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¿Cómo analiza el cierre del ejercicio ganadero en términos generales?
Fue un ejercicio muy bueno, muy positivo, a partir de los buenos precios de la hacienda gorda, tanto de vacas como de novillos. El clima fue aceptable, a pesar de una seca que hubo en algunas zonas del Uruguay hasta mediados de enero.
En líneas generales la ecuación ganadera ha sido muy buena, porque el precio final de la hacienda arrastró al precio de la reposición, del ternero, todas las categorías tuvieron altísima demanda.
Lógicamente, cuando sube el precio del ternero también se valoriza el precio de la vaca preñada. Por tanto, el precio final del ganado gordo, tanto de la vaca como para el novillo hizo que toda la cadena se viera muy beneficiada.
¿Esto motivó una mayor inversión de las empresas ganaderas?
Hay una diversidad enorme de empresas ganaderas. Hay sistemas de cría, sistemas de cría con recría, empresas que hacen solo recría, quienes hacen invernada… Pero dentro de ese gran espectro, cuando los precios son favorables y el negocio deja márgenes, lo primero que hace cualquier empresario ganadero es invertir en comida, tratar de producir más alimento, porque es la forma de que el negocio pueda crecer.
Por lo tanto, cuando el negocio ganadero es bueno, y quedan márgenes para reinvertir, el sector es muy propicio a hacer comidas, a arreglar alambrados, a hacer más divisiones, a poner sistemas de agua en sus diversas modalidades.
Este ha sido un ejercicio con muy buena demanda de fertilizantes y de semillas. El negocio en general tuvo muy buen dinamismo y la inversión ha sido muy buena.
¿Nota una mejora en la genética del ganado uruguayo?
La genética es algo de largo plazo. Cuando se preña una vaca y luego pare una hembra, esa ternera será un vientre de cría que va a estar entre 8 y 10 años produciendo. Por lo tanto, cuando hablamos de una mejora genética que sume caracteres para una mejor producción, nos referimos a características de muy largo plazo.
Lo que tiene que hacer todo buen ganadero es disponer de una buena alimentación, de un buen manejo, de una buena sanidad, expresar toda esa genética que tiene en el rodeo, para que resulte en kilos de carne, en vacas preñadas, en kilos de ternero destetado por vaca.
La genética que hay en Uruguay es muy buena, y año a año va mejorando, porque las cabañas y los planteles tienen un trabajo de largo plazo, y esa forma de mejora genética es acumulativa.
Los toros que se venden en remates y exposiciones desparraman esa mejora genética en los rodeos comerciales, y esa es la forma de que Uruguay continúe el camino de tener mejores rodeos, mejores vacas, más eficientes, más fértiles, mejores terneros y novillos, que una vez recriados y engordados tengan el peso final que pide la industria.
¿Cómo ve a la ganadería uruguaya frente a los demás países competidores?
A Uruguay lo veo bien. El país tiene un clima que en verano no es tan agresivo y en invierno, si bien es frío, no tiene nieve. A eso se suma un promedio anual de 1.100 milímetros de lluvia en todo el país. Por lo tanto, el clima y el régimen de lluvias que tenemos es una bendición.
A eso se suma el excelente campo natural con el que cuenta Uruguay, que al ser bien manejado permite producir mucha cantidad de carne, que acepta sembrar leguminosas y gramíneas bajo distintas modalidades, al voleo o con siembra directa, manteniendo el campo natural. Y tenemos infinidad de fertilizantes para potenciar las pasturas.
Por tanto, mirando el clima que tiene Uruguay, los suelos y la base forrajera, diría que el país tiene un excelente potencial para seguir aumentando su producción ganadera, a través de la mejora de pasturas, de un mejor manejo, mejorando las redes y sistemas de agua, para que la calidad del agua en las distintas épocas del año sea suficiente en calidad y cantidad para las distintas categorías de animales.
Así que Uruguay está muy bien posicionado para producir más carne de la que estamos produciendo.
¿Qué le aporta la raza Angus a la ganadería uruguaya?
Angus aporta genética que agrega valor a lo largo de la cadena, comenzando con vacas de buena fertilidad, con altísima facilidad de parto y excelente potencial de crecimiento, ya sea al destete como en la recría y el engorde.
La raza Aberdeen Angus finalmente entrega una carcasa cuyo peso final es más que suficiente de acuerdo a lo que pide la industria exportadora, además de carne de alta calidad, con adecuada grasa intramuscular.
¿Qué expectativas tiene para esta zafra de toros?
Esperamos una buena demanda de toros, en virtud de los buenos precios que hemos tenido, en base a lo que vale un ternero al destete, una vaca de invernada o una vaca gorda.
El mejoramiento genético no puede parar, es una muy buena inversión que hace cualquier ganadero cuando introduce buena genética a su rodeo.
“Uruguay está muy bien posicionado para producir más carne de la que estamos produciendo”
Sería esperable una buena zafra de toros, con buena demanda, en virtud de las muy buenas condiciones que hemos tenido en el negocio ganadero, tanto desde el punto de vista de los precios como desde el punto de vista climático.
¿Cómo prepara Angus su participación en la Expo Prado?
Bien. Con una inscripción de 264 animales. La raza Angus ha venido creciendo en grandes números en los últimos años, con una excelente calidad genética que llevarán tanto hembras como machos a la pista del Prado.
¿Cómo imagina el futuro de la ganadería?
Uruguay está muy bien posicionado, porque produce en condiciones muy inocuas, de muy baja contaminación. Producimos a cielo abierto, podemos demostrar que somos carbono neutro en la mayoría de los casos. Además producimos una carne de altísima calidad, que es lo que el mundo demanda.
Por tanto, creo que la ganadería tiene muy buen futuro, que puede seguir creciendo, con un poco más de inversión en pasturas, con un mejor manejo, sumándole agua a los pastoreos rotativos, y aplicar todos los manejos requeridos para que las vacas se preñen en un altísimo porcentaje.
En este escenario veo muy bien posicionado a Uruguay. Estamos en una región del mundo donde el agua acompaña muy bien a lo largo de todo el año, con esos 1.100 o 1.200 milímetros de lluvias, con suelos que aceptan muy buenas pasturas, naturales o mejoradas.
En la medida que los precios sigan acompañando, la ganadería tiene un excelente potencial de futuro, manteniendo la producción y visualizando muy buenos crecimientos en la cantidad de terneros y de animales que pueden ir a faena anualmente.
¿Cómo vio el año 2021 para el negocio ganadero?
Muy bien, con una demanda firme, permanente, que se fue afirmando a lo largo del año. Hace mucho que tenemos señales de que la carne es un producto que está demandado en el mundo. Y el protagonismo de China en el mercado internacional por el lado de la demanda, y la salida de Argentina y Brasil desde la oferta, nos dieron una mano.
Estoy convencido de que Uruguay tiene un diferencial en el mercado internacional de la carne. Lo que vende Uruguay hoy no tiene nada que ver con lo que vendía hace 10 o 15 años, por la edad de faena, la terminación, por un componente importante de la raza Angus. Es otro producto el que hoy está ofreciendo Uruguay.
El novillo de exportación que se hace en el norte de Argentina, de cruzas cebuinas, no tienen nada que ver con lo que hacemos nosotros. Es un novillo de 3, 4 o más años, con recrías muy largas, que a veces se termina en un corral y otras veces a campo.
Esto no es desconocer las virtudes de la carne argentina, que es excelente, pero hay mucha carne que va a exportación y que tiene ese origen.
De todos modos, la marca Argentina sigue teniendo un gran prestigio en el mercado internacional de la carne.
Sí, pero creo que a fuerza de la calidad de lo que estamos haciendo en Uruguay, en el mundo nos deben de estar mirando distinto. Además, en volúmenes de exportación creo que este año volvimos a superar a Argentina. Así que la oferta de Uruguay también pesa en el mercado mundial de la carne.
¿Qué otros aspectos cree que han evolucionado en la cadena cárnica uruguaya en estos años?
Hace muchos años que venimos dando pasos para llegar a esto. Hace unos días recordábamos con Diego Oribe (presidente de la Sociedad de Criadores de Angus del Uruguay) el primer concurso de novillos para la cuota de la Unión Europea, que posteriormente fue la cuota 481, y eso fue hace 10 años.
Y al mirar las fotos de aquellas carcasas, estoy seguro que las que hacemos hoy en día son mucho mejores. Aprendimos a recriar mejor, aprendimos a alimentar los animales con granos y todavía nos quedan muchas etapas.
La genética todavía no es un componente que se considere fundamental. Si bien la genética en Uruguay es buena, recién ahora se está hablando del marbling o marmoreo, y eso está pasando porque estamos apostando a otros mercados donde esos aspectos empiezan a tener importancia.
El marbling es una característica muy importante, y Uruguay nunca la trabajó porque el productor no tuvo un incentivo para mejorar ese aspecto.
Sin embargo, en estos últimos años hemos escuchado todo tipo de experiencias para tratar de obtener marbling. Se habla de distintos tipos de recría, de días de encierro, pero el factor genético me parece que la gente todavía no lo tiene bien claro, y ese es un terreno donde también podemos crecer.
Si tenemos que hacer una carne con mejor marmoreo, tendremos que darle más importancia a esa característica, que además tiene muy buena heredabilidad.
¿La industria está pagando esa característica o todavía no?
Todavía no. Avanzamos mucho más rápido en la calidad de producto que en el sistema de tipificación, por ejemplo. Estamos con un sistema de tipificación que es relativamente viejo para lo que hoy estamos buscando, y además está teniendo bastantes problemas de ajuste.
¿El 2021 fue el mejor año para el negocio del corral?
Sí, estuvo muy bien. La seca ayuda mucho al corral. Tal vez aumentamos cerca de 10% la eficiencia de conversión al no tener barro.
Pero anduvo muy bien porque los valores de venta fueron muy buenos, la relación flaco-gordo está en niveles históricamente bajos. Es posible que una vez que pasemos esta seca el mercado de reposición se vuelva a dinamizar y volvamos a niveles más equilibrados.
¿Y cómo ve el papel de la exportación de ganado en pie en estos años?
Es bueno, pero como productor de carne de Uruguay sería mejor que actúe lo mínimo posible, para que la mayor cantidad de valor se pueda agregar acá.
De todos modos es una puerta comercial muy buena. La venta de hembras para cría es un reconocimiento a la genética uruguaya. Ahí creo que vendemos un valor agregado, porque una cosa es vender terneros enteros y otra es exportar una vaquilloncita preñada o entorada, que va a ser madre en otro lugar.
¿Cómo vienen los entores e inseminaciones en Curupy del Salvador?
Estamos con la carga ajustada, por lo que se preveía que iba a pasar este verano. Pero venimos casi como en un año normal. Hubo celo, estamos probando los protocolos nuevos de tiempo fijo, los ganados vienen bastante bien, a pesar de la seca.
Esperamos preñeces bastante normales, en los últimos años estuvimos alrededor del 85%, sin hacer destete precoz.
Son buenos campos, los montes andan bien para la cría, y además nuestro rodeo también tiene varios años de adaptación a este tipo de condiciones. Eso ayuda mucho. Hermanar el tipo de ganado con el tipo de campo es importante.
¿Y para el corral que tienen previsto este año?
Tenemos acuerdo con una industria, y vamos viendo la disponibilidad de granos y las expectativas del año, así decidimos si adelantamos o postergamos los ciclos. Terminamos solo ganado propio, novillos y vaquillonas.
¿Qué volumen de ganado producen en el corral al año?
Alrededor de 1.000 cabezas, y tenemos tendencia a producir en el último ciclo, el que empieza en agosto, que en general es el que anda mejor.
¿Qué capacidad instantánea tiene el corral?
Para 750 cabezas. Estamos sobrados de capacidad en el corral. Es una herramienta importante para el resto del sistema, acá los campos son bajos, inundables, y tenemos que compatibilizar todo, la agricultura, la ganadería y tratar de buscar el justo equilibrio.
¿Los granos que usan en el corral son propios del establecimiento también?
A veces tenemos que comprar, pero en general se produce acá.
Usted también administra un establecimiento en Corrientes, Argentina, ¿cómo viene la actividad allí?
Muy complicado, por las restricciones del covid para ir. Hasta en eso Argentina es menos predecible que Uruguay. Ahora que se volvió a complicar la situación sanitaria se vuelve a escuchar todo tipo de historia; no tenés la libertad de movimiento que hay acá.
Además está la seca, las medidas del gobierno, las diferencias entre el cambio oficial y el blue.
¿Y cómo son los números del negocio ganadero en Argentina?
Muy complicados, en este momento es mejor el negocio en Uruguay, claramente.
Volviendo al ámbito local, ¿cuáles son sus expectativas para 2022?
Son buenas. Tengo esperanzas de que por un par de años tengamos un mercado demandante.
La entrada a China con cortes de calidad también es importante, porque se trata de un mercado de un tamaño impresionante. La cuota 481 se redujo bastante, estamos en menos de la mitad.
El escenario es bueno, hay que seguir trabajando en el mejoramiento genético, en avanzar en los sistemas de recría. Es un muy buen momento.
¿Y al aspecto sanitario cómo lo ve?
Hay deberes para hacer. Tenemos que modernizarnos de una vez por todas. Hay temas como la garrapata o la brucelosis en los que deberíamos estar más avanzados para solucionarlos. Internamente tenemos que hacer un esfuerzo grande, para caminar.
Además tenemos que pensar en todo lo que se viene, en certificaciones de bienestar animal, en el uso responsable de productos antiparasitarios. Si no hacemos un manejo racional es muy difícil que después podamos lograr una certificación.
Tenemos que hacer un mejor manejo, para bajar la cantidad de productos que usamos. Estamos todos llamados a poner el hombro: productores, el Ministerio de Ganadería, los profesionales. Hay que remangarse en ese terreno.
Carlos Ojea es criador de la raza Aberdeen Angus, principal de la cabaña La Juanita, ubicada en Roque Pérez, provincia de Buenos Aires, Argentina. Es asesor de más de 20 empresas ganaderas, incluyendo cabañas de varias razas. Una de esas empresas envía a faena 18.000 novillos por año.
En Uruguay Ojea es asesor de cabaña La Milagrosa, criadora de la raza Angus en el departamento de San José, que este año se coronó con la Gran Campeona en la Expo Prado.
Ojea también es jurado internacional de cinco razas bovinas: Angus, Brangus, Braford, Hereford, Brahman y Limousin.
Tiene una amplia trayectoria y gran reconocimiento y admiración de los cabañeros en toda la región. Varias de las principales cabañas de Argentina le confían sus mejores reproductores para que los prepare y presente en la pista de Palermo.
Luego de haber realizado una gran cantidad de trámites y análisis médicos pudo estar presente en la Expo Prado 2021, donde se le realizó esta entrevista.
¿Qué impresión le dejó la Expo Prado 2021?
Me dejó una impresión muy linda, tuvo muy buen nivel. La genética Angus de Uruguay sigue avanzando en el camino correcto. Realmente vi animales muy bien presentados, de muy buena calidad, buena genética, muy bueno el trabajo del jurado, muy bien la organización. Toda la gente de la Sociedad de Criadores de Angus del Uruguay realizó un trabajo realmente impecable. Valió la pena el esfuerzo de todos los estudios, análisis y cuarentenas que tuvimos que hacer. Siempre es un lujo y un gusto estar en el Prado.
¿Cómo se explica el éxito de La Milagrosa en tan pocos años criando Angus? ¡En apenas cinco años ya lleva tres grandes campeones!
Tuve la suerte de arrancar prácticamente de cero con La Milagrosa y realmente me quedé siempre impresionado con la familia Benenati. Carola, Juan, Pedro y Nahuel, y todos los que trabajan en el campo, el nivel de profesionalismo, el culto a los detalles es realmente muy bueno y, aparte, Juan es una persona con una visión muy clara de las cosas.
Cuando hay que invertir en el ganado correcto invierte. Después tratamos de asignar los servicios correctamente. El proceso de recría de los animales me parece que está muy bien, entonces es como que se junta un montón de cosas que hace que los objetivos se logren. Es realmente increíble la calidad de los animales y los resultados desde que empezaron a competir.
¿Está trabajando con alguna otra firma en Uruguay?
Ahora arrancamos un proyecto un poco más productivo en José Ignacio, con La Pasión, que es una cabaña Angus, pero va a ser un planteo un poco más productivo, con el objetivo de hacer carne pero con pedigrí, haciendo algunos embriones. Por ahora la idea de ellos no es competir sino más bien hacer Angus de calidad.
¿Cómo ve a la ganadería uruguaya?
Muy bien. Obviamente Uruguay es uno de los grandes animadores de la producción de carne mundial. En todas las razas veo un gran trabajo y también ayuda el gobierno, que nosotros lo miramos con un poquito de envidia, sobre todo el hecho de permitir las exportaciones de carne.
¿Cómo está la situación de la ganadería argentina?
La ganadería está muy bien. Genéticamente creo que estamos en un punto muy alto, compitiendo por suerte a primer nivel con los más grandes, y eso nos llena de mucha satisfacción. Nuestra carne es muy pedida, muy buscada.
Ahora empezamos de vuelta con un poco de limitaciones para exportar. Espero que esto en breve se arregle, porque los incrementos de exportaciones en la Argentina venían en una curva ascendente, que fue impresionante, recuperando y ganando mercados. Ya habíamos superado incluso datos anteriores.
Está claro que cuando los gobiernos liberan y dejan exportar, enseguida los mercados nos toman como primera opción, y eso realmente es gratificante y nos dan ganas de seguir. Esperemos que esta coyuntura se termine rápido y podamos de nuevo ser un jugador importante en la exportación de carne al mundo.
¿Qué consejos le daría a los criadores ahora que se viene la zafra de toros? ¿Cómo deben seleccionar un buen toro? ¿Qué deberían buscar considerando las características de la ganadería uruguaya?
Es muy simple. Los dos factores de selección más importantes que tiene la genética son la fertilidad y la longevidad. Y eso se elige con mucho cuidado. Hay que ver los aplomos, aparatos reproductivos, funcionalidad de movimientos, circunferencias escrotales. Y en las hembras es importante la calidad de ubre.
Lo más importante es eso; primero que haya corrección y funcionalidad, y después empezar a mirar que los animales sean carniceros, que tengan buenos datos, buenas carcazas.
Creo que la deuda que queda pendiente en toda Latinoamérica, no de un país en particular, es la famosa tasa de extracción. Tenemos todavía tasas de extracción por debajo del nivel mundial. El camino es trabajar sobre la fertilidad y la funcionalidad, sobre animales bien productivos, de buena adaptación a los ambientes.
¿Cómo se imagina la ganadería del futuro?
Me imagino que las generaciones nuevas estarán cada vez más en el campo, y que los campos se van a ir achicando, habrá más dueños con menos hectáreas, es lo que está pasando en el mundo. Estados Unidos es el principal productor de carne del mundo y creo que el 80% o 90% de los productores tienen menos de 200 vacas.
Entonces, imagino una ganadería un poco más intensiva. Si bien se va corriendo por la agricultura, así y todo creo que va a ser cada vez más intensiva. Eso va a hacer que cada persona que se dedique a la ganadería, tenga que ser mucho más profesional.
Hay que mirar cada vez más los datos de producción de un campo, la cantidad de producción por hectárea, los índices de fertilidad, los índices de destete, los índices de crecimiento después de la invernada, el nivel de la eficiencia en la conversión de kilos de alimento en carne. Todo lo que haga que la ganadería se convierta cada vez en algo más eficiente y rentable, porque creo que la familias ganaderas van a tener que vivir con menos vacas en el futuro, porque van a estar los campos más divididos, lo que es natural. El futuro va por ahí, por eso hay que apretar cada vez más la eficiencia.
¿Ve una mayor adopción tecnológica en la ganadería?
Se está ajustando todo el tema de datos y de genómica, que cada vez va a ser más preciso, sin ninguna duda. Lo que tienen que entender los criadores es que esto no es una carrera por datos, sino que cada criador tiene que ver qué mercado quiere abastecer, con qué ambiente cuenta en su campo y qué tipo de vaca tiene, y en base a eso jugar con la información para poder llegar al mejor producto final con sus vacas.
Hay gente que se equivoca y cree que porque son más extremos los datos son mejores, y no es así. Por ahí no se precisa más crecimiento que el que tiene, por ahí no se necesita más leche que la que se tiene, por ahí no se necesita menos peso al nacer que el que ya tiene.
Lo importante es ser profesional, saber hacia dónde se quiere ir, con qué armas uno cuenta. La genética es un poco el combustible y hay que saber cómo combinarlo. Ahí está el profesionalismo del que estamos hablando y que va a ser el futuro de la ganadería.