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Hacia una nueva ganadería en Uruguay

Resumen de la presentación del Dr. Álvaro Ferrés, directivo de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), en el marco de la reunión especial de precios, realizada por ACG el lunes 23 en Rocha.

 

El Dr. Álvaro Ferrés, directivo de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin) proyectó el futuro de la ganadería de Uruguay este lunes 23 de mayo en la reunión especial de precios que la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) realizó en el predio de la Sociedad Agropecuaria de Rocha. 

Durante su presentación, titulada Hacia una nueva ganadería en Uruguay, se preguntó: “¿Cuál es el desafío que tiene Uruguay hacia adelante para incrementar la producción de carne?” y respondió que “vendrá por un incremento de la producción, del volumen y peso de faena, del porcentaje de extracción y de la cantidad de terneros”.

En ese sentido, dijo que Uruguay tiene por delante dos modelos de producción posibles: el de Estados Unidos o el de Australia.

El modelo de Estados Unidos

Sobre Estados Unidos, dijo que pasó de tener 130 millones de cabezas de ganado en 1974 a algo más de 90 millones de cabezas en la actualidad, pero faena más de 30 millones de vacunos por año. Esa faena se compone en un 53% de novillos y 30% de vaquillonas; y que el 80% del ganado que se faena es de alta calidad. 

La extracción en Estados Unidos, sumando la exportación en pie, se ubica entre 34% y 36%, destacó Ferrés, al tiempo que recordó que en Uruguay la extracción mejoró, pero se ubica en 24%. Y señaló que, considerando los números de Estados Unidos, “Uruguay debería de estar cómodamente arriba de los 4 millones de cabezas faenadas”. 

Ferrés señaló que en Estados Unidos los terneros que se producen van a un sistema de recría o directamente a un corral de engorde; y las vacas viejas van a frigorífico. De esa forma se especializa la cría, donde la tasa de destete es de 96%; y también se especializa la recría. 

“En Uruguay se viene un modelo donde la vaca va a tener que ser más eficiente, van a relegarse los campos naturales, las pasturas mejoradas van a ser sistemas de recría; y gran parte de los animales que vayan a faena van a proceder de los corrales de engorde. Eso explicará las tasas de extracción de más del 30%”, sostuvo. 

El modelo australiano

Por otra parte, Ferrés comentó que Australia tiene casi 23 millones de cabezas, 10 millones de vacas y produce 8,3 millones de terneros, con más del 80% de tasa de destete. 

“Eso es lo que a nuestro entender pasará en Uruguay. El tema no es importar vacas en pie de Argentina para que tengan 65% de extracción. El problema se resuelve de dos maneras: que las vacas produzcan más y que las vaquillonas se entoren más jóvenes”, dijo. 

“¿Por qué no se pueden entorar vaquillonas de 15 meses? ¿Quién dijo que se atracan? Se pueden manejar bien. ¿Por qué en el campo tiene que haber vaquillonas de 3 años sin entorar? ¿Por qué tiene que haber tantas vaquillonas de 1 a 2 años si a los 15 meses se pueden entorar? ¿No mejoraríamos la tasa de extracción si achicamos la cantidad de vientres improductivos en el establecimiento? ¿Qué tiene Australia que nosotros no tenemos?”, se preguntó ante un auditorio integrado por unas 70 personas.

El productor señaló que “cuando achicamos la edad de faena el rodeo se achica, y tenemos un stock más productivo. ¿Por qué Uruguay no puede tener 5 millones de vacas de cría y faenar 4 millones de cabezas? Técnicamente se puede”. 

“¿Por qué destetamos terneros a los seis meses con 150 o 160 kilos? En un sistema de recría intensivo podemos perfectamente llevar ese ternero a 350 o 400 kilos, entrando a los corrales de engorde en diciembre, para faenarlos en marzo del año siguiente. Animales de 16 meses ya están en peso de faena. Y los que quedaron para atrás entran en ese invierno. Eso a nivel de pasturas son ganancias diarias de 500 o 700 gramos”, detalló. 

“Australia tiene alta faena y alta exportación en pie. Si se exportan muchos terneros no nos quedamos sin ganado para faenar. En un sistema extensivo sí, pero si incrementamos la producción no hay problema de exportar en pie. Está demostrado”, afirmó Ferrés. 

Aseguró que “no pasa nada que se vaya ganado en pie. La exportación es reguladora del precio y es fantástica. El tema es adoptar tecnología para acelerar la producción”. 

Señaló que en Australia hay capacidad de engordar 1,5 millones de cabezas. Por lo tanto, tiene la posibilidad de producir 3 millones de cabezas, o más, en los corrales de engorde; además de la faena de ganado de pasturas.

Un negocio más productivo que especulativo

Para Ferrés, ese cambio en la ganadería uruguaya se va a dar, “porque el negocio pasa a ser productivo y no más especulativo. La gente no va a retener ganado porque después puede valer más. Es negocio producir más. Ese es el cambio que empezamos a ver y que entendemos que va a suceder”. 

En ese sentido, consideró que el sistema australiano es más intermedio que el de Estados Unidos, y es probable que ese sea el camino a seguir en Uruguay.

La industria está haciendo un buen negocio

Ferrés remarcó que la información es importante en el negocio y señaló que el Instituto Nacional de Carnes (INAC) empezó a publicar datos que “no son menores”. En ese sentido valoró que “Uruguay está produciendo ganados más pesados y está vendiendo mucho más de lo que era antes el Novillo Tipo”. 

Sobre la reciente actualización de ese indicador, subrayó que ahora vale US$ 1.826. “Hasta que INAC no lo publicó nadie se lo imaginaba. Estamos exportando carísima la carne”, dijo. 

En ese sentido, dijo que “otro componente no menor son los márgenes industriales. No existe casi antecedente de US$ 400 de margen industrial. Entonces, los frigoríficos faenan todo porque están ganando una fortuna; y está bien que sea así”.

La actualización del Novillo Tipo se debe a que hoy la carcasa promedio es de 277 kilos y no de 250 kilos, como antes. Ferrés puso como ejemplo que el 4% que corresponde al pecho, vale más que el lomo. 

“En China la carne se está vendiendo bien, pero sobre todo aquellos cortes que antes no se vendían o se vendían mucho más barato. Eso es China para Uruguay. Siempre dijimos que en el rump & loin están los cortes de calidad, los más caros, pero China paga más por otros cortes, por suerte”, destacó. 

Aunque reconoció la alta dependencia de ese mercado, el directivo de Aupcin también consideró que es lógico que se le venda al comprador que paga más.

Si bien consideró que el precio del ganado puede bajar, también destacó que “el precio está tocando las nubes”. Y preguntó: “¿Les parece que tendríamos faenas de 50.000 o 60.000 reses si la industria no estuviera cómoda? Los únicos que no lo creíamos éramos nosotros”. 

El integrante de Aupcin dijo que “tampoco es verdad que se estén yendo vacas preñadas a faena. La gente no considera que una vaca en la pantalla vale US$ 900 y en el frigorífico vale US$ 1.200, porque sabe que dentro de seis meses esa vaca tiene un ternero, que en pocos meses más vale US$ 500; y ese es un buen negocio”. 

Además, sostuvo que “el criador olfatea que estos valores de la carne llegaron para quedarse. No estoy diciendo que el novillo va a valer US$ 6, sino que los precios buenos de la carne vinieron para quedarse, al menos por un tiempo. Todo esto si no pasa nada raro”. 

“Es cierto que el precio está teniendo correcciones, pero no creo que el novillo vuelva a valer US$ 4. Porque lo que domina el precio de la carne a nivel mundial es el precio de los granos, y mientras los granos sigan valiendo mucho es muy difícil que el precio de la carne baje. Porque la carne se produce con granos, la de pollo, la de cerdo y la vacuna”, explicó. 

Mercados

Ferrés afirmó que “Uruguay está negociando con el Sudeste Asiático, donde hay una oportunidad importante, porque los aranceles son menores y sanitariamente se puede acceder. Es parte de las prioridades del gobierno”. 

Por otra parte, consideró que “el Reino Unido puede ser una oportunidad, pero no lo veo como uno de los países donde Uruguay pueda hacer la diferencia. No es China”. 

Planteó como ejemplo que actualmente ya no hay diferencia entre un novillo cuota 481 o no cuota, porque pagan el mismo precio en otro mercado. “Ya no importa la ventana, ni la fecha de ingreso ni los días de encierro”, comentó. 

Además, Ferrés consideró que “se vienen otros mercados que van a hacer que cada vez más los corrales de engorde empecemos a trabajar con novillos de 200 días de encierro, con la escala de marmoreo, el choice y demás. Es lógico, porque tenemos que vender más caro. Si le podemos agregar certificaciones, como carbono neutro u otras, mejor aún”. 

Concluyó que “Uruguay tiene esos desafíos por delante, tiene todos los instrumentos para valorizar el producto, y desde el punto de vista del manejo tenemos herramientas tecnológicas que se pueden aplicar. Va a cambiar el comercio, el volumen, ¿por qué Uruguay no puede faenar 3 o 4 millones de cabezas?”.

“Este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre ganado gordo y reposición”

Entrevista con Daniel Miranda, presidente de la Mesa Nacional de Alimentación a Corral. Contenido exclusivo para socios y suscriptores de ACG.

 

¿Cómo percibe al negocio del corral en este momento?

Con bastante expectativa. Lo que está traccionando son los precios del ganado gordo, por la demanda exterior, y los frigoríficos demandan mucho ganado.

¿A pesar de las subas de precios de los granos y la reposición el corral sigue siendo un buen negocio?

Depende con qué nos comparemos. Los costos son más altos, creo que este año tendremos una relación de precios más tendiente a la media. El año pasado tuvimos relaciones de precios totalmente desvirtuadas. La relación flaco-gordo estuvo casi todo el año por debajo de 1. 

El 2021 fue muy bueno para todos los invernadores, tanto a corral como a campo, pero este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre el ganado gordo y la reposición, acordes a la media histórica.

¿Cómo se dividen porcentualmente los costos del corral?

Históricamente, del total del costo, dos terceras partes corresponden a la reposición y un tercio a la alimentación. El costo de sanidad es mínimo. 

Creo que esa relación histórica se mantendrá este año, pero con valores y costos más altos. 

¿Se va a encerrar más ganado este año?

Es un gran desafío. Después de las 350.000 cabezas de 2021, que fue un número muy bueno, el desafío es mantenerlo.

Todo el sistema debería interesarse en que los corrales trabajen más. Tenemos una extracción de casi 30%, bajó la edad de faena, aumentaron los pesos de carcasa y podemos faenar estos volúmenes semanales, en gran parte, gracias a los corrales. 

Creo que todo el sistema se beneficia de esto. Más allá de la mirada del sector del corral, hay que hacer un análisis general, considerando los beneficios que genera tener más animales salidos de los corrales.

¿Qué tipos de negocios están haciendo en este momento?

Los frigoríficos nos transmiten que la cuota 481 sigue, pero está cada vez más complicada la logística. Se corrieron hasta por 15 días las cargas para la faena en el siguiente trimestre, y eso provocó algunas complicaciones en este último mes. 

China tiene un nicho muy marcado para este producto, algo que ya venía desde antes de la pandemia; recordemos los valores a los que se vendía en el segundo semestre de 2019. Por lo que nos dicen, esos nichos han vuelto y se están atendiendo.

Veremos ahora qué ocurre con el mercado de Medio Oriente luego de la reciente visita oficial.

¿Qué tipo de ganado de corral demanda China?

Hay diferentes programas. Está el clásico, de 90 a 100 días de encierro, hay otros de 150 días y otros de 200 días. 

En China están muy acostumbrados a comprar en Australia, donde estos sistemas están muy definidos, con diferentes productos. China adoptó esas características de consumo y las están demandando en Uruguay.

¿Qué rango de precios se están manejando en los negocios de ganado de corral?

Hay de todo, porque son negocios cada vez más específicos y ya no se maneja un solo precio, como veníamos acostumbrados con la cuota 481. 

Los precios dependen de las carcasas, de los días de terminación. Pero en general se está definiendo considerando el precio semanal del novillo gordo más una prima.

¿De cuánto es esa prima en general?

De al menos U$S 0,30 o U$S 0,35 por kilo, pero después depende del tipo de producto, del interés de la industria, de la uniformidad, entre otros aspectos que pueden llevar a lograr un mejor precio.

¿Al achicarse la cuota 481 también cambian las ventanas de embarque o se mantienen?

El sistema es el mismo. La cuota se achicó a partir del primero de enero. La logística consistía en llegar los primeros días de cada trimestre, o sea, los primeros días de enero, de abril, de julio y de octubre. Pero eso cambió, porque los ganados de enero llegaron antes, y los que llegaron en los primeros días quedaron afuera de la cuota. Vemos que las cargas se anticipan 10 o 15 días.

¿Se siguen firmando acuerdos de entrega antes de encerrar el ganado?

Antes de la pandemia teníamos muchas certezas. El frigorífico hacía sus negocios de carne en el exterior, le pasaba un precio al productor, por tanto volumen, para entregar a los 100 días.

Después, con la pandemia, esas certezas de negocios de exportación de carne dejaron de estar, y los frigoríficos no podían trasladar un precio con anticipación. 

Luego el mercado se empezó a revertir. Hace un tiempo que estamos en un mercado de alza permanente y el productor no se siente a gusto vendiendo a futuro con un precio fijo.

Entonces, se empezó a trabajar con este plus o prima arriba del precio promedio del ganado gordo, dentro de un rango, con un mínimo y máximo. 

También hay otros tipos de negocios, pero este sistema es el que está empezando a agarrar cada vez más fuerza. 

¿Cómo viene trabajando la Mesa Nacional de Alimentación a Corral?

Desde mediados del año pasado venimos trabajando con los ministerios de Ganadería y Ambiente, sobre los temas medioambientales, las reglamentaciones, habilitaciones, refrendaciones y la parte sanitaria. 

Es un grupo de trabajo que viene funcionando bien, que también está integrado por las facultades de Veterinaria y Agronomía, además del INIA. 

¿Qué capacidad promedio tienen los corrales en Uruguay?

De 1.500 a 2.000 cabezas. La mayoría está en el litoral, por la oferta de granos y proximidad a Argentina. Pero en la región centro de Uruguay también se desarrollaron mucho, en departamentos como Florida, Durazno. En Rocha también crecieron los corrales, por la oferta de subproductos del arroz.   

¿Cómo evolucionaron las dietas en estos años?

Cuanto más ajustados son los costos y más altos los valores, tienen que ser más precisas las dietas, para maximizar el potencial de la eficiencia de conversión. 

Ese es el escenario en el que estamos hoy, cuando los precios de la comida son altos también vale la carne, pero hay que afinar muchísimo para lograr las mejores eficiencias. 

En los años que estoy en esto he visto muchos corrales y datos, donde se mejoró la eficiencia de conversión en 1 punto o 1,5 puntos, a través del manejo, del uso de otro tipo de granos. 

Cuál debe ser el límite de la eficiencia de conversión para que cierren los números del corral?

Depende mucho del valor del grano. Pero para tener un sistema que funcione, que sea rentable, debería de estar en 8 a 1 o 9 a 1 (kilos de alimento para producir un kilo de carne) como máximo. Ese ya es un techo alto, pero aceptable para un corral convencional.

En un corral profesional, con mejor maquinaria y tecnología, debería ubicarse entre 7 a 1 o 7,5 a 1.  

¿Cómo está Uruguay frente a otros países?

Entre los países que no usan hormonas, estamos muy bien. En estos últimos años mejoró la tecnología de alimentación, de maquinaria, infraestructura. Se pasó de usar tanques de plástico a comederos de hormigón. Mejoró la eficiencia de conversión. Toda esa profesionalización del sistema aporta su granito de arena a la mejora de la eficiencia. 

A nivel de la región hacemos punta, y a nivel mundial, comparándonos con Australia y Estados Unidos, estamos muy bien.

¿Cómo evalúan la recría? ¿Están llegando bien recriados los animales al corral?

Ahí está el cuello de botella. Mejoraron las tasas de preñez y de destete, baja la edad de faena con la eficiencia que aportan los corrales, pero nos queda la recría. 

La cuota 481 ha hecho que se acelere, pero al no tener la certeza de los corrales, los recriadores analizan muy bien si vale o no la pena darle de comer al ternero en el primer invierno. Ahí deberíamos trabajar, para aportar certeza, que se acelere la producción en ese eslabón de la cadena y le aporte dinamismo a todo el sistema.

“La rotación agrícola con pasturas se mantendrá, así como los granos en los sistemas ganaderos”

Entrevista con el contador Javier Aznárez, productor agrícola-ganadero en Río Negro.

 

¿Cómo observó el negocio agrícola-ganadero en el último año?

Fue muy bueno. Si bien el clima tuvo su incidencia, para los esquemas productivos del litoral, donde la suplementación, el corral de recría o de terminación están incorporados al sistema, fue un año muy bueno. 

Los precios de los granos fueron muy altos, eso hizo que el costo de la dieta fuera más elevado que el de otros años, pero a su vez la reposición y sobre todo el precio del ganado gordo, hizo que todos los eslabones de la cadena tuvieran una rentabilidad razonable. 

Si bien en años anteriores los precios de los granos eran bajos, la relación flaco-gordo estaba más inclinada en favor del criador y hacía que los márgenes de los corrales fueran muy variables, dependiendo de los momentos de venta y de reposición. Eso hacía que las ganancias en el corral de terminación fueran variables, con rentabilidad moderadas a bajas. 

Este año también hubo un cambio en la diversificación de cultivos de la agricultura. La colza pasó a jugar un rol muy importante, y hubo menos disponibilidad de puentes verdes. 

El doble cultivo pasó a tener una presencia más importante en los sistemas, y eso hizo que no haya mucho lugar para la recría de los terneros. 

El índice flaco-gordo fue más favorable para el invernador, pero es una relación sana para que todos los eslabones de la cadena tengan márgenes razonables.

¿Es notoria la menor presencia de puentes verdes en el litoral?

Sí, por los precios de los granos, sobre todo de la cebada y de la colza, porque el trigo no ha crecido tanto. En el litoral-norte el trigo es un cultivo un poco más riesgoso, por la calidad, y no se siembra tanto como en el sur. 

Además hay una tendencia a la siembra de maíz de segunda, que hace que al año siguiente no haya una cobertura verde. Cuando uno hace cebada-maíz de segunda, ese maíz se cosecha en julio o agosto, y ahí ya no hay cobertura y se pasa a una soja de primera. Todo eso hace que las rotaciones no tengan puentes verdes. 

De todos modos, no veo una tendencia a aumentar mucho el área agrícola. Creo que los sistemas siguen manteniendo su rotación con pasturas, con gramíneas, con mayor presencia del maíz, pero es una realidad que han disminuido los puentes verdes.

¿Esto volvió a reducir la presencia de la ganadería en el litoral?

No veo una reducción de la ganadería en los sistemas. Veo una mayor productividad en pasturas. Se ven pasturas permanentes de mejor calidad, con mayor producción de materia seca; y una presencia importante de los corrales. Esto compensa la presencia de puentes verdes para pastoreo. 

Así como no veo un aumento importante del área agrícola, tampoco veo una disminución de la presencia de ganado en la zona agrícola.

¿El 2021 fue el mejor año para el corral?

Hay que ver todas las variables, el precio de la reposición, qué tipo de corral es, si se compraron terneros el año anterior. Pero en general el precio de venta fue muy bueno; en promedio fue un año excepcional para el corral, sin dudas.

¿Cómo vivió el déficit hídrico y las lluvias de los últimos días?

En nuestra zona (Young) la sequía se instaló más sobre diciembre. Fue diferente a lo que ocurrió en el verano del año pasado. En 2020 las represas casi no se pudieron completar, no hubo lluvias de más de 50 milímetros en todo el año y no hubo escurrimiento. Eso hizo que llegaramos a la primavera y verano con el perfil del suelo con muy poca humedad. 

Este año hubo lluvias importantes en julio, agosto y setiembre, se entró mejor a la primavera y, salvo en diciembre y en los primeros días de enero, fue mejor. Las praderas tuvieron un buen inicio de primavera, con muy buena producción, y eso hizo que se llegara a diciembre con mayor volumen. 

Se perdió mucha calidad, la sequía golpeó, se retrasaron las siembras, sobre todo de los maíces de segunda, que no se pudieron sembrar hasta el 12 de enero. Pero la situación no llegó a ser igual a la del año pasado.

¿Cómo ve el escenario para 2022?

El escenario es muy bueno para todo el sector. Es uno de esos años buenos para que el clima acompañe, para poder capitalizar los precios. 

El año pasado no se pudo capitalizar el precio de la soja. Si bien los cultivos de invierno fueron muy buenos en el ejercicio pasado, los cultivos de verano no acompañaron y se comieron parte de la ganancia del invierno.

Este volvió a ser un muy buen año para los cultivos de invierno, para la colza, la cebada y esperamos que el clima acompañe en verano, porque sabemos que el partido para la soja sigue, los cultivos están implantados, con buenas poblaciones, pero esto se define en la segunda quincena de febrero y marzo. 

Si se da un año normal vamos a poder capitalizar estos precios, habiendo tenido una suba importante de los costos. Si la producción es normal el balance será mejor que el del año pasado. 

Para el sector ganadero los precios están muy firmes. Uno no tendría que hacer las cuentas con el novillo a US$ 4,40 o US$ 4,60, pero considerando precios de US$ 3,80 o US$ 4,00 por el novillo tendríamos que estar todos más que contentos, y con una relación flaco-gordo de 1,1 sería saludable, para mantener la rentabilidad en todos los eslabones. 

Hay que considerar que los precios de los granos para los sistemas intensivos este año estarán altos, por la pérdida de rendimiento en los maíces de primera y dificultades de implantación de los maíces de segunda. 

Se espera que los costos de los granos para las dietas sea alto y si el precio de la reposición da un salto, volveríamos a ese margen moderado que tenía el corral en los últimos años.

Si llueve bien podría haber pasto y se dice que el pasto es inflacionario…

Totalmente, eso es así. Y hay zonas del país que ya vienen con tres sequías consecutivas, los campos vienen muy golpeados y con muy poca disponibilidad de forraje. 

En una proporción importante del país la producción de pasto ocurre en primavera y verano, hay que ver qué pasa con las lluvias, pero una parte importante de esa producción ya se perdió. Entonces hay que ver qué pasa con el clima de ahora en adelante.

¿Cómo vio la evolución de la interacción entre ganadería y agricultura en los últimos años?

Es una relación virtuosa, que se estableció después del auge agrícola, que fue hasta 2010 o 2011. El sistema se fue acomodando hacia un equilibrio. 

Ya casi no existen modelos agrícolas puros y todos los sistemas tienen una pata ganadera, con mayor o menor incidencia. 

Pero para los sistemas uruguayos, por las características de los suelos, por la dependencia de las lluvias y por la muy baja capacidad de retención de agua, los sistemas tienen que ser diversificados. 

Además sabemos que la rotación con pasturas es clave para la sustentabilidad agrícola. Así que no veo en los actores una tendencia a dejar atrás la pata ganadera. 

Podrá achicarse en algún porcentaje, pero creo que la rotación con pasturas se mantendrá, así como los granos en los sistemas ganaderos. 

Este año hubo problemas de calidad en la cebada, se abrió el mercado de cebada forrajera para China, con valores atractivos, pero ese grano también se puede usar en el corral. Lo mismo puede pasar con el trigo si hay problemas de calidad.

Y el maíz, con el avance tecnológico del cultivo, así como el aumento y estabilidad de los rindes en los maíces de segunda, hace que haya una disponibilidad de alimento en los predios, donde se complementa muy bien con las pasturas.

¿El uso de los granos es tan evidente en la recría como en la terminación?

Veo que el mayor potencial de los granos está en la recría. Muchos sistemas, como es nuestro caso, se han volcado estructuralmente al corral de recría. Después, la terminación se decide de acuerdo a la coyuntura de precios y demás.

Al tener una menor proporción de área de verdeos o de coberturas, la recría es fundamental en el primer invierno. Además, sabemos que la conversión de granos en peso vivo en esa categoría es mucho más eficiente.

Así que el corral de recría jugará un rol fundamental.

¿Cómo vislumbra el futuro del sector?

Hay una variable que no es menor y es el precio de los insumos, sobre todo de la urea. Si el precio del trigo baja, también baja el de la cebada, porque es la referencia. 

La incidencia del costo del fertilizante es muy alta, sobre todo de la urea, y eso haría que el margen para cultivos como el trigo o cebada se achique mucho. 

Si a eso le sumamos que no se puede repetir colza sobre colza, no queda claro qué porcentaje de doble cultivo vamos a tener. 

Hoy creo que, por la estabilidad y diversificación que aportan los cultivos de invierno, se mantendría el esquema. Esta diversificación es sana para la agricultura, para no depender de un solo cultivo, pero también hay que tener en cuenta que si la urea se mantiene a estos precios y el trigo o la cebada no suben o incluso bajan, habrá que mirar de forma más detenida los sistemas.

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