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En términos generales, ¿cómo vienen trabajando en la División Sanidad Animal?
Estamos trabajando de forma muy mancomunada las tres divisiones: Sanidad Animal, Industria Animal y Laboratorios Veterinarios. Coordinando las diferentes funciones relacionadas con la sanidad y los productos cárnicos, así como con las exportaciones, donde necesariamente tenemos que trabajar en conjunto. Estamos dirigidos por el director general de los Servicios Ganaderos, el Dr. Diego de Freitas. Conformamos este equipo y nos sentimos muy cómodos, trabajando a la par, estando permanentemente intercomunicados.
¿Cuál es el desafío más importante que tiene Uruguay en materia de sanidad animal?
Nuestro desafío son las campañas sanitarias. Sanidad Animal tiene distintos departamentos, y en cada uno de ellos tiene un área de trabajo que va desde la Dirección de Contralor de Semovientes, con lo que hace a la fiscalización; hasta el Departamento de Lácteos, que es todo lo concerniente a la certificaciones y las exportaciones lácteas; pasando por el Departamento de Campo; también por Comercio Internacional; y la Unidad de Epidemiología y Programas Sanitarios.
Esas son todas las áreas en las que tenemos que estar, desde las exportaciones en pie, que ahora están muy fluidas con destino China y Turquía, pasando por las campañas sanitarias; después todo lo que tiene que ver con las fiscalizaciones, la parte documental, que lo hace Contralor de Semovientes y el intercambio de certificados, los protocolos, lo que hace Comercio Internacional, y todos los servicios a nivel de terreno, en los 19 departamentos.
Cada uno cumple interrelacionadamente con las divisiones, así como también con los departamentos de Sanidad Animal. Es una gran red, prioritaria para nosotros, porque es la función que tenemos que cumplir, siguiendo la legislación, los manuales de procedimiento y protocolos.
Todas las áreas son prioritarias y, evidentemente, lo que más se ve es todo lo concerniente a las campañas sanitarias, pero hay mucho trabajo atrás, que no son solo para las campañas sanitarias.
Están todas las negociaciones, las certificaciones, los productos de origen animal que se importan y exportan, todo lo concerniente al Departamento de Lácteos. Son muy robustas las tareas y no podemos dejar nada librado al azar.
Es un trabajo del día a día, y de hora a hora, y es importante hacerlo de la forma más coordinada y organizada posible, para no andar con sobresaltos, que lamentablemente los hay a diario, y hay que tratar de sobrellevar esas situaciones.
Además, se trabaja en el sustento de una salud, en lo que tiene que ver con las vigilancias activas de las enfermedades, tanto como en las pasivas. Esas tareas son todas las que hace Sanidad Animal, para que lleguen animales sanos a la industria, al tiempo que el Dilave hace los análisis correspondientes para certificar la no existencia de enfermedades, y eso nos hace más robustos en la comercialización.
Uno de los temas de mayor preocupación a nivel ganadero es el de la garrapata, ¿cómo están observando esta problemática?
Estamos realizando un censo para tener un estado de situación. La garrapata está dividida en una zona endémica y en una zona libre. Siempre digo que la zona endémica, donde hay presencia del parásito, que se la pone en rojo en los mapas, no es tan roja. Hay grandes zonas de esos departamentos donde no hay garrapata, así como también hay focos en las zonas declaradas libres de circulación de garrapata.
De todos modos, es innegable que hay un avance del parásito, que como cualquier ser viviente se hace más robusto ante el ataque. Algo a tener en cuenta es que todos los años tenemos revancha, y comienza en agosto.
También existen ciertos mitos y problemas culturales, que hacen que se vea el problema. Si bien el problema existe, es real, los datos que está arrojando este censo llamarán la atención.
Es importante tener en cuenta que en la garrapata, así como en otras enfermedades, se tiene que trabajar entre todos. Los productores, veterinarios de libre ejercicio, el Ministerio de Ganadería, los consignatarios de ganado, los transportistas, el Ministerio del Interior. Cuando flaquea alguien, o por otro motivo no sanitario se hacen las cosas de manera incorrecta, evidentemente va a favor del parásito.
¿Cuándo se conocerán los datos de ese censo?
A mediados o finales de julio.
¿Cuál es el aporte que pueden hacer los consignatarios para resolver esta problemática?
Estamos intentando trabajar fuerte con la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) y con los consorcios de remates por pantalla. Siempre digo que son el primer fusible a saltar cuando hay una enfermedad. Días atrás estuvimos reunidos con representantes de las tres pantallas y después el presidente de ACG, Diego Arrospide, me llamó para ponerse a disposición y sumarse al trabajo.
Se entendió que el primer perjudicado por la aparición de una enfermedad es el consignatario. Lo entendemos como una figura fundamental, que tiene que entrar en el sistema y que tiene que ayudar al sistema. Sumando al productor, buscando muy buen asesoramiento veterinario, sumado a los Servicios Ganaderos, dando asesoramiento veterinario y ayudando y castigando a aquel que se desvía.
Lógicamente que el MGAP debe hacer los controles pertinentes, y es importante también el respaldo de la Cámara de Especialidades Veterinarias, asociaciones de productores y comercios veterinarios. Tiene que haber un compromiso de todos, porque si alguien flaquea habrá un beneficio para el parásito y un retroceso como el que se está viendo, no solo en Uruguay sino a lo largo del mundo.
En Brasil hay campos que se vacían completamente porque ya no pueden más con la garrapata. En Uruguay tenemos una ley. A veces me pregunto: ¿qué pasaría si no hubiera esa ley? ¿cómo sería el panorama? Creo que sería mucho peor. Estamos con esta nueva forma de trabajo, que no consiste en trabajar puntualmente, sino por zonas. Detectamos zonas y allá vamos, ayudamos, interrelacionamos con productores, con el personal del establecimiento, con los veterinarios, con los consignatarios, y empezamos a trabajar en la zona. Porque la garrapata no es un problema de un rodeo, es problema de una zona, y la enfermedad es específicamente del campo.
¿El norte es la zona más complicada?
La zona más complicada es la frontera con Brasil, específicamente zonas de Cerro Largo, Rivera y Artigas. Ahí es donde se ha detectado una garrapata más resistente a los principios activos. Pero el censo muestra que son pocos los establecimientos que tienen descontrolada la situación.
Ese descontrol es generado por muchos factores, pero el principal es no recurrir a un buen asesoramiento profesional. Puede ser hasta cultural esa problemática, pero hoy no hay garrapata invencible. Con trabajo, con conciencia, con manejo, usando los principios activos de manera criteriosa, considerando la inocuidad, los residuos biológicos, se puede tranquilamente resolver esta situación.
Tenemos experiencia en Artigas, con cepas multirresistentes se erradicaron. Obviamente que esto requiere de constancia, compromiso, decisión y muy buen asesoramiento profesional.
Hay herramientas con buena resistencia, principios activos que son muy buenos, que usados de manera correcta ofrecen buenos resultados. Está la hemovacuna, hay muy buenos asesoramientos veterinarios, los Servicios Ganaderos están capacitados para dar respuesta rápida. Es solo tratar de comprometerse y trabajar en conjunto, así vamos a avanzar.
Es fundamental tener en cuenta que todos los años la garrapata nos da revancha. Debemos prepararnos de la mejor manera para darle combate cuando ella es débil, en los inicios de agosto. En ese momento debemos empezar con medidas criteriosas y técnicamente sustentables.
¿En qué está la puesta en marcha del Programa de Erradicación de la Mosca de la Bichera? ¿Lo gestionará Sanidad Animal?
El Programa de Erradicación de la Mosca de la Bichera va a estar en la égida de la Dirección General de Servicios Ganaderos. Nunca se paró de trabajar en este tema, están los equipos técnicos, los equipos de presupuestación, el área de dispersión.
El ministro (Fernando Mattos) ya hizo anuncios en la Federación Rural, se está trabajando para establecer una fase de preparación. Estuvimos viendo que se puede empezar con los productores, vamos ver voluntarios para recabar información de terreno, información fácil, que comúnmente lo hacen. La idea es registrar lo que hizo en la consecutividad del tiempo. Eso nos va a dar muy buena información epidemiológica, para mejorar la estrategia.
Estamos finiquitando los detalles mínimos para el equipo técnico. Esta semana estuvimos reunidos con el experto de Estados Unidos, estamos trabajando permanentemente.
Con el tiempo va a ir surgiendo información y esperamos contar con el compromiso de los productores. Insisto en que no hay campaña sanitaria exitosa cuando no hay compromiso de los productores; así fue con la fiebre aftosa.
La estrategia técnica va a ser muy variada, para acortar los tiempos del programa y reducir sus costos.
En un momento se planteó la discusión de dejar o no de vacunar contra la fiebre aftosa, ¿sigue siendo firme la posición oficial en continuar con las campañas de vacunación?
El ministro ya dijo que no está en la agenda la posibilidad de dejar de vacunar. Lo único que se hizo fueron pequeños cambios en este período, a solicitud de una gremial de productores, pero ni se habla de la alternativa de dejar la vacunación obligatoria contra la fiebre aftosa.
¿Qué otros objetivos se plantea en su gestión?
Fomentar el compromiso de todos los actores, que evidentemente redundará en beneficios para todo el país. Disminuir las pérdidas por problemas de sanidad animal, bajar los costos y obviamente seguir avanzando en los diferentes mercados.
¿Con qué mercados están trabajando?
Se han conformado diferentes mesas de trabajo, con diferentes actores del sector privado, como también instituciones, y se formaron equipos que empiezan a trabajar en todo lo que tiene que ver con el inicio de las negociaciones para abrir nuevos mercados.
En estos momentos se está trabajando con Indonesia, Filipinas y Malasia. Además se está trabajando en una auditoría que vendrá a principios de julio desde Brasil. Son varias las tareas, y el MGAP solo no puede, por eso necesitamos del compromiso de todos, que cada uno aporte su granito de arena.
¿Habrá algún cambio en la exportación de ganado en pie, en los protocolos?
No, el protocolo es muy complicado de cambiar. Pueden haber algunos ajustes, pero en términos generales no hay novedades al respecto. Venimos muy bien con las exportaciones en pie, en tiempo, trabajando a nivel de terreno, en los predios de origen y en las cuarentenas, así como en lo que concierne al respaldo laboratorial y documental.
Venimos cumpliendo en tiempo y forma, y no retrasando las exportaciones. Si hay retrasos corresponden netamente a temas comerciales o logísticos, que evidentemente no dependen de nosotros.
Hicimos unos pequeños cambios, que pueden ser considerados grandes, en lo que tiene que ver con la función del MGAP en auditorías, chequeos documentales, trazabilidad, formas de comunicación. Se buscó mejorar y tenemos el beneplácito de que los exportadores notaron ese cambio. Ahora es todo mucho más fluido.