando la demanda es fuerte, como hasta ahora, hay cosas que se resuelven casi automáticamente.
¿Cómo ve las perspectivas del negocio ganadero?
Muy bien. Estamos muy enfocados en mejorar la eficiencia. También tenemos estos acuerdos de largo plazo, que se reeditan año a año, con condiciones que están preestablecidas, donde sabemos qué tenemos que producir y la industria sabe qué tipo de seguridad tiene con las fechas de entrega y las calidades de los animales.
La verdad es que veo un buen panorama. Hay que ser siempre muy cuidadoso en los costos. Cuando los precios están bajos tenés mayores chances de que suban, pero cuando están altos también tenés chances de que bajen, entonces hay que tratar de cubrir la mayor cantidad de cosas posibles frente a cambios bruscos de precios, que puede generar descalces.
Pero lo más sano es aprovechar el momento. Lo más interesante de Uruguay y de toda la cadena productiva es ese empuje para aprovechar el buen momento y no dejarlo pasar.
Cuanto más nos especialicemos mejor, porque eso también genera empresas más sólidas, con más respaldo, más capacidad de soportar los momentos cuando no son tan buenos.
Eso lo veo en toda la cadena, que está resolviendo problemas que se pueden acumular en momentos de bajos precios. Por eso me encanta ver tanta actividad.
¿Le genera expectativas el tratado de libre comercio (TLC) con China o es un problema concentrar las ventas en un solo mercado?
La concentración del mercado en China lo tuvimos en la soja. Cuando uno hace negocios con socios estratégicos, y este claramente lo es, uno de los temas que siempre te dicen es tener cuidado con la contraparte.
En este caso es extremadamente desbalanceado lo que puede ofrecer o quitar Uruguay a un país como China.
Pero, por otro lado, creo que es muy interesante aprovechar el momento y establecer un TLC. Está bárbaro poder entrar con menos aranceles, tener más mercado, más opciones, y eso sería abrir otro tipo de puertas hacia afuera y romper un montón de mitos hacia adentro.
Insisto en ver a las empresas y las cadenas compitiendo y generando más valor, rápidamente, y haciéndolo en el momento en que el mercado lo demanda. Esa misma energía se va a ir poniendo de manera más patente cuando haya más mercados abiertos, con condiciones competitivas buenas.
Hoy estamos compitiendo, pero dejando muchísimo dinero en las aduanas de los países compradores. Si ese dinero que queda en las aduanas se mantiene en el país, es más energía para toda la producción y para todo el Uruguay; todas las personas que están en el país se van a beneficiar.
Si dependemos mucho de un solo mercado habrá que generar otros tratados o buscar mercados alternativos. Pero este TLC seguramente nos pondrá más competitivos, más eficientes, más enfocados en la demanda, produciendo más volumen. Lo veo positivo por todos lados.
Todo aquello que sacuda la modorra, y nos saque de la situación de comodidad, lo veo como algo bueno en el largo plazo.
¿Y cómo analiza el momento de los granos?
Es también muy interesante. Creo que la agricultura tiene muchísimo más para dar. Es difícil hacer agricultura con climas complejos como el que tenemos, pero no es el más complejo del mundo ni mucho menos.
Además, este es un país caro, y mover la mercadería se hace difícil, porque los granos tienen poco valor por tonelada, en relación a la carne por ejemplo. Es difícil este tipo de actividades, pero hay mucho más potencial del que estamos explorando.
Se puede aprovechar todas estas actividades, como la cumbre del COP26 y demás, para destacar lo que hace la agricultura, capturando gases de efecto invernadero, produciendo alimentos, sistemas que contaminan poco y a la vez generan mucho valor ambiental.
Hay un enorme camino por delante, muy inclusivo, no solo para agrónomos sino para otras profesiones, como economistas, ingenieros y hasta ingenieros espaciales, porque hay cosas que se tienen que hacer con satélites. Todo eso para Uruguay es una oportunidad gigantesca.
Es la chance de estar en la vidriera, considerando el tamaño de Uruguay, su economía o población, que es prácticamente inexistente si se compara con las cifras mundiales. El manejo de la pandemia, entre otros comportamientos de Uruguay en muchos sentidos desde el punto de vista de la democracia, la estabilidad política, son cosas que nos ponen escalones por encima. Es el momento de aprovechar para hacer más cosas alrededor de estos negocios.