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¿Cómo visualizan el próximo año los corrales de engorde?

En un escenario desafiante, caracterizado por la incertidumbre, con granos a precios altos y menores precios por la carne, las empresas deberán ajustar la eficiencia para lograr márgenes positivos. 

 

La incertidumbre es dominante en el mercado ganadero en estos tiempos, y un negocio intensivo como el del engorde a corral espera un panorama más claro para tomar decisiones de cara al próximo ciclo. 

“La única certeza es que el alimento aparentemente seguirá siendo caro, y tenemos que ver dónde se estabiliza el precio del ganado gordo, algo que va atado a la demanda real que tendremos desde el exterior por la carne de corral, sobre todo desde China y Europa”, comentó a ACG el presidente de la Mesa Nacional de la Alimentación a Corral, Dr. Daniel Miranda.

 En el mismo sentido, el Dr. Álvaro Ferrés, presidente de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), dijo que “el negocio para los corrales de engorde está en un número negativo o muy negativo, como hace tiempo no se daba, porque los valores actuales de la reposición y de los granos son altos, y hacen que la pérdida económica sea importante, como no hay antecedentes”. 

Planteó que “para adelante seguimos viendo precios altos. Los precios de la reposición bajaron un poco, pero el precio del gordo bajó demasiado”. 

Miranda sostuvo que “en alguna medida la baja de la reposición acompañó al ganado gordo, pero este negocio es más de fijar precios a futuro, y tampoco hay una certeza por parte de los frigoríficos sobre los precios que tendrán dentro de tres o cuatro meses. Eso es en lo que tenemos que pensar cuando encerramos”. 

A propósito, agregó que “la relación flaco-gordo hoy puede ser justa, estar algo arriba o algo abajo, pero la relación de precios que importa es la que vamos a tener dentro de 120 días. Y venimos de varios ciclos sin precios fijos, sino que los negocios se realizaban con los precios del momento de venta”.

Por su parte, Ferrés señaló que “los costos de producción, ya sea para plantar un sorgo forrajero, verdeo u otro, son acordes al precio de un novillo a US$ 5. Entonces uno tampoco está motivado a invertir en producción”. 

Agregó que para los productores agrícola-ganaderos, que tienen corrales de engorde, “es mucho más negocio vender el grano que tener la expectativa de valorizarlo en un negocio que, por lo menos en el corto y mediano plazo, parece poco atractivo”.

Calculó que “si consideramos que un novillo de reposición está en el orden de US$ 2,10 puesto, le pongo los costos de alimentación, y deberíamos pensar en venderlo a US$ 4,40 o US$ 4,50 para que el negocio sea atractivo”.

Sobre las razones de la caída del precio del ganado, Ferrés consideró que “hubo un componente internacional muy importante con respecto al precio de la carne, que se está viendo reflejado semana a semana en el precio de la tonelada de carne de exportación. Y en Uruguay además influyó, de forma importante, la falta de agua en muchas zonas del país”.

Se podría volver al sistema de fijar precios 

Estas circunstancias podrían hacer que se vuelva al sistema anterior, de fijar precios por anticipado para el ganado de corral. “Fue un sistema favorable desde todo punto de vista. En un momento los productores vieron la posibilidad de hacer una diferencia extraordinaria vendiendo en el mercado spot, porque el mercado estaba en suba permanente, pero el riesgo era que pasara lo que terminó ocurriendo”, comentó Miranda.

Consideró que “este tipo de negocios, con más previsibilidad, es más de nicho”, y que “los precios son más fáciles de fijar”. Admitió que “aprendimos que lo mejor para todas las partes es volver a la fijación de precios, con un techo, con un piso o a un precio fijo, pero no quedar librado al precio del momento”.

Ferrés comentó que no ha visto negocios para el primer trimestre de 2023 a un precio fijo. “Los que conozco son propuestas de una referencia más ciertos centavos, pero ahí está la incertidumbre. Da la sensación de que hay que esperar un poco”, dijo.

Menos ganado en corrales y la producción de carne se hace más lenta

Ferrés estimó que el volumen de ganado de corral en el último trimestre de 2022 y primer trimestre de 2023 será más bajo que el de otros años. “Entiendo que eso va a generar como consecuencia un enlentecimiento de la producción de carne del Uruguay, porque cada vez más la extracción ganadera y la producción de carne dependen de la producción de engorde a corral”, advirtió.

A propósito, sostuvo que “si por algún motivo el engorde a corral no da un buen resultado, la producción no tracciona, y al no traccionar todo se hace más lento, porque el corral es un sistema de producción muy rápido”. 

“Veo un enlentecimiento de la producción de carne del Uruguay, como consecuencia del alto costo de producción en los corrales de engorde, por la baja del precio del ganado gordo. Y por otro lado, los costos no incentivan a invertir en recría o sistemas más caros. Uruguay va a bajar su faena y su tasa de extracción”, afirmó el presidente de Aupcin.

Si bien Ferrés dijo que “es difícil estimar la caída de la cantidad de ganado encerrado”, estimó que “se puede pensar en la mitad del año pasado o incluso menos, porque el negocio de la cuota 481 se achica. Estimo que Uruguay estaba en el orden de unos 60.000 animales encerrados al mes”. 

A la espera de una estabilidad 

El sector espera que se estabilice la demanda para que se establezcan nuevos precios. “Los ganados que hoy se están faenando se encerraron cuando los precios todavía eran buenos. Para el siguiente ciclo todo muestra que si no hay señales que den la posibilidad de fijar precios, habrá una baja en la cantidad de animales encerrados”, admitió Miranda. 

Planteó que “estamos en un mundo donde no sabemos cuál es la demanda normal. Lo que nos pasó en los últimos meses es que todo lo que se compraba hoy mañana sería barato. Todo el mundo compraba, pero no era una demanda real. Seguramente el nivel actual de demanda tampoco sea real, así que habrá que esperar que el mercado se estabilice para ver realmente cuál es el nivel de demanda mundial de este tipo de alimentos”. 

¿Quiénes seguirán encerrando ganado?

Ferrés planteó que hay diferentes escenarios para los diferentes corrales de engorde. “Hay gente que tiene un ciclo completo y toma la decisión de encerrar porque capaz que no tiene un valor atractivo para vender ahora, o no hay una oferta adecuada. Y también están los corrales de la industria, que siempre están encerrando ganado, y así como ganan pierden, y siguen en esta actividad”, describió. 

Pero afirmó que “parece poco interesante comprar ganado para encerrar sin tener un precio de referencia hacia adelante”. 

Momento de mejorar la eficiencia

En las actuales circunstancias, “es momento de ajustar la eficiencia”, dijo el presidente de la Mesa Nacional de la Alimentación a Corral. “Cuando los números son más grandes se puede hacer la vista gorda en muchas cosas, y cuando los números son más justos uno empieza a afinar la vista y a tratar de mejorar diferentes aspectos para buscar el margen final”, reconoció. 

En ese sentido, Miranda planteó que “hay que afinar mucho en la compra de la reposición, ver que sean animales en las mejores condiciones posibles para encerrar, buscar la eficiencia, sinergias para bajar el costo de la alimentación. Esto nos obliga a hacer el ejercicio de buscar el margen en diferentes puntos del negocio”.

¿Cómo queda el negocio del corral en este nuevo escenario de precios?

Las empresas del rubro replantean su estrategia luego del fuerte ajuste del mercado en las últimas semanas.

 

En las últimas semanas se produjo un fuerte ajuste de precios en el mercado ganadero, tanto del ganado para faena como de reposición, y todos los negocios deben replantearse, en particular el del engorde a corral, considerando su alta inversión y riesgo. 

“Hay cosas que se han procesado muy rápido, creo que volverá a caminar, pero por ahora nos basamos en supuestos. Hay ganado encerrado pero mucho menos de lo que suele haber en esta época del año. La gente decidió parar un poco a ver cómo sigue esta situación”, comentó a ACG el Dr. Álvaro Pastorini, asesor de varias empresas de ese rubro. 

Explicó que en este replanteo no solo hay que considerar el precio de venta del novillo gordo, sino también el de la reposición, ya que el resultado se obtiene de esa ecuación. 

El costo de los granos es otro punto a considerar, pero allí no hay expectativas de una baja. “El precio de los granos sigue alto y no va a variar ahora, después que ya se cosechó es difícil que el precio baje, porque el corral ya lo compró o fue comprado por una planta y ahora está en reventa. No sé qué pasará con la cebada a fin de año, pero lo que hay ahora es maíz y no creo que baje”, analizó. 

Pastorini estimó que “es probable que el negocio empiece a caminar de nuevo cuando se estabilicen los precios. Con esta variabilidad es asumir un riesgo importante. Los precios se van a equilibrar, demorará un poco más o un poco menos, pero se van a equilibrar porque sino el negocio se rompe y eso no le sirve a nadie. No le sirve a la industria, porque se queda sin animales para faenar; no les sirve a los recriadores, porque no tienen salida para sus ganados; ni a los propios involucrados con el negocio del feedlot”.

Por lo tanto, planteó que “el ajuste se va a procesar”. Y consideró que este shock obedece a que el proceso de ajuste fue mucho más rápido y vertiginoso que el de otras oportunidades, tanto en el mercado del ganado gordo como de la reposición. 

Consultado sobre la posibilidad de retomar el sistema de contratos de precios entre los corrales y los frigoríficos previo a encerrar los ganados, respondió que “sería lo más lógico”. 

Cabe recordar que en un mercado en constante suba habían quedado de lado los contratos, porque cada vez que se iban a liquidar el precio del ganado spot era más alto que el del contrato. 

Pero no solo los productores preferían precios con bases móviles (referencia de ACG) y un sobreprecio sobre esas bases, sino que también la industria parecía sentirse cómoda con ese sistema.

En las actuales circunstancias los frigoríficos no les están planteando ningún tipo de negocio a los corrales, porque todas las partes consideran que este no es un buen momento para negociar.

Quienes están en el sector coinciden que en el primer semestre se encerró mucho ganado en Uruguay, y por más que en este segundo semestre se encierre menos, el número anual se cree que será muy alto igual. Pero si se compara la cantidad de ganado que se encerrará en este segundo semestre, con la segunda mitad del año pasado, seguramente el número será muy inferior.

“Vemos que si se logra intensificar y mejorar la productividad, hay un retorno económico”

Entrevista con el ingeniero agrónomo Bernardo Mendiola, asesor independiente de empresas ganaderas en el área de nutrición animal, en sistemas pastoriles y de corral; también se encarga de la planificación del negocio ganadero en establecimientos de distintas regiones de Uruguay.

 

¿Cómo observa al negocio ganadero en 2022?

Este año las condiciones del negocio son muy alentadoras, fundamentalmente porque seguimos con muy buenos niveles de demanda internacional por nuestras carnes. Los volúmenes de faena se asemejan bastante a los del año pasado, que alcanzó cifras récord en faena y en exportación de carne. 

Este año los precios de exportación de la carne son mejores que los del año pasado, y eso se refleja en el precio del ganado. A nivel interno los valores del ganado gordo y de la reposición han tenido niveles superiores a los del año pasado, lo que nos hace ver al negocio en una condición que hasta ahora no la habíamos visto. Estamos teniendo un año muy bueno. 

¿A pesar de la baja, considera que los precios del ganado siguen siendo buenos?

Sí, sin dudas. Estamos atravesando una situación circunstancial en este momento del año, cuando algunas plantas pararon su actividad, por escasez de oferta, y eso retrajo la demanda, el volumen de actividad, y genera una baja de precios. Pero creo que es circunstancial, porque a pesar de eso las condiciones siguen siendo muy buenas.

¿Esperaba encontrarse con el escenario de este año?

No, pero el año pasado se empezó a avizorar un mayor nivel de actividad, más demanda; de todos modos, estos niveles de precios no los esperábamos. Pero más allá de los picos de precios, los niveles donde se acomodaron los valores hacen que pensemos en un negocio con condiciones totalmente distintas a las que estábamos acostumbrados

En la medida que este escenario se sostenga, estamos en una condición totalmente diferente en niveles de valores. Antes un novillo valía entre US$ 3,60 y US$ 4,00, y hoy hablamos entre US$ 5,00 y US$ 5,80. Más allá de los vaivenes, de subas y bajas puntuales, estamos en otro orden de precios.

¿Todos los eslabones de la cadena capitalizaron este momento?

Sí. A diferencia de otros momentos, cuando algunos sectores del negocio se veían más favorecidos que otros, ganaba la industria o los productores, el invernador o el criador. Hoy todos los sectores del negocio están conformes y con buenos resultados. Lo muestran los números de los cierres de carpetas; aparentemente hay buenos resultados para todos. 

Por otro lado, si bien no conozco los números de la industria, las señales son muy positivas y da la impresión de que también están teniendo buenos resultados.

¿A nivel productivo, en qué eslabón de la cadena ve mayores oportunidades?

Todo este escenario de alta demanda genera un desafío a todo el sector productivo. A nivel de la cría, con estos precios, podemos pensar en producir más terneros en la medida que haya demanda. Allí hay mucho espacio para crecer. Uruguay tiene mucho para avanzar en la eficiencia del sector criador si nos comparamos con las situaciones de otros países. 

También hay espacio para crecer en la recría y el engorde. Venimos atravesando un proceso que, en la medida que aumenta la demanda de ganado para faena se van acortando ciclos. Las invernadas son cada vez más cortas y los esquemas de recría también tienen ciclos más cortos. 

En los números de Dicose de los últimos años vemos reflejada una edad de faena cada vez más baja, y que empiezan a desaparecer categorías de novillos formados, aunque todavía hay mucho camino por recorrer en ese sentido.

Veo que en la cría, en la recría y en la invernada hay mucho camino para seguir transitando, en la medida que sigamos teniendo estas señales del mercado, determinada por la demanda de carne uruguaya en el mundo.

¿El corral fue una herramienta clave para aumentar la producción de carne, acelerar los procesos y bajar la edad de faena?

Sí. Soy un convencido de que es una herramienta muy valiosa para producir carne. Sobre todo en estas circunstancias, cuando necesitamos cada vez más volumen de animales para faena. El corral permite acelerar los procesos de engorde. 

Debemos tener en cuenta que, si hoy tenemos precio o buenas expectativas de resultado en los negocios de corrales, poder usar esa herramienta para incrementar los volúmenes de faena en las mismas condiciones es una oportunidad muy interesante para aprovechar, y hacer uso de eso para poder aumentar la eficiencia del stock o los volúmenes de ganado para faena.

La tasa de extracción de Uruguay ronda el 20%, pero cuando miramos los países que tienen sistemas ganaderos más eficientes andan en el orden del 30% o 35%. Esa es una referencia para ver que, en la medida que tengamos condiciones de precios, tenemos potencial para seguir creciendo y aumentando la cantidad de animales para faena, con el mismo stock

Eso implica acortar ciclos en la recría y en el engorde, además de mejorar los índices de la cría, aumentando la producción de terneros con el mismo stock de vacas. 

¿Cree que la agricultura fue importante para impulsar esta mayor eficiencia de la ganadería?

Sí, sin dudas. En algún momento se vio como una amenaza, cuando se empezó a incrementar el área agrícola, producto de la mejora de ese negocio, con la soja como oportunidad en los años 2004 o 2005. Pero hoy vemos a la agricultura como un socio del negocio ganadero.

La agricultura generó una oferta de granos, no solo para venta sino también forrajeros, que permitieron acelerar muchísimo los procesos de producción en la ganadería. Ya sea a través de la suplementación sobre pasturas, en el destete precoz, y como fuente de alimento fundamental en los corrales de engorde o en los sistemas de confinamiento.

La agricultura genera la posibilidad de disponer de granos en Uruguay, y además habilita la esquemas de rotación de cultivos con pasturas. De esa forma ayuda a disponer de pasturas de más calidad para la ganadería, o de zonas que estaban parcialmente explotadas con pasturas. Por lo tanto, la agricultura permite aportar áreas de pastoreo de calidad para el ganado, contribuyendo a la producción de carne.

¿Nota una mayor inversión del sector ganadero en estos años?

Sí. En estos años se notó tanto en los sistemas pastoriles, con inversión en área forrajera, maquinaria o sistematización con esquemas de agua o subdivisiones. Y también en los sistemas que dependen más del uso de granos, con nuevos proyectos de corrales y corrales que están aumentando su capacidad. 

La industria también participa del sector primario, con corrales propios, produciendo su propio ganado para faena. Se nota un dinamismo y un nivel de inversión que acompaña a este momento de precios. 

¿Cómo imagina el futuro de la ganadería en Uruguay?

En la medida que nos convenzamos de que este escenario se consolidará en el futuro, podemos esperar un crecimiento de la ganadería y probablemente un aumento de la productividad ganadera en Uruguay.

Vemos que si se logra intensificar y mejorar la productividad, hay un retorno económico. Antes era complicado encontrar una demanda sostenida por el producto, que justificara los aumentos de producción con buenos precios. Pero cuando los aumentos de producción responden a un aumento de la demanda es algo que tiene sentido. Se está buscando producir más para alguien que está pagando bien por un producto, y satisfacer una demanda que es creciente. 

Toda esta situación encuentra a Uruguay con posibilidades de enfrentar estos desafíos, y de tener un crecimiento como el que está mostrando. Los datos de faena y exportación en 2021 fueron muy superiores a los de los años anteriores; y se espera que los resultados de 2022 sean similares a los de 2021. Aparece una tendencia de crecimiento de la productividad. 

Brasil encerrará menos ganado en el segundo semestre

La explicación es el aumento del precio de los granos, esto impulsa la venta anticipada de ganado gordo y bajan los precios, explicó el presidente de Minerva.

 

Los ganaderos de Brasil prevén reducir el volumen de ganado que será enviado a confinamiento en el segundo semestre, un factor que contribuye a intensificar la caída del precio del ganado, a medida que se envían más animales a frigorífico, dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Minerva Foods, Fernando Galletti de Queiroz.

El menor confinamiento se da por el aumento de los precios de los insumos utilizados en la alimentación animal, como el maíz y la harina de soja.

“Se espera que haya menos confinamiento en la segunda mitad del año y eso suma presión para que los productores vendan los animales en ese momento, por eso la baja en los precios (del ganado gordo)”, dijo el ejecutivo durante un evento en Campinas (San Pablo), promovido por Syngenta.

Según el presidente de la mayor exportadora de carne bovina de Sudamérica, la presión sobre la terminación intensiva se explica “precisamente por el costo de los alimentos de los corrales”.

Los precios de los insumos se vieron impulsados ​​por el aumento de los precios mundiales como resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania. En Brasil, también hubo una caída en la cosecha de soja debido a la sequía del verano pasado y mayores expectativas de exportaciones de maíz, para llenar un vacío dejado por los granos ucranianos.

 

Fuente: Forbes en base a Reuters.

Australia comenzó a vender alga que reduce hasta 95% la emisión de metano del ganado

Se trata de asparagopsis, especie nativa en esa región, que ya se comercializa a corrales de engorde; se trabaja para su aplicación a la lechería y ganadería extensiva, al tiempo que se planifica una mayor producción de este aditivo, para su exportación.

 

Después de años de investigación frenética y licencias comerciales aceleradas, los corrales de engorde de ganado de Australia ahora pueden comprar asparagopsis, un alga nativa australiana que se promociona para reducir las emisiones de metano en “90% a 95%” cuando se alimenta a vacas y ovejas.

La primera venta mundial de asparagopsis fue anunciada este mes por CH4, una de las tres empresas con licencia para vender el aditivo para corrales en Australia.

El procesador de carne del sur de Australia, CirPro, fue el comprador. “Estamos muy orgullosos de ser los primeros en poder anunciar un suministro comercial al mercado”, dijo el gerente general de CH4 Australia, Adam Main.

La asparagopsis ha sido objeto de numerosos ensayos de investigación y un esfuerzo de comercialización acelerado desde que se identificó por primera vez como una forma de reducir las emisiones de metano de los animales rumiantes.

El jefe de CirPro, Reg Smythe, dijo que la instalación de Port Pirie preparada para recibir la asparagopsis estaría en pleno funcionamiento el próximo año. “Estamos comenzando con cantidades relativamente pequeñas y creciendo de acuerdo con la capacidad de CH4 para fabricar el suplemento”, comentó.

Los rumiantes, incluidas las vacas, las ovejas y las cabras, producen metano a través de la digestión, que es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Australia, según CSIRO.

Venta de algas

La venta se produce después de cuatro años de investigación y desarrollo por parte de CSIRO, Meat and Livestock Australia y la Universidad James Cook. El aditivo se patentó en 2020 y la producción se amplió rápidamente.

Main dijo que CH4 se ocuparía exclusivamente de corrales de engorde y procesadores de carne a gran escala antes de expandir su oferta a otros tipos de rubros en el futuro. “Nos estamos enfocando en la industria de corrales de engorde aquí en Australia, pero nuestra operación en Nueva Zelanda definitivamente está mirando al mercado lácteo”, señaló.

Agregó que “también debemos crecer para poder brindar nuestra tecnología a aquellos animales que ven menos gente y no reciben alimentación suplementaria, la ganadería extensiva”.

¿Australia primero?

Los derechos de patente internacional para vender asparagopsis como aditivo para corrales pertenecen a FutureFeed, una rama de CSIRO, propiedad del gobierno australiano, con respaldo privado de Woolworths Group, GrainCorp, Harvest Road y Sparklabs Cultiv8.

Las licencias para cultivar y vender las algas, que son endémicas de Australia y Nueva Zelanda, se han otorgado en el extranjero. Y si alcanza su potencial de reducción de emisiones, el mercado comercial internacional de asparagopsis podría valer miles de millones de dólares por año.

Si bien los productores australianos tienen la ventaja de ser los primeros en moverse, los licenciatarios internacionales, incluido el CH4, están trabajando para producirlo en el extranjero.

“El suministro para todo el ganado y todas las ovejas [en Australia] podría provenir del sur de Australia”, dijo Main. 

Explicó que “El enfoque siempre debe ser, y lo es para mí, crear una industria aquí que pueda satisfacer las necesidades de Australia, pero que también sea un importante exportador. Sin embargo, para tener el alcance completo y llevar este producto a la mayor cantidad de vacas posible en poco tiempo, estamos buscando replicarlo en otras partes del mundo”.

Trabajo en progreso

La investigación sugiere que se necesita incluir muy poca asparagopsis en el alimento de un animal rumiante para que sus emisiones de metano caigan en picada. “Digamos que la ingesta de materia seca de una vaca es de 14 kilos por día”, dijo Main.

Administrar la cantidad de asparagopsis que consume un animal es difícil fuera de un corral de engorde, al igual que medir cuánto reduce realmente el aditivo para alimentos las emisiones de metano en un establecimiento extensivo.

Meat and Livestock Australia continúa trabajando en una gama de herramientas y tecnologías para que los productores reduzcan las emisiones de manera rentable y aumenten la productividad al demostrar credenciales de administración ambiental, dijo su director gerente Jason Strong.

Esas credenciales podrían, en última instancia, tomar la forma de comercialización de productos cárnicos o créditos de carbono respaldados por el gobierno.

“La tecnología está siendo revisada en este momento por el Fondo de Reducción de Emisiones para ser aceptada por el esquema de crédito de carbono del gobierno”, dijo Main.

Mientras que Smythe sostuvo: “no confiamos en esquemas de créditos de carbono, pero creemos que será parte de la combinación general”.

 

Fuente: ABC Rural News.

Hacia una nueva ganadería en Uruguay

Resumen de la presentación del Dr. Álvaro Ferrés, directivo de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), en el marco de la reunión especial de precios, realizada por ACG el lunes 23 en Rocha.

 

El Dr. Álvaro Ferrés, directivo de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin) proyectó el futuro de la ganadería de Uruguay este lunes 23 de mayo en la reunión especial de precios que la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) realizó en el predio de la Sociedad Agropecuaria de Rocha. 

Durante su presentación, titulada Hacia una nueva ganadería en Uruguay, se preguntó: “¿Cuál es el desafío que tiene Uruguay hacia adelante para incrementar la producción de carne?” y respondió que “vendrá por un incremento de la producción, del volumen y peso de faena, del porcentaje de extracción y de la cantidad de terneros”.

En ese sentido, dijo que Uruguay tiene por delante dos modelos de producción posibles: el de Estados Unidos o el de Australia.

El modelo de Estados Unidos

Sobre Estados Unidos, dijo que pasó de tener 130 millones de cabezas de ganado en 1974 a algo más de 90 millones de cabezas en la actualidad, pero faena más de 30 millones de vacunos por año. Esa faena se compone en un 53% de novillos y 30% de vaquillonas; y que el 80% del ganado que se faena es de alta calidad. 

La extracción en Estados Unidos, sumando la exportación en pie, se ubica entre 34% y 36%, destacó Ferrés, al tiempo que recordó que en Uruguay la extracción mejoró, pero se ubica en 24%. Y señaló que, considerando los números de Estados Unidos, “Uruguay debería de estar cómodamente arriba de los 4 millones de cabezas faenadas”. 

Ferrés señaló que en Estados Unidos los terneros que se producen van a un sistema de recría o directamente a un corral de engorde; y las vacas viejas van a frigorífico. De esa forma se especializa la cría, donde la tasa de destete es de 96%; y también se especializa la recría. 

“En Uruguay se viene un modelo donde la vaca va a tener que ser más eficiente, van a relegarse los campos naturales, las pasturas mejoradas van a ser sistemas de recría; y gran parte de los animales que vayan a faena van a proceder de los corrales de engorde. Eso explicará las tasas de extracción de más del 30%”, sostuvo. 

El modelo australiano

Por otra parte, Ferrés comentó que Australia tiene casi 23 millones de cabezas, 10 millones de vacas y produce 8,3 millones de terneros, con más del 80% de tasa de destete. 

“Eso es lo que a nuestro entender pasará en Uruguay. El tema no es importar vacas en pie de Argentina para que tengan 65% de extracción. El problema se resuelve de dos maneras: que las vacas produzcan más y que las vaquillonas se entoren más jóvenes”, dijo. 

“¿Por qué no se pueden entorar vaquillonas de 15 meses? ¿Quién dijo que se atracan? Se pueden manejar bien. ¿Por qué en el campo tiene que haber vaquillonas de 3 años sin entorar? ¿Por qué tiene que haber tantas vaquillonas de 1 a 2 años si a los 15 meses se pueden entorar? ¿No mejoraríamos la tasa de extracción si achicamos la cantidad de vientres improductivos en el establecimiento? ¿Qué tiene Australia que nosotros no tenemos?”, se preguntó ante un auditorio integrado por unas 70 personas.

El productor señaló que “cuando achicamos la edad de faena el rodeo se achica, y tenemos un stock más productivo. ¿Por qué Uruguay no puede tener 5 millones de vacas de cría y faenar 4 millones de cabezas? Técnicamente se puede”. 

“¿Por qué destetamos terneros a los seis meses con 150 o 160 kilos? En un sistema de recría intensivo podemos perfectamente llevar ese ternero a 350 o 400 kilos, entrando a los corrales de engorde en diciembre, para faenarlos en marzo del año siguiente. Animales de 16 meses ya están en peso de faena. Y los que quedaron para atrás entran en ese invierno. Eso a nivel de pasturas son ganancias diarias de 500 o 700 gramos”, detalló. 

“Australia tiene alta faena y alta exportación en pie. Si se exportan muchos terneros no nos quedamos sin ganado para faenar. En un sistema extensivo sí, pero si incrementamos la producción no hay problema de exportar en pie. Está demostrado”, afirmó Ferrés. 

Aseguró que “no pasa nada que se vaya ganado en pie. La exportación es reguladora del precio y es fantástica. El tema es adoptar tecnología para acelerar la producción”. 

Señaló que en Australia hay capacidad de engordar 1,5 millones de cabezas. Por lo tanto, tiene la posibilidad de producir 3 millones de cabezas, o más, en los corrales de engorde; además de la faena de ganado de pasturas.

Un negocio más productivo que especulativo

Para Ferrés, ese cambio en la ganadería uruguaya se va a dar, “porque el negocio pasa a ser productivo y no más especulativo. La gente no va a retener ganado porque después puede valer más. Es negocio producir más. Ese es el cambio que empezamos a ver y que entendemos que va a suceder”. 

En ese sentido, consideró que el sistema australiano es más intermedio que el de Estados Unidos, y es probable que ese sea el camino a seguir en Uruguay.

La industria está haciendo un buen negocio

Ferrés remarcó que la información es importante en el negocio y señaló que el Instituto Nacional de Carnes (INAC) empezó a publicar datos que “no son menores”. En ese sentido valoró que “Uruguay está produciendo ganados más pesados y está vendiendo mucho más de lo que era antes el Novillo Tipo”. 

Sobre la reciente actualización de ese indicador, subrayó que ahora vale US$ 1.826. “Hasta que INAC no lo publicó nadie se lo imaginaba. Estamos exportando carísima la carne”, dijo. 

En ese sentido, dijo que “otro componente no menor son los márgenes industriales. No existe casi antecedente de US$ 400 de margen industrial. Entonces, los frigoríficos faenan todo porque están ganando una fortuna; y está bien que sea así”.

La actualización del Novillo Tipo se debe a que hoy la carcasa promedio es de 277 kilos y no de 250 kilos, como antes. Ferrés puso como ejemplo que el 4% que corresponde al pecho, vale más que el lomo. 

“En China la carne se está vendiendo bien, pero sobre todo aquellos cortes que antes no se vendían o se vendían mucho más barato. Eso es China para Uruguay. Siempre dijimos que en el rump & loin están los cortes de calidad, los más caros, pero China paga más por otros cortes, por suerte”, destacó. 

Aunque reconoció la alta dependencia de ese mercado, el directivo de Aupcin también consideró que es lógico que se le venda al comprador que paga más.

Si bien consideró que el precio del ganado puede bajar, también destacó que “el precio está tocando las nubes”. Y preguntó: “¿Les parece que tendríamos faenas de 50.000 o 60.000 reses si la industria no estuviera cómoda? Los únicos que no lo creíamos éramos nosotros”. 

El integrante de Aupcin dijo que “tampoco es verdad que se estén yendo vacas preñadas a faena. La gente no considera que una vaca en la pantalla vale US$ 900 y en el frigorífico vale US$ 1.200, porque sabe que dentro de seis meses esa vaca tiene un ternero, que en pocos meses más vale US$ 500; y ese es un buen negocio”. 

Además, sostuvo que “el criador olfatea que estos valores de la carne llegaron para quedarse. No estoy diciendo que el novillo va a valer US$ 6, sino que los precios buenos de la carne vinieron para quedarse, al menos por un tiempo. Todo esto si no pasa nada raro”. 

“Es cierto que el precio está teniendo correcciones, pero no creo que el novillo vuelva a valer US$ 4. Porque lo que domina el precio de la carne a nivel mundial es el precio de los granos, y mientras los granos sigan valiendo mucho es muy difícil que el precio de la carne baje. Porque la carne se produce con granos, la de pollo, la de cerdo y la vacuna”, explicó. 

Mercados

Ferrés afirmó que “Uruguay está negociando con el Sudeste Asiático, donde hay una oportunidad importante, porque los aranceles son menores y sanitariamente se puede acceder. Es parte de las prioridades del gobierno”. 

Por otra parte, consideró que “el Reino Unido puede ser una oportunidad, pero no lo veo como uno de los países donde Uruguay pueda hacer la diferencia. No es China”. 

Planteó como ejemplo que actualmente ya no hay diferencia entre un novillo cuota 481 o no cuota, porque pagan el mismo precio en otro mercado. “Ya no importa la ventana, ni la fecha de ingreso ni los días de encierro”, comentó. 

Además, Ferrés consideró que “se vienen otros mercados que van a hacer que cada vez más los corrales de engorde empecemos a trabajar con novillos de 200 días de encierro, con la escala de marmoreo, el choice y demás. Es lógico, porque tenemos que vender más caro. Si le podemos agregar certificaciones, como carbono neutro u otras, mejor aún”. 

Concluyó que “Uruguay tiene esos desafíos por delante, tiene todos los instrumentos para valorizar el producto, y desde el punto de vista del manejo tenemos herramientas tecnológicas que se pueden aplicar. Va a cambiar el comercio, el volumen, ¿por qué Uruguay no puede faenar 3 o 4 millones de cabezas?”.

Brasil adopta más feedlots para atender la demanda china de carne

El proceso se aceleró a partir de 2019, cuando avanzó la venta de productos a China.

 

Impulsado por la demanda china, el crecimiento en el uso de corrales de engorde en la producción de carne de res brasileña aumentó a aproximadamente una cuarta parte del ganado total sacrificado del país, dijeron fuentes de la industria.

Según consigna Reuters, el ganado engordado para producir carne para el mercado chino, que compra alrededor del 50% de la carne vacuna exportada de Brasil, se vende de 20 (4,29 dólares) a 30 reales (6,43 dólares) por encima del ganado convencional.

“Esto ha contribuido al uso de instalaciones de confinamiento como corrales de engorde en Brasil, el mayor proveedor de carne de res del mundo, en lugar de vacas alimentadas con pasto que viven en grandes propiedades”, dicen las fuentes consultadas por Reuters.

“La mayoría del ganado confinado se dirige a los mataderos de exportación, y China solo compra animales de 30 meses”, dijo Hugo Cunha, gerente de la empresa holandesa de nutrición DSM. “Y solo podemos hacer eso terminando el ciclo en confinamiento o en un sistema semi-intensivo”, dijo.

En 2021, 27,54 millones de cabezas de ganado fueron sacrificadas en Brasil, según la oficina de estadísticas del gobierno. El Censo de Confinamiento (DSM) muestra que 6,5 millones de animales terminaron en confinamiento el año pasado, lo que corresponde al 23,7% de las vacas sacrificadas provenientes de corrales de engorde aquí.

Hace cinco años, 29,7 millones de bovinos fueron sacrificados en Brasil, según datos del IBGE. Esto se compara con los 3,75 millones de animales criados en confinamiento, o el 12,6 %, según muestran los datos del DSM de 2016.

La adopción de instalaciones de engorde a corral se aceleró a partir de 2019, cuando se aprobó la venta de productos a China en muchas plantas brasileñas de carne vacuna.

Solo ese año, se aprobaron 22 plantas de carne vacuna. Actualmente, 37 unidades brasileñas de carne vacuna pueden vender carne vacuna a China, según datos de la industria y el gobierno.

 

Fuente: Agrofy en base a Reuters.

“En Argentina el largo plazo es la semana que viene”

Entrevista con Darío Colombatto, asesor ganadero en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Contenido exclusivo para socios y suscriptores de ACG.

 

¿Cómo analiza el momento de la ganadería en Argentina?

Es una suma de sentimientos encontrados. Porque en dólares oficiales tenemos precios buenos, tanto para la cría como para el ganado gordo. En las últimas se recompuso bastante el precio. 

¿En cuánto está?

En dólares oficiales el novillo está a US$ 2,60 o US$ 2,70 por kilo de peso vivo. Si queda neto a US$ 2,40 o US$ 2,50 estamos en un buen precio. Y la relación compra-venta se recompuso a favor del gordo, porque estaba muy complicado reponer terneros con el precio obtenido con el ganado gordo. Hasta noviembre o diciembre fue complicado, daba pavor el precio de la reposición. 

En Uruguay se dio a la inversa, la relación es más favorable para el invernador. 

Es así, estuve en diciembre en Uruguay y lo vi. En ese caso pasa a importar menos el costo de la ración, porque la inversión más grande es en la compra del ternero o del animal recriado. Por lo tanto, al tener una ventaja en la compra de la reposición, me importa menos el precio de la ración. 

Siempre las relaciones de precios de compra-venta del ganado tendrán más peso que las variables productivas. 

Todos, en la interna de un feedlot, intentamos cuidar las variables productivas, pero después vemos que en realidad esa es la tercera variable que más impacta en la rentabilidad. Primero es el precio de venta, después el precio de compra y después recién viene la eficiencia de conversión, el precio del grano y esas otras variables.

Volvamos a la situación del negocio ganadero en Argentina; decía que las relaciones de precios han mejorado.

Sí, toda la cadena tiene buenos precios y el consumo absorbe toda la oferta de carne. El consumo interno es fuerte en Argentina, pero ha venido bajando. Hay poca plata en la calle y un contexto económico complejo, con inflaciones del 4% mensual, con alimentos que van en 5% o 6% de inflación mensual. Por lo tanto, cualquier aumento en el precio de la carne, que se dé a nivel del novillo, debería ir hacia arriba, porque todo empieza a aumentar y a impactar en el mostrador de la carnicería. 

 

“Durante años se educó al consumidor diciéndole que la costilla chiquita era sinónimo de terneza, y ese fue un error histórico”

 

Al mismo tiempo, el gobierno intenta bajar los precios por vías ya fracasadas. Con control de precios y prohibiendo exportaciones no estimulas a una mayor producción para que el precio, por la misma oferta, pueda mantenerse. No digo que el precio baje, porque nadie trabaja para que el precio de su producto baje, sino para aumentar la producción para que haya más carne disponible en el mercado interno; en ese caso el precio a lo sumo se mantendrá. 

O, en último caso, como se ha hecho en Uruguay y en otros países, se pueden subsidiar cortes populares, con la venta de los cortes más caros al exterior. 

Y en ese marco, ¿cómo están los números del negocio ganadero?

Depende mucho de cómo lo miramos. La semana pasada estuvimos haciendo análisis económicos en tres campos, comenzando ahora con terneros al destete, y saliendo en marzo del año que viene con un novillo de 420 o 450 kilos. Ese número, con la foto de la semana pasada, da bien. Nos da una tasa positiva, por encima de la inflación. 

Colocamos el precio de compra de hoy y el precio de venta de hoy, fijamos el precio en pesos, asumiendo que de acá a un año ese precio será nominalmente el número más la inflación. Y aún así tenemos una tasa positiva. 

En ganadería sabemos que un ciclo de cría dura al menos cuatro o cinco años, desde que tengo la ternera, la recrío, la pongo en servicio, hasta que llega la parición y el destete del ternero. La ganadería siempre se maneja con plazos de años, pero en Argentina el largo plazo es la semana que viene

Por lo tanto, el número que tenemos hoy es ese, pero la semana pasada era distinto. Entonces, no puedo culpar al ganadero si tiene dudas, porque está invirtiendo a cuatro o cinco años, cuando no le podemos asegurar lo que pasará la semana que viene. 

En este contexto de números positivos, la recomendación es no vender el ternero, darle maíz, porque la mayoría de los ganaderos también produce maíz, que tiene costos importantes para llegar al puerto.

Entonces, en la mayoría de los lugares vamos a empezar una recría pastoril de mucha eficiencia, incluso muchas veces teniendo corral de recría, hasta que haya pasto suficiente. 

Después los animales van a los verdeos de avena o raigrás, y usamos pradera en primavera, tratando de consumir todo ese pasto. Cuando la pradera se va quedando sin nada, entrando al verano, empezamos a encerrar el ganado para la terminación. 

¿Por qué encierran el ganado en los dos veranos y no en los dos inviernos?

La razón es la estacionalidad de precios. Vemos que los mejores precios siempre están entre la segunda quincena de febrero y las últimas semanas de abril o primeras semanas de mayo. 

La mayor zafra de salida de los corrales va de agosto a octubre. Ahí es donde probabilísticamente puede disminuir el precio del ganado. Aprovechamos a vender de febrero a mayo, porque hay gente que no quiere encerrar en verano y hay quienes no pueden hacer recrías largas. 

Al contrario de lo que pasa en Uruguay, en Argentina tenemos el ternero bolita, se faenan animales livianos. Pero eso implica desaprovechar la curva de crecimiento del animal.  

 

En Argentina hay gente que invierte en inseminar vaquillonas con toros campeones y después faena sus hijos con 320 kilos; eso es algo que no tiene sentido”

 

Durante años se educó al consumidor diciéndole que la costilla chiquita era sinónimo de terneza, y ese fue un error histórico. 

Está demostrado que si hago una buena recría pastoril y termino el ganado con 90 días de corral la terneza está asegurada, por más que el animal pese 450 o 500 kilos. 

Y además se paga la genética en la que se invirtió. En Argentina hay gente que invierte en inseminar vaquillonas con toros campeones y después faena sus hijos con 320 kilos; eso es algo que no tiene sentido.

Por lo tanto, con los números actuales, la recomendación es recriar los terneros.

Sí, arrancamos una recría pastoril, que permita tener el mejor margen posible por kilo producido. El costo del pasto es bajo y tenemos buen ingreso por alta ganancia de peso. 

Pero no todos pueden hacer eso. Otros hacen un negocio más financiero. Entran al corral con un animal de 180 o 200 kilos y lo sacan con 320 kilos en tres meses. Rotan el capital más rápido y se hacen antes con el dinero. 

No tengo ningún cliente que haga eso, pero entiendo que es un negocio importante. 

Apuntamos más a modelos con una recría pastoril y una terminación más pesada. Buscamos eso como modelo de estabilidad.

¿Cómo observa el nivel de inversión de los productores en Argentina?

Siempre hay mucho temor. Con todas estas restricciones al dólar y demás. En Argentina si quiero comprar alambre para hacer 5.000 metros, tengo que salir a buscar a 300 kilómetros a la redonda, porque no hay. 

Pero lo positivo es que una vez que el productor ha tenido buenos precios agrícolas y tiene dinero disponible, en su gran mayoría, invierte en el propio establecimiento. Es un tema de conseguir recursos para la inversión, no de falta de interés en invertir. 

También hay problemas para conseguir fertilizantes, herbicidas y demás insumos. Han subido mucho los precios y nos estamos encontrando con dificultades. 

 

“Sería una picardía que esta sobredemanda mundial no se pudiera aprovechar por parte de Argentina”

 

Pero en el universo de productores que visito, que está integrado por productores de medianos a grandes, todos están creciendo, con precaución, sobre todo por la vía de la recría.

También veo que están mejorando las instalaciones de los corrales, que eran muy caseras. Hay inversión en mejora de caminos, en comederos, maquinaria para dar más rápido la comida. 

¿A cuántas empresas asesora y qué cantidad de ganado suman?

En Argentina -sin contar Uruguay, Paraguay y Chile- brindamos servicios a unas 60 o 65 empresas al año. Algunas con visitas anuales, otras semestrales y solo una con visitas mensuales.

En términos de cantidad de ganado, estamos hablando de unas 350.000 cabezas. Esto sin contar a ADP, en Uruguay, por ejemplo, que mueve casi 60.000 cabezas y una paraguaya que produce 40.000 cabezas. 

En Argentina la que más produce llega a unas 40.000 cabezas al año, y hay otras empresas que incluso tienen plantas de alimentos balanceados, que nos contratan para asesoramientos a sus clientes. Eso tiene un efecto multiplicador que es muy difícil de medir. 

¿Cuáles son las perspectivas para la exportación de carne argentina?

Las veo muy positivas, porque me parece que no hay mucho espacio para más intervenciones. 

Las intervenciones han sido muy dañinas en los últimos 15 años en Argentina. Mi impresión es que ya no hay tanto poder de fuego.

Si prohibieran de golpe las exportaciones, nos quedaríamos con carne disponible por uno o dos años no más, porque nadie invertiría en hacer novillos pesados, y al país le faltarían US$ 1.000 o US$ 2.000 millones, que los necesita como al agua. 

 

“A Uruguay lo veo mucho más consolidado”

 

Muchas veces se hacen anuncios de aperturas que después no se concretan, porque hay una letra chica o trabas burocráticas. 

Además, hay muchos puestos de trabajo. Se entendió que la carne en Argentina no la manejaban 100 familias terratenientes, como en su momento se le hizo creer a mucha gente. No estamos en el siglo XIX o principios del siglo XX. Eso cambió.  

Hay mucha más gente en la cadena de la carne de lo que los funcionarios creían. Hay muchas industrias asociadas a la cadena cárnica.

Las perspectivas son buenas, porque tenemos un producto que muy pocos países producen en cantidad y calidad, con estas ventajas comparativas y competitivas. 

Y el mundo sigue sobredemandando carne real. Se apaga lo que se pensaba que era una amenaza inminente como las carnes artificiales porque tiene limitantes tecnológicas, de huella de carbono y producción, como para ser considerados inmediatamente como sustitutos. 

Sería una picardía que esta sobredemanda mundial no se pudiera aprovechar por parte de Argentina.

¿Cómo ve a Uruguay?

Con las dificultades climáticas y de suelos en algunas zonas, a Uruguay lo veo mucho más consolidado. El tema de que esté caro el grano es parte del sistema, y se van acostumbrando a manejarlo. Empieza a haber mucho más registro en los corrales de engorde. 

En diciembre conocí zonas que no conocía, Lavalleja, José Pedro Varela y demás. En esa zona vi sistemas integrados con el arroz, cosas que antes solo veía en Corrientes o en parte de la provincia de Entre Ríos.

Hay una consolidación del modelo empresarial integrado entre la agricultura y la ganadería, que es muy interesante. 

 

“Siempre envidio la apertura de Uruguay a la certificación en los distintos procesos”

 

Y siempre envidio la apertura de Uruguay a la certificación en los distintos procesos. Carne certificada como terminada a pasto, certificación de carne de corral, de libre de antibióticos. Esas certificaciones son parte del futuro. Hoy cuesta certificar y cuesta lo mismo certificar que el margen comercial que te dan, es lo que pasa al principio, pero es una envidia sana, porque en Argentina cuesta un poco más. 

Entre los deberes que tiene pendientes Uruguay está la eficiencia en la cría y recría. Hay que seguir avanzando, los pesos al destete todavía son bajos en general. Y la recría todavía tiene mucho margen para aprovechar mejor la producción de pasto. 

El tema de la recría es bastante recurrente en Uruguay.

Sí, en Argentina también pasa. Mucha gente cree que el feedlot tiene que solucionar todos los temas, y en realidad soluciona la terminación y a veces un período de crecimiento inicial. 

Hay modelos interesantes en Uruguay, que consisten en encerrar los terneros en el primer invierno, cuando no hay crecimiento del pasto. Esas estrategias tienen a veces limitaciones prácticas, pero son modelos muy interesantes y hay que enfatizarlos.

 

“Entre los deberes que tiene pendientes Uruguay está la eficiencia en la cría y recría”

 

Me sucede con empresas en Uruguay, que nos concentramos en el corral y después vemos que la clave está en la recría. Así que es probable que empecemos a avanzar hacia campos de recría, comprando terneros y no novillos recriados. 

Eso nos permitirá bajar el monto de inversión, será un sistema más largo pero tendremos un control nutricional del animal desde los 180 kilos y no desde los 300 kilos. 

En el noroeste argentino (NOA) ya estamos viendo cómo se juntan 10 productores que compran 500.000 terneros. Se van haciendo grandes campos de recría. Hay que considerar esa demanda cuando sale de golpe al mercado. 

En Uruguay tenemos además la demanda de la exportación de ganado en pie.

Eso siempre lo vi como algo positivo, porque le pone un piso al precio que recibe el criador, pero es una presión extra en el mercado, que compite con los invernadores.

Si mejoro mis puntos de recría y mi engorde, sin mejorar el número de terneros totales por vaca, me voy a encontrar con un cuello de botella en cinco años. Es lo que está pasando en Argentina, donde hay 22 millones de vacas y 14 millones de terneros; por lo tanto, hay 8 millones de vacas que no están dando terneros. Hay que aumentar la eficiencia. 

Hay que integrarse con las empresas de cría más eficientes. En la medida que tengo registro de los animales, y eso lo asocio con el proveedor, sé cuál es origen de los animales más eficientes. Por lo tanto, tengo que integrarme con esos criadores de los terneros más eficientes, para que me provean de esos animales todos los años.

“Este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre ganado gordo y reposición”

Entrevista con Daniel Miranda, presidente de la Mesa Nacional de Alimentación a Corral. Contenido exclusivo para socios y suscriptores de ACG.

 

¿Cómo percibe al negocio del corral en este momento?

Con bastante expectativa. Lo que está traccionando son los precios del ganado gordo, por la demanda exterior, y los frigoríficos demandan mucho ganado.

¿A pesar de las subas de precios de los granos y la reposición el corral sigue siendo un buen negocio?

Depende con qué nos comparemos. Los costos son más altos, creo que este año tendremos una relación de precios más tendiente a la media. El año pasado tuvimos relaciones de precios totalmente desvirtuadas. La relación flaco-gordo estuvo casi todo el año por debajo de 1. 

El 2021 fue muy bueno para todos los invernadores, tanto a corral como a campo, pero este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre el ganado gordo y la reposición, acordes a la media histórica.

¿Cómo se dividen porcentualmente los costos del corral?

Históricamente, del total del costo, dos terceras partes corresponden a la reposición y un tercio a la alimentación. El costo de sanidad es mínimo. 

Creo que esa relación histórica se mantendrá este año, pero con valores y costos más altos. 

¿Se va a encerrar más ganado este año?

Es un gran desafío. Después de las 350.000 cabezas de 2021, que fue un número muy bueno, el desafío es mantenerlo.

Todo el sistema debería interesarse en que los corrales trabajen más. Tenemos una extracción de casi 30%, bajó la edad de faena, aumentaron los pesos de carcasa y podemos faenar estos volúmenes semanales, en gran parte, gracias a los corrales. 

Creo que todo el sistema se beneficia de esto. Más allá de la mirada del sector del corral, hay que hacer un análisis general, considerando los beneficios que genera tener más animales salidos de los corrales.

¿Qué tipos de negocios están haciendo en este momento?

Los frigoríficos nos transmiten que la cuota 481 sigue, pero está cada vez más complicada la logística. Se corrieron hasta por 15 días las cargas para la faena en el siguiente trimestre, y eso provocó algunas complicaciones en este último mes. 

China tiene un nicho muy marcado para este producto, algo que ya venía desde antes de la pandemia; recordemos los valores a los que se vendía en el segundo semestre de 2019. Por lo que nos dicen, esos nichos han vuelto y se están atendiendo.

Veremos ahora qué ocurre con el mercado de Medio Oriente luego de la reciente visita oficial.

¿Qué tipo de ganado de corral demanda China?

Hay diferentes programas. Está el clásico, de 90 a 100 días de encierro, hay otros de 150 días y otros de 200 días. 

En China están muy acostumbrados a comprar en Australia, donde estos sistemas están muy definidos, con diferentes productos. China adoptó esas características de consumo y las están demandando en Uruguay.

¿Qué rango de precios se están manejando en los negocios de ganado de corral?

Hay de todo, porque son negocios cada vez más específicos y ya no se maneja un solo precio, como veníamos acostumbrados con la cuota 481. 

Los precios dependen de las carcasas, de los días de terminación. Pero en general se está definiendo considerando el precio semanal del novillo gordo más una prima.

¿De cuánto es esa prima en general?

De al menos U$S 0,30 o U$S 0,35 por kilo, pero después depende del tipo de producto, del interés de la industria, de la uniformidad, entre otros aspectos que pueden llevar a lograr un mejor precio.

¿Al achicarse la cuota 481 también cambian las ventanas de embarque o se mantienen?

El sistema es el mismo. La cuota se achicó a partir del primero de enero. La logística consistía en llegar los primeros días de cada trimestre, o sea, los primeros días de enero, de abril, de julio y de octubre. Pero eso cambió, porque los ganados de enero llegaron antes, y los que llegaron en los primeros días quedaron afuera de la cuota. Vemos que las cargas se anticipan 10 o 15 días.

¿Se siguen firmando acuerdos de entrega antes de encerrar el ganado?

Antes de la pandemia teníamos muchas certezas. El frigorífico hacía sus negocios de carne en el exterior, le pasaba un precio al productor, por tanto volumen, para entregar a los 100 días.

Después, con la pandemia, esas certezas de negocios de exportación de carne dejaron de estar, y los frigoríficos no podían trasladar un precio con anticipación. 

Luego el mercado se empezó a revertir. Hace un tiempo que estamos en un mercado de alza permanente y el productor no se siente a gusto vendiendo a futuro con un precio fijo.

Entonces, se empezó a trabajar con este plus o prima arriba del precio promedio del ganado gordo, dentro de un rango, con un mínimo y máximo. 

También hay otros tipos de negocios, pero este sistema es el que está empezando a agarrar cada vez más fuerza. 

¿Cómo viene trabajando la Mesa Nacional de Alimentación a Corral?

Desde mediados del año pasado venimos trabajando con los ministerios de Ganadería y Ambiente, sobre los temas medioambientales, las reglamentaciones, habilitaciones, refrendaciones y la parte sanitaria. 

Es un grupo de trabajo que viene funcionando bien, que también está integrado por las facultades de Veterinaria y Agronomía, además del INIA. 

¿Qué capacidad promedio tienen los corrales en Uruguay?

De 1.500 a 2.000 cabezas. La mayoría está en el litoral, por la oferta de granos y proximidad a Argentina. Pero en la región centro de Uruguay también se desarrollaron mucho, en departamentos como Florida, Durazno. En Rocha también crecieron los corrales, por la oferta de subproductos del arroz.   

¿Cómo evolucionaron las dietas en estos años?

Cuanto más ajustados son los costos y más altos los valores, tienen que ser más precisas las dietas, para maximizar el potencial de la eficiencia de conversión. 

Ese es el escenario en el que estamos hoy, cuando los precios de la comida son altos también vale la carne, pero hay que afinar muchísimo para lograr las mejores eficiencias. 

En los años que estoy en esto he visto muchos corrales y datos, donde se mejoró la eficiencia de conversión en 1 punto o 1,5 puntos, a través del manejo, del uso de otro tipo de granos. 

Cuál debe ser el límite de la eficiencia de conversión para que cierren los números del corral?

Depende mucho del valor del grano. Pero para tener un sistema que funcione, que sea rentable, debería de estar en 8 a 1 o 9 a 1 (kilos de alimento para producir un kilo de carne) como máximo. Ese ya es un techo alto, pero aceptable para un corral convencional.

En un corral profesional, con mejor maquinaria y tecnología, debería ubicarse entre 7 a 1 o 7,5 a 1.  

¿Cómo está Uruguay frente a otros países?

Entre los países que no usan hormonas, estamos muy bien. En estos últimos años mejoró la tecnología de alimentación, de maquinaria, infraestructura. Se pasó de usar tanques de plástico a comederos de hormigón. Mejoró la eficiencia de conversión. Toda esa profesionalización del sistema aporta su granito de arena a la mejora de la eficiencia. 

A nivel de la región hacemos punta, y a nivel mundial, comparándonos con Australia y Estados Unidos, estamos muy bien.

¿Cómo evalúan la recría? ¿Están llegando bien recriados los animales al corral?

Ahí está el cuello de botella. Mejoraron las tasas de preñez y de destete, baja la edad de faena con la eficiencia que aportan los corrales, pero nos queda la recría. 

La cuota 481 ha hecho que se acelere, pero al no tener la certeza de los corrales, los recriadores analizan muy bien si vale o no la pena darle de comer al ternero en el primer invierno. Ahí deberíamos trabajar, para aportar certeza, que se acelere la producción en ese eslabón de la cadena y le aporte dinamismo a todo el sistema.

“La rotación agrícola con pasturas se mantendrá, así como los granos en los sistemas ganaderos”

Entrevista con el contador Javier Aznárez, productor agrícola-ganadero en Río Negro.

 

¿Cómo observó el negocio agrícola-ganadero en el último año?

Fue muy bueno. Si bien el clima tuvo su incidencia, para los esquemas productivos del litoral, donde la suplementación, el corral de recría o de terminación están incorporados al sistema, fue un año muy bueno. 

Los precios de los granos fueron muy altos, eso hizo que el costo de la dieta fuera más elevado que el de otros años, pero a su vez la reposición y sobre todo el precio del ganado gordo, hizo que todos los eslabones de la cadena tuvieran una rentabilidad razonable. 

Si bien en años anteriores los precios de los granos eran bajos, la relación flaco-gordo estaba más inclinada en favor del criador y hacía que los márgenes de los corrales fueran muy variables, dependiendo de los momentos de venta y de reposición. Eso hacía que las ganancias en el corral de terminación fueran variables, con rentabilidad moderadas a bajas. 

Este año también hubo un cambio en la diversificación de cultivos de la agricultura. La colza pasó a jugar un rol muy importante, y hubo menos disponibilidad de puentes verdes. 

El doble cultivo pasó a tener una presencia más importante en los sistemas, y eso hizo que no haya mucho lugar para la recría de los terneros. 

El índice flaco-gordo fue más favorable para el invernador, pero es una relación sana para que todos los eslabones de la cadena tengan márgenes razonables.

¿Es notoria la menor presencia de puentes verdes en el litoral?

Sí, por los precios de los granos, sobre todo de la cebada y de la colza, porque el trigo no ha crecido tanto. En el litoral-norte el trigo es un cultivo un poco más riesgoso, por la calidad, y no se siembra tanto como en el sur. 

Además hay una tendencia a la siembra de maíz de segunda, que hace que al año siguiente no haya una cobertura verde. Cuando uno hace cebada-maíz de segunda, ese maíz se cosecha en julio o agosto, y ahí ya no hay cobertura y se pasa a una soja de primera. Todo eso hace que las rotaciones no tengan puentes verdes. 

De todos modos, no veo una tendencia a aumentar mucho el área agrícola. Creo que los sistemas siguen manteniendo su rotación con pasturas, con gramíneas, con mayor presencia del maíz, pero es una realidad que han disminuido los puentes verdes.

¿Esto volvió a reducir la presencia de la ganadería en el litoral?

No veo una reducción de la ganadería en los sistemas. Veo una mayor productividad en pasturas. Se ven pasturas permanentes de mejor calidad, con mayor producción de materia seca; y una presencia importante de los corrales. Esto compensa la presencia de puentes verdes para pastoreo. 

Así como no veo un aumento importante del área agrícola, tampoco veo una disminución de la presencia de ganado en la zona agrícola.

¿El 2021 fue el mejor año para el corral?

Hay que ver todas las variables, el precio de la reposición, qué tipo de corral es, si se compraron terneros el año anterior. Pero en general el precio de venta fue muy bueno; en promedio fue un año excepcional para el corral, sin dudas.

¿Cómo vivió el déficit hídrico y las lluvias de los últimos días?

En nuestra zona (Young) la sequía se instaló más sobre diciembre. Fue diferente a lo que ocurrió en el verano del año pasado. En 2020 las represas casi no se pudieron completar, no hubo lluvias de más de 50 milímetros en todo el año y no hubo escurrimiento. Eso hizo que llegaramos a la primavera y verano con el perfil del suelo con muy poca humedad. 

Este año hubo lluvias importantes en julio, agosto y setiembre, se entró mejor a la primavera y, salvo en diciembre y en los primeros días de enero, fue mejor. Las praderas tuvieron un buen inicio de primavera, con muy buena producción, y eso hizo que se llegara a diciembre con mayor volumen. 

Se perdió mucha calidad, la sequía golpeó, se retrasaron las siembras, sobre todo de los maíces de segunda, que no se pudieron sembrar hasta el 12 de enero. Pero la situación no llegó a ser igual a la del año pasado.

¿Cómo ve el escenario para 2022?

El escenario es muy bueno para todo el sector. Es uno de esos años buenos para que el clima acompañe, para poder capitalizar los precios. 

El año pasado no se pudo capitalizar el precio de la soja. Si bien los cultivos de invierno fueron muy buenos en el ejercicio pasado, los cultivos de verano no acompañaron y se comieron parte de la ganancia del invierno.

Este volvió a ser un muy buen año para los cultivos de invierno, para la colza, la cebada y esperamos que el clima acompañe en verano, porque sabemos que el partido para la soja sigue, los cultivos están implantados, con buenas poblaciones, pero esto se define en la segunda quincena de febrero y marzo. 

Si se da un año normal vamos a poder capitalizar estos precios, habiendo tenido una suba importante de los costos. Si la producción es normal el balance será mejor que el del año pasado. 

Para el sector ganadero los precios están muy firmes. Uno no tendría que hacer las cuentas con el novillo a US$ 4,40 o US$ 4,60, pero considerando precios de US$ 3,80 o US$ 4,00 por el novillo tendríamos que estar todos más que contentos, y con una relación flaco-gordo de 1,1 sería saludable, para mantener la rentabilidad en todos los eslabones. 

Hay que considerar que los precios de los granos para los sistemas intensivos este año estarán altos, por la pérdida de rendimiento en los maíces de primera y dificultades de implantación de los maíces de segunda. 

Se espera que los costos de los granos para las dietas sea alto y si el precio de la reposición da un salto, volveríamos a ese margen moderado que tenía el corral en los últimos años.

Si llueve bien podría haber pasto y se dice que el pasto es inflacionario…

Totalmente, eso es así. Y hay zonas del país que ya vienen con tres sequías consecutivas, los campos vienen muy golpeados y con muy poca disponibilidad de forraje. 

En una proporción importante del país la producción de pasto ocurre en primavera y verano, hay que ver qué pasa con las lluvias, pero una parte importante de esa producción ya se perdió. Entonces hay que ver qué pasa con el clima de ahora en adelante.

¿Cómo vio la evolución de la interacción entre ganadería y agricultura en los últimos años?

Es una relación virtuosa, que se estableció después del auge agrícola, que fue hasta 2010 o 2011. El sistema se fue acomodando hacia un equilibrio. 

Ya casi no existen modelos agrícolas puros y todos los sistemas tienen una pata ganadera, con mayor o menor incidencia. 

Pero para los sistemas uruguayos, por las características de los suelos, por la dependencia de las lluvias y por la muy baja capacidad de retención de agua, los sistemas tienen que ser diversificados. 

Además sabemos que la rotación con pasturas es clave para la sustentabilidad agrícola. Así que no veo en los actores una tendencia a dejar atrás la pata ganadera. 

Podrá achicarse en algún porcentaje, pero creo que la rotación con pasturas se mantendrá, así como los granos en los sistemas ganaderos. 

Este año hubo problemas de calidad en la cebada, se abrió el mercado de cebada forrajera para China, con valores atractivos, pero ese grano también se puede usar en el corral. Lo mismo puede pasar con el trigo si hay problemas de calidad.

Y el maíz, con el avance tecnológico del cultivo, así como el aumento y estabilidad de los rindes en los maíces de segunda, hace que haya una disponibilidad de alimento en los predios, donde se complementa muy bien con las pasturas.

¿El uso de los granos es tan evidente en la recría como en la terminación?

Veo que el mayor potencial de los granos está en la recría. Muchos sistemas, como es nuestro caso, se han volcado estructuralmente al corral de recría. Después, la terminación se decide de acuerdo a la coyuntura de precios y demás.

Al tener una menor proporción de área de verdeos o de coberturas, la recría es fundamental en el primer invierno. Además, sabemos que la conversión de granos en peso vivo en esa categoría es mucho más eficiente.

Así que el corral de recría jugará un rol fundamental.

¿Cómo vislumbra el futuro del sector?

Hay una variable que no es menor y es el precio de los insumos, sobre todo de la urea. Si el precio del trigo baja, también baja el de la cebada, porque es la referencia. 

La incidencia del costo del fertilizante es muy alta, sobre todo de la urea, y eso haría que el margen para cultivos como el trigo o cebada se achique mucho. 

Si a eso le sumamos que no se puede repetir colza sobre colza, no queda claro qué porcentaje de doble cultivo vamos a tener. 

Hoy creo que, por la estabilidad y diversificación que aportan los cultivos de invierno, se mantendría el esquema. Esta diversificación es sana para la agricultura, para no depender de un solo cultivo, pero también hay que tener en cuenta que si la urea se mantiene a estos precios y el trigo o la cebada no suben o incluso bajan, habrá que mirar de forma más detenida los sistemas.

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