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En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), los ministros de Agricultura de las Américas, dijeron que “el aumento de la inseguridad alimentaria y la situación climática global son dos crisis conectadas que plantean una enorme amenaza al planeta y deben ser abordadas en forma conjunta y urgente”. Así, los jerarcas de América buscan posicionar fuertemente al sector agropecuario en las negociaciones climáticas.
El consenso se plasmó en un documento lanzado en el evento “Abordando la crisis climática a través de la innovación agrícola y el liderazgo en las Américas”, que se realizó en el pabellón Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas en Sharm El Sheik, el balneario egipcio donde se realiza la COP27, y que contó con la participación de ministros, viceministros, y altos representantes de unos 20 países, entre ellos el del titular de la cartera de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos.
En ese marco, los altos funcionarios, Rattan Lal -mayor autoridad mundial en ciencias del suelo y Enviado Especial del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) a la COP27- y el Director General del Instituto, Manuel Otero, realizaron también una advertencia sobre iniciativas y propuestas que desatienden los aportes de la agricultura a la seguridad alimentaria y al desarrollo sostenible y, en consecuencia, pueden generar además de desaprovechamiento de oportunidades un agravamiento de la crisis alimentaria y la situación de vulnerabilidad de las personas más pobres.
El ministro Mattos felicitó a IICA por la recepción que ofreció a los jerarcas y dijo “ocupamos el espacio que en la discusión climática le corresponde a la agricultura. Esto debió haber ocurrido mucho antes porque sin seguridad alimentaria no hay estabilidad política y social y porque el papel de la agricultura es central y fundamental para los países de la región”.
Agregó que desde “hace tiempo percibíamos la necesidad de estar aquí en la discusión, de donde emanan corrientes de opinión pública que son contrarias a nuestros intereses. Tenemos que preservar el derecho a la producción. Somos más que proveedores de alimentos. Tenemos un estilo de vida, tenemos que defender al productor rural. Vienen haciendo un neoproteccionismo mundial con cara de ambiente y eso lo tenemos que discutir en base a ciencia. Reivindicamos el derecho de explotar nuestros recursos naturales en forma sustentable”.
Por su parte el director General de IICA, Manuel Otero, señaló que “transformamos juntos esa gran agenda agroalimentaria del continente en una sola voz. Hicimos juntos un gran esfuerzo y logramos ese consenso. Defendemos que no puede haber sostenibilidad ambiental si no hay seguridad alimentaria. Los agricultores no pueden pagar el ajuste de las transformaciones. Debemos tener zonas rurales prósperas porque sin ellas la ecuación será imperfecta. Estamos dando como región una señal de gran madurez porque dentro de nuestra heterogeneidad tenemos una visión”.
En el documento, que había sido consensuado por ministros y altos funcionarios a partir de un encuentro organizado por el IICA en su sede central de San José de Costa Rica, del que participó el ministro Fernando Mattos y en el que se discutió el papel estratégico del sector agropecuario de la región para enfrentar el cambio climático, los países de las Américas coincidieron en que las COP presenta una oportunidad para resaltar la relevancia, los aportes y las necesidades de la agricultura de las Américas.
En esa línea, los países se comprometieron a continuar fortaleciendo la presencia de los Ministerios y Secretarías de Agricultura, Ganadería y Pesca en los ámbitos de discusión climática nacionales, hemisféricos y globales; con el apoyo del IICA y otros organismos internacionales.
En el texto del documento consensuado, también, se dio respaldo al proceso global de negociaciones climáticas que tiene un capítulo crucial en Egipto y se hizo hincapié en que debe favorecer una transición justa hacia una agricultura más adaptada, resiliente al clima, baja en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y con mayor capacidad para secuestrar carbono.
Estos objetivos, explicaron, deben ser facilitados por mayores inversiones climáticas, niveles efectivos de financiamiento, desarrollo de capacidades y el reconocimiento de que no existen modelos únicos de producción.
Los países de las Américas conforman una región que es una de las principales productoras y exportadoras mundiales de alimentos y, al mismo tiempo, su sector agropecuario, particularmente en el Caribe y Centroamérica, pero también en el sur del continente, es altamente vulnerable al cambio climático.
En ese sentido, en el documento se señala con preocupación que la producción, medios y sistemas de vida, y recursos naturales han sido afectados, lo que ha exacerbado la pobreza y el hambre y ha incrementado inseguridad alimentaria mundial.
Prácticas sostenibles
Los ministros destacaron que la agricultura de las Américas viene fortaleciendo su sostenibilidad desde hace años, incorporando prácticas y tecnologías que tienden a un incremento sostenible de la producción de alimentos, y una reducción de su huella ambiental. “Por esta razón, afirmamos que la agricultura es parte de la solución a la crisis climática”, se lee en el documento.
Señalaron, además, que la transición en curso de los sistemas agroalimentarios hacia una mayor sustentabilidad requiere de esquemas dinámicos y efectivos de ciencia, tecnología e innovación agrícola, que fomenten la participación de la agricultura familiar y de los jóvenes y una mayor equidad de género en los sistemas agroalimentarios.
También la ciencia debe ser la base de las normas comerciales, sostuvieron, y advirtieron que las medidas adoptadas para combatir el cambio climático no deben constituir una restricción encubierta al comercio internacional.
Los ministros llamaron la atención acerca de que los costos y riesgos asociados con el impacto del cambio climático en el agro, así como las inversiones necesarias para la transformación de la agricultura, no pueden ser asumidos en forma exclusiva por productoras y productores. Se deben implementar, por esa razón, programas de financiamiento que consideren los presupuestos públicos, el financiamiento internacional para el desarrollo, los sistemas bancarios y los mercados de capitales.
En el documento, al mismo tiempo, los países de las Américas asumieron el compromiso de fortalecer el desarrollo de buenas prácticas agropecuarias y pesqueras orientadas a la mejora en la gestión del agua, la salud y recarbonización de los suelos, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, el fomento de la bioeconomía y la economía circular, el uso racional y preciso de fertilizantes, el fomento de los sistemas agrosilvopastoriles y otras medidas que proveen beneficios compartidos.
Fuente: MGAP
Australia tiene una gran oportunidad de liderar el fomento de la seguridad alimentaria mundial a través del comercio frente a tendencias y eventos disruptivos, dijo un alto funcionario del gobierno australiano en una conferencia sobre innovación de carne roja en Melbourne.
Chris Tinning es el primer subsecretario adjunto para el acceso al mercado comercial y la división internacional del Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia.
Habló en la exposición de innovación de Australian Meat Processor Corporation después de haber estado un mes con reuniones en toda Europa, incluida la Organización Mundial del Comercio y la reciente reunión del G20 en Indonesia.
“Tengo que decir que es muy refrescante estar en una sala como esta, llena de innovación, de optimismo, pensando en las tendencias futuras, en cómo reaccionamos de manera positiva”, dijo Tinning.
Agregó que en “las salas en las que he estado (en viajes al extranjero) no son así. Están llenas de angustia, porque hay un gran enfoque en las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria mundial y por el clima”.
El funcionario describió que esas preocupaciones sobre la seguridad alimentaria se relacionan con las cuatro C: conflicto, COVID, costo y clima.
El impacto del conflicto de Ucrania, las interrupciones en las cadenas de suministro posteriores a COVID, el costo de vida y el clima, explican esta situación de angustia en la que vive el mundo.
Los problemas globales estaban dando lugar a algunas reacciones a corto plazo y restricciones comerciales de los gobiernos “que no son de nuestro interés”, dijo.
“Así que se están imponiendo muchas medidas proteccionistas en nombre de la seguridad alimentaria, a veces prohibiciones de exportación, a veces prohibiciones de importación, a veces barreras al comercio para ayudar a hacer crecer las industrias alimentarias nacionales detrás de las fronteras”, planteó.
También dijo que hay menos confianza en las instituciones multilaterales que sustentan las reglas que rigen el comercio.
“Como nación comercial, ha sido de interés de Australia que esas reglas estén protegidas, pero los estándares globales que son tan importantes para el comercio, definitivamente están siendo socavados por los acontecimientos actuales, advirtió.
En tal sentido, sostuvo que “hay una gran oportunidad para que Australia desempeñe un papel de liderazgo en esto”.
“Somos una voz para la toma de decisiones basada en evidencia; somos una voz para enfatizar la importancia del comercio; para proteger la seguridad alimentaria mundial; y somos una voz para impedir que los países no puedan intimidar o comprar su camino alrededor del mundo. Respaldar una agenda global es de nuestro interés”, subrayó.
Por eso, reclamó que es importante que el gobierno y toda la cadena cárnica trabajen juntos en un enfoque global.
Tinning también comentó que la angustia por la seguridad alimentaria se desarrolla de manera diferente en diferentes países. “A veces, la forma en que se desarrolla va en última instancia en contra de los intereses tanto del país en cuestión como del mundo. Por lo tanto, poner barreras arancelarias para tratar de hacer crecer una industria alimentaria nacional no suele ser una buena manera de proteger su propia seguridad alimentaria o la seguridad alimentaria mundial, pero eso es lo que está sucediendo en muchos países”, dijo.
“Creo que es de nuestro interés, como nación exportadora, contar la historia de la evidencia a nivel mundial. El comercio es bueno para la seguridad alimentaria y la cooperación”, sostuvo.
Además, consideró que “sería realmente útil para la industria hablar con sus colegas en otros países sobre estos temas, porque en algunos casos eso puede tener una mayor influencia que las discusiones de gobierno a gobierno”.
Visión empresarial
El gerente de calidad y seguridad alimentaria del grupo JBS, Mick Johnson, dijo que el sector australiano de la carne roja, como negocio de exportación, necesita encontrar la manera de sacar el 70% de su producto del país cada año.
“Es crucial para eso que las industrias trabajen en estrecha colaboración con el gobierno, para mantener el acceso al mercado y también abrir nuevas oportunidades”, planteó.
Dijo que la contribución del gobierno sería mantener a los países clientes cercanos comprometidos y modernizar los acuerdos antiguos, y la industria jugaría un papel clave para ayudar a que eso ocurra.
“La forma en que nos movemos en el entorno geopolítico es tener numerosas opciones y buenas relaciones para que podamos comercializar nuestra carne con éxito”, dijo.
Lección en la experiencia de China
Tinning dijo que el gobierno desea garantizar que Australia tenga una diversidad de mercados durante este “tiempo incierto” y se refirió al momento difícil que ha tenido Australia en su relación comercial con China.
“Sigue siendo cierto que algunos productos básicos están bloqueados allí, pero colectivamente, particularmente liderados por la industria, hemos tenido bastante éxito en la diversificación de mercados”, destacó.
Dijo que la participación de China en las exportaciones de Australia ha caído del 29% al 20%, con exportaciones récord.
“Y la ASEAN en su conjunto es ahora un mercado más grande que China, así que creo que es una buena historia”, valoró.
Dijo que China seguirá siendo un mercado importante y que, con suerte, esas interrupciones desaparecerán. “Esperemos que haya una lección allí para asegurarnos de que no dependemos demasiado de un mercado porque las incertidumbres geoestratégicas no van a desaparecer”, sostuvo.
Autor: Terry Sim
Fuente: Sheep Central
El economista agrícola principal del Banco Mundial, John Baffes, fue entrevistado por Japan Times y señaló que el índice de precios de los alimentos elaborado por la entidad ha caído aproximadamente 12% desde su máximo en abril.
“La carne vacuna se está abaratando, lo que brinda cierto alivio económico a los consumidores”, sostuvo.
Los precios de la carne vacuna en Estados Unidos, que generalmente se encuentran entre las compras más costosas en las tiendas de comestibles, están cayendo después de más de un año de aumentos, ya que la demanda de los consumidores por algunos cortes se debilita.
Los suministros están mejorando debido a una mejor dotación de personal en las plantas de faena, y los supermercados están ofreciendo más descuentos en en algunos cortes costosos, según el Wall Street Journal.
Los precios minoristas de la carne vacuna cayeron 0,7% durante el período de cuatro semanas que finalizó el 7 de agosto, en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la firma de investigación Information Resources Inc.
Esa caída se produjo después de que los precios de la carne vacuna cayeran 1% durante las cuatro semanas anteriores, la primera disminución mensual desde junio de 2021.
El suministro total de carne roja en los congeladores disminuyó 1% con respecto al mes anterior, pero aumentó 23% con respecto al año pasado.
El total de libras de carne vacuna en los congeladores disminuyó un 1 por ciento con respecto al mes anterior, pero aumentó 27% con respecto al año pasado.
Los suministros de carne de cerdo congelada cayeron 2% con respecto al mes anterior, pero aumentaron un 20% con respecto al año pasado. Las existencias de panceta de cerdo cayeron 20% respecto al mes pasado, pero aumentaron 53% respecto al año pasado.
Las importaciones de carne de cerdo de China se mantuvieron sin cambios en julio pero se ubicaron muy por debajo de las de hace un año.
China importó 120.000 millones de toneladas de carne de cerdo en julio, sin cambios respecto a junio, pero 65,1% menos que el año pasado. Durante los primeros ocho meses de este año China importó 930.000 millones de toneladas de carne de cerdo, 65,1% menos que en el mismo período del año pasado.
Un nuevo informe de Research Dive muestra que el mercado mundial de productos cárnicos sigue creciendo, a pesar del aumento de las carnes de origen vegetal .
Se espera que el mercado genere ingresos de US$ 387,6 mil millones y crezca 3,95% de 2022 a 2030.
Un informe reciente encontró que se espera que el mercado global de carnes congeladas alcance los $ 27 mil millones para 2030.
“Con la creciente demanda de productos cárnicos listos para comer, con altos valores nutricionales, sin comprometer el gusto y el sabor del producto, se espera que el mercado de productos cárnicos experimente un crecimiento significativo durante el período de pronóstico”, informó Research Dive.
“Además, se espera que la demanda de productos cárnicos congelados, por parte de los establecimientos de comida rápida y los restaurantes de todo el mundo para sus operaciones, aumente aún más el crecimiento del mercado durante el período de análisis”, señala el documento.
También se espera que una mayor adopción de carne procesada entre las personas, debido a sus estilos de vida ocupados, lo que genera oportunidades de crecimiento masivo para el mercado de productos cárnicos durante el período de tiempo estimado.
Por tipo de carne procesada, se prevé que el subsegmento de hamburguesas sea el más lucrativo, y que genere ingresos de US$ 169,700 millones durante el período de análisis, según Research Dive.
Citan la vida acelerada y el creciente desarrollo de múltiples franquicias como predictores para fomentar el crecimiento del subsegmento del mercado durante el período de tiempo estimado.
Por tipo de carne, se espera que el subsegmento de carne de cerdo sea el más rentable y se proyecta que obtenga ingresos de US$ 149.5 mil millones de 2022 a 2030. La carne de cerdo, al ser una buena fuente de proteínas y lípidos y la elección de carne en las cadenas de comida rápida y restaurantes, se espera que impulsen el crecimiento del subsegmento del mercado durante el período de pronóstico.
Se espera que la creciente demanda de alimentos listos para el consumo que están disponibles en forma refrigerada para almacenamiento indefinido impulse el crecimiento del subsegmento del mercado durante el período de análisis.
Por región, se espera que Europa genere ingresos de US$ 142,6 mil millones durante el período de análisis. Se prevé que la creciente demanda de alimentos procesados ricos en proteínas entre las personas de esa región impulsará el crecimiento del mercado.
El Plan Quinquenal del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales, que se publicó en diciembre de 2021, establece los nuevos objetivos de autosuficiencia de China. Esto incluye la autosuficiencia total para las aves de corral y los huevos, el 95% de autosuficiencia para la carne de cerdo, el 85% para la carne vacuna y ovina, y el 70% de los productos lácteos.
Los niveles actuales de autosuficiencia de carnes y productos lácteos de China ya son altos, pero el aumento de los ingresos y la rápida urbanización significan que China está consumiendo más proteínas animales.
Mantener el nivel actual de autosuficiencia requerirá una mayor producción interna. El objetivo de producción de carne de China para 2025 es de 89 millones de toneladas, alrededor de un 15% más que en 2020.
Dados los desafíos actuales de China, abordar la seguridad alimentaria es una tarea ambiciosa. Aparte del potencial de futuros brotes de peste porcina africana, China sigue bajo la presión de otros factores.
China tiene tierras cultivables limitadas, se enfrenta a los impactos del cambio climático y debe mantener suministros de agua sostenibles. Estos factores han dejado la producción nacional de alimentos a la zaga de la creciente demanda .
Uno de los mayores desafíos para los nuevos objetivos de China radica en los insumos como la soja y el maíz. Para aumentar la producción de carne, será necesario producir internamente o importar del extranjero millones de toneladas de cereales forrajeros.
Pero producir más cereales forrajeros en casa entraría directamente en conflicto con el impulso de China para lograr una seguridad absoluta en el suministro de alimentos básicos, principalmente trigo y arroz. Si China reserva su tierra cultivable limitada para la producción de granos para raciones, inevitablemente quedará menos tierra para producir arroz y trigo.
Para hacer frente a la escasez de tierras, el gobierno chino ha impulsado un mayor uso de la tecnología, para estabilizar los rendimientos de los cultivos y garantizar el suministro, como el desarrollo de variedades superiores de soja.
El gobierno se ha acercado a dar luz verde a la comercialización de soja y maíz modificados genéticamente, al tiempo que insta a avanzar en la mejora biotecnológica .
Pero el impulso de China para lograr una mayor autosuficiencia en proteínas y productos lácteos puede eventualmente resultar en importaciones aún mayores de cereales forrajeros para satisfacer la creciente demanda de alimentos para el ganado del país. Esto podría llevar a que los precios mundiales de los alimentos sean más altos y a que China controle una parte más significativa de la alimentación del ganado a nivel mundial.
Un enfoque alternativo es la producción nacional de carne cultivada. Una tecnología relativamente nueva pero controvertida como el cultivo de carne, tiene como objetivo anular a la ganadería tradicional al reemplazar a los frigoríficos con laboratorios.
Si bien aún no se ha otorgado la aprobación regulatoria para la venta comercial de carne cultivada en China, ya se producen y venden otras alternativas, como la carne de origen vegetal .
El gobierno chino ha demostrado un interés creciente en la carne cultivada. En enero de 2022 el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales publicó el plan agrícola quinquenal que, por primera vez, incluía una sección sobre “Creación de alimentos del futuro”, como la carne cultivada en laboratorio.
Si se aprueba para la venta comercial, la carne cultivada en laboratorio puede ayudar a satisfacer la creciente demanda de carne de los consumidores al ofrecer una proteína alternativa que no depende de los cereales forrajeros.
Teniendo en cuenta los muchos desafíos internos de China y los objetivos de cambio climático, la carne cultivada en laboratorio puede verse como una respuesta adecuada para lograr los objetivos de autosuficiencia.
La agricultura inteligente o Agricultura 4.0 es otro enfoque en el que las granjas se administran a través de tecnologías que incluyen Internet de las cosas e inteligencia artificial para aumentar la calidad y la cantidad de bienes producidos mientras se optimiza el trabajo humano.
Estas prácticas ya existen en varias partes de China, como la provincia de Zhejiang, y están respaldadas por las pautas del gobierno chino para promover la tecnología digital.
El uso de agricultura inteligente y tecnología agrícola se cruza con otros planes importantes de China, incluida la modernización agrícola y el esquema de planificación de la red de transporte nacional.
La expansión de estas prácticas podría alentar mayores rendimientos de producción agrícola sin exacerbar los problemas derivados de la urbanización y el envejecimiento de la fuerza laboral rural, al mismo tiempo que respalda los objetivos de autosuficiencia de China.
Queda por ver cómo parte de China puede lograr sus objetivos de autosuficiencia y seguridad alimentaria dados los principales desafíos que enfrenta, como la escasez y degradación de la tierra, la escasez de agua, la contaminación, la salida de mano de obra rural y el envejecimiento.
Además, factores externos como el mayor costo de los fertilizantes también pueden obstaculizar los objetivos de autosuficiencia.
Existe un potencial considerable para implementar soluciones innovadoras y desarrollos tecnológicos para satisfacer la creciente demanda de carne de los consumidores chinos.
Si se otorga la aprobación regulatoria, como se espera, China podría convertirse en líder mundial y en el mayor mercado de proteínas alternativas con el establecimiento de un ‘Silicon Valley agrícola’ para investigación y desarrollo. Pero antes de que se puedan implementar estas soluciones innovadoras, se deben abordar las preocupaciones sobre el costo, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
Autora: Genevieve Donnellon-May, Universidad de Oxford y Hongzhou Zhang, RSIS
Fuente: East Asia Forum.
Se publicó este jueves 3 el Informe del mercado global de carne procesada de The Business Research Company (TBRC) 2022, sobre el tamaño del mercado, tendencias y pronóstico global 2022-2026.
El pronóstico señala un aumento del consumo de varios productos alimenticios procesados. Alimentos congelados, enlatados, cocinados, empacados o modificados en su composición nutricional a través de la fortificación, conservación o preparación de varias formas se consideran alimentos procesados.
La carne procesada brinda varias ventajas, incluido un mejor sabor, un menor riesgo de infecciones, una vida útil más prolongada y un alto grado de portabilidad. Standard Process Inc., compañía de complementos alimenticios con sede en EEUU, publicó en 2020 que los alimentos procesados representan alrededor del 70% de la dieta estadounidense.
Según el análisis, hay un impulso en el crecimiento del mercado de carne procesada.
Se espera que el tamaño del mercado mundial de carne procesada crezca de US$ 614,08 mil millones en 2021 a US$ 691,01 mil millones en 2022, a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 12,5%.
El crecimiento del mercado se debe principalmente a que las empresas reanudaron sus operaciones y se adaptaron a la nueva normalidad, mientras se recuperan del impacto del COVID-19.
Se espera que el mercado de la carne procesada alcance los US$ 976,42 mil millones en 2026 con una CAGR del 9,0%.
Carne vegetal
La carne de origen vegetal es una tendencia clave que está ganando popularidad en el mercado de la carne procesada.
Las carnes de origen vegetal son alimentos elaborados a partir de plantas que pretenden ser un sustituto de las carnes de origen animal, como salchichas, bistecs, hamburguesas, filetes, tocino, nuggets y otras variaciones de las cocinas populares.
Por ejemplo, en diciembre de 2021, ITC Limited, un conglomerado con sede en la India, lanzó productos cárnicos a base de plantas en reconocimiento de la creciente demanda de la India de alternativas a la carne y comidas veganas.
Para comenzar, el ITC presentará hamburguesas y nuggets de origen vegetal con sabor a pollo, que son los dos grupos de alimentos congelados no vegetarianos más populares.
Los principales actores cubiertos en la industria mundial de la carne procesada son Cargill, Tyson Foods, National Foods, Hormel Foods Corporation, Smithfield Foods Inc, Pilgrim’s Pride Corporation, Conagra Foodservice Inc., BRF SA, Foster Farms, JBS SA, Koch Foods, Marfrig, National Beef Packing Company LLC, Sanderson Farms, Marel hf, Perdue Farms, Sadia SA y Danish Crown.
Principales mercados para la carne procesada
América del Norte fue la región más grande en el mercado de carne procesada en 2021 y Europa se ubicó en el segundo lugar. Las regiones cubiertas en el informe del mercado de carne procesada son Asia-Pacífico, Europa Occidental, Europa del Este, América del Norte, América del Sur, Medio Oriente y África.
El informe de investigación de mercado de carne procesada global de TBRC está segmentado por producto en refrigerado, congelado, enlatado o en conserva, mediante el procesamiento en carne fresca procesada, carne cruda cocida, carne precocinada, salchichas crudas fermentadas, carne curada, carne seca, otros, por tipo de carne en aves, res, cordero, cerdo, otros, por naturaleza en orgánicos, convencionales, por canal de distribución en supermercado o hipermercado, tiendas de abarrotes, minoristas especializados, tiendas en línea, otros.
TBRC es una empresa de inteligencia e investigación de mercado que se destaca en la investigación de empresas, mercados y consumidores. Cuenta con más de 200 profesionales de la investigación en sus oficinas de la India, el Reino Unido y los EEUU, así como una red de investigadores capacitados a nivel mundial. Cuenta con consultores especialistas en una amplia gama de industrias que incluyen manufactura, atención médica, servicios financieros y tecnología.
Fuente: NewsWires en base a TBRC.
¿Cómo ve el momento del negocio ganadero?
Lo veo como un momento muy bueno, que va para mejor. Las condiciones internacionales están dadas para que siga mejorando. Se ha dado como una tormenta perfecta al revés. La alineación de los planetas es exacta, para que en materia ganadera al Uruguay le vaya espectacularmente bien. Así que soy muy optimista en el futuro cercano para el negocio de la carne.
¿Los factores principales son una oferta escasa y una demanda creciente?
Hay fuerzas que actúan con largo aliento, tipo maratón, que son muy poderosos, y que no actúan solo en la carne sino en todas las commodities. Actúan por la oferta y la demanda.
Del lado de la demanda sabemos qué está sucediendo. El eje económico del mundo, que primero estaba en Europa, después pasó a Estados Unidos y ahora está en China. Ahí se juega el partido del crecimiento, del dinamismo por el aumento de la demanda.
También lo acompaña el Sudeste Asiático, porque uno habla de China pero no es solo China. Se ve que la población es enorme, que está creciendo y se está enriqueciendo. En la época de Mao también eran 1.000 millones de chinos, pero no consumían nada.
Ahora sí, porque las personas están aumentando su ingreso. Vienen de una situación generacional muy limitada, y tienen una preferencia de consumo de carne vacuna contra otros alimentos. Y eso hace que la elasticidad de la demanda de carne en relación al ingreso sea muy positiva, tres veces más alta que en Estados Unidos o Europa. O sea, cuando alguien en China gana más, le dedica un mayor porcentaje de ese ingreso al consumo de carne, que es tres veces superior al que dedica un estadounidense o un europeo.
Entonces, se está despertando una demanda de China y del Sudeste Asiático por el consumo de proteína animal, y la carne vacuna es para ellos el producto premium. Esas personas son muchas y están entrando a un nivel de consumo de clase media, que tiene preferencia por la carne vacuna, y empiezan a hacer fuerza. Antes era carne vacuna de mala calidad, cortes de bajo costo, pero ahora pagan igual que cualquier mercado por los mejores cortes del animal.
Después hay una tendencia muy clara de la gente a mudarse a las ciudades. En China les prohibían mudarse de las zonas rurales a la ciudad. Era una política para que les de el tiempo a construir la infraestructura, hospitales, escuelas y demás.
Pero a medida que se lo van permitiendo, la gente se sigue mudando a la ciudad. Cuando esa gente vivía en el campo, en su parcela, una parte de lo que consumía lo producía allí mismo, un pollo, un cerdo, un repollo. Pero cuando la gente se va a la ciudad eso se termina. Entonces, la gente consume cada vez más productos comprados, y eso se va a acelerar. Así vendrá otra ola de demanda, por arriba de la que ya venía.
Todo eso es imparable. No hay medida del gobierno que la pueda detener. No es algo que uno pueda quebrar, y está haciendo mucha fuerza en la demanda.
¿Y por el lado de la oferta?
La capacidad de producir más comida es limitada. Vamos a pasar de 7.000 millones de habitantes a 10.000 millones en 30 años, y eso es 50% más de consumo, algo muy violento.
Del lado de la oferta tradicionalmente la respuesta fue el salto tecnológico. Maltus se equivocó cuando dijo que moriríamos de hambre, porque no vio el impacto del salto tecnológico. La capacidad de incrementar la productividad, con conocimiento, con tecnología.
Eso sigue actuando del lado de la oferta, seguimos consiguiendo aumentar gradualmente la productividad, pero a tasas decrecientes. Antes, por ejemplo, la productividad del trigo aumentaba a tasas del 5% anual, hoy está en 1,5%.
Esto es así porque hay límites biológicos. Para dar un ejemplo que todo el mundo entienda: es muy bueno correr 100 metros en 15 segundos, muchos lo pueden hacer; correr esa distancia en 12 segundos es más difícil; en 11 segundos es dificilísimo; pero hacerlo en 10 segundos es excepcional; y hacerlo en 9,8 segundos es prácticamente imposible. Esto ocurre por los límites biológicos.
Lo mismo pasa con la producción. Producir 5.000 kilos de maíz por hectárea lo hace mucha gente, producir 10.000 kilos por hectárea es algo muy bueno, pero llegar a 15.000 kilos es casi imposible.
Por lo tanto, seguimos aumentando la capacidad de producción por hectárea, pero a tasas decrecientes comparadas con el pasado. Eso quiere decir que la oferta se está quedando con menos potencia en el motor desde el punto de vista tecnológico.
La otra forma de producir más es dedicándole más hectáreas. Si los kilos por hectárea aumentan, pero muy modestamente, si consigo meterle al planeta muchas más hectáreas nuevas para la producción, voy a estar ayudando.
Esas hectáreas están entrando en producción y quedan más por entrar, pero la clave es el ratio, la relación entre las hectáreas nuevas y las personas nuevas en el planeta. Esa razón está declinando desde 1960. Son más las personas que llegan al planeta cada año que las hectáreas que se pueden incorporar cada año a la producción.
Entonces, también es cierto que el lado físico del suelo, la cantidad de hectáreas a producción está aumentando y seguirá aumentando, pero más aumenta la población del planeta.
Por el lado de la oferta tenemos un horizonte en aumento, pero a ritmos decrecientes, mientras que la demanda va al galope y a ritmos ascendentes. Eso implica que en 30 años tendremos siempre un mercado de las commodities tenso.
Después tenemos las fuerzas de corto plazo, que actúan arriba de las fuerzas de largo plazo. Estas se alinearon perfectamente.
¿Cómo ve el escenario en los países productores de carne?
Europa y Estados Unidos son grandes productores, pero están en un plan de reducir sus subsidios al agro, porque sus economías y sus sociedades siguen teniendo problemas. Hubo manifestaciones en todos lados reclamando por esto.
Vemos que estos países están subsidiando a los productores, que son los ciudadanos más ricos que tienen, porque un productor agropecuario europeo es millonario. La tierra que tienen, sus Mercedes Benz y sus preciosas casas, valen algunos millones de dólares.
Sin embargo, el Estado le tiene que dar subsidio para la vaca, para el pollo, para el cerdo, para el trigo; y no le dan subsidio al pobre que compra en el supermercado, alguien que no tiene dónde caerse muerto y alquila una pensión. Ese está pagando impuestos para subsidiar al que tiene millones de dólares.
Eso es algo que no se sostiene socialmente y ya se reconoció. El 70% u 80% del presupuesto de la Comunidad Económica Europea corresponde a subsidios agrícolas. Y antes del Brexit la mayor beneficiaria de los subsidios agrícolas era la Corona británica, que al tener muchas tierras recibía mucho dinero. ¿Un pobre tiene que pagar IVA en París para que la reina de Inglaterra se lleve la plata? Son cosas que no se pueden sostener.
En Europa se produce mucho, muy intensamente, con altos paquetes tecnológicos, porque tenían mucha plata de regalo. Una vez que el subsidio empiece a bajar, empezarán a extensificar la producción, levantando el pie del acelerador. Recordamos lo que pasaba con los sobrestocks de carne en Europa, eso desapareció. Entonces, Europa y Estados Unidos están bajando su potencia productiva.
¿Qué pasa con Argentina y Brasil?
Argentina y Brasil son otras dos potencias en producción de carne que están en una situación complicada.
Argentina por sus líos políticos. El gobierno ha mostrado un perfil muy agresivo contra el campo y contra el empresario en general, y nadie quiere invertir allí, y para crecer a mediano y largo plazo hay que invertir.
Entonces, se desmorona primero lo que es de más largo plazo. Los argentinos siguen plantando soja porque ponen la plata hoy y en seis meses ganan o pierden pero son libres de nuevo. Pero la producción ganadera tiene ciclos de varios años.
Así se empezó a desarmar la producción ganadera, los tambos, la producción de leche, por el caos político, fiscal y económico, que no se recupera de un día para el otro.
Argentina, que era un gran productor y exportador de carne, con una imagen internacional espectacular, ya no exporta, no puede hacer contratos porque no puede cumplir.
Por otro lado está Brasil, otro gran productor de carne, que es un país que entra y sale del mercado, porque según cómo esté su demanda interna o consume todo o a veces le sobran cantidades y se transforma en el primer exportador mundial de un día para el otro.
Eso también hace que deje de ser un proveedor confiable para los exportadores, que quieren un volumen y calidad constante cada vez que firman un contrato. Y eso es Uruguay.
¿Y Australia?
Australia es un gran productor y exportador, que tuvo problemas políticos con China por enfrentarla, algo que los chinos no perdonan.
Además de los temas climáticos, las sequías, que también ha pegado mucho. En el mundo se hizo un vacío de oferta de carne de calidad, y ahí quedó Uruguay, en la boca de la baraja.
¿Estados Unidos seguirá ocupando el espacio que dejó Australia en China?
Estados Unidos y China se sacaron las caretas en el gobierno de Trump. Y eso hizo que la parte comercial esté un escalón más abajo de la parte geopolítica.
Cuando hay una guerra los enfrentados no se compran. Cuando la guerra es geopolítica el comercio también sufre, porque no es lo mismo, porque hay riesgos de que en cualquier momento haya una represalia, que uno le ponga aranceles o le frene la entrada al otro.
El comercio quiere comprar y vender sin que nadie se meta en el asunto. Cuando está áspera la parte política, los estados pueden intervenir en el mercado y desbarar cualquier negocio.
¿Qué riesgos corre Uruguay si firma un acuerdo comercial con China?
Un tratado de libre comercio con China es un paso en la buena dirección. Estoy de acuerdo en que China es un país que a veces tiene gestos avasallantes y que además defiende mucho sus intereses.
Por la misma razón que (Julio María) Sanguinetti en su primer mandato dejó a Taiwán, que venía haciendo plantas de silos y teniendo gestos bondadosos con Uruguay, y abrió las relaciones diplomáticas con China.
Aquella decisión fue respaldada por todos los sectores políticos, que la reconocieron como suficientemente sensata y afirmaron que hubieran hecho lo mismo. Por esa misma razón de Estado hay que hacer un tratado de libre comercio con China.
Porque ese mercado quiere nuestros productos, los va a llevar y los va a pagar. Si eso va a suceder, que suceda sin aranceles y no con aranceles. Eso creo que nadie lo discute hoy en el Uruguay.
¿Y qué posibilidades hay en relación a inversiones chinas en Uruguay?
Otro tema distinto es una relación más profunda con China, que a veces ofrece créditos muy importantes para infraestructura. Miraría eso con una lupa muy grande, porque en el pasado hubo experiencias que no fueron buenas.
China puede ofrecer, por ejemplo, US$ 20.000 millones en crédito para construir una central nuclear, un puerto o una red ferroviaria, lo que el país precise. Hay que tener cuidado, porque se ha visto en otros casos que China otorga el préstamo pero se paga a sí misma, porque lleva a su gente a trabajar, lleva los materiales, hasta el portland, no le compra nada a los proveedores locales.
Entonces, queda el país endeudado, queda la obra hecha, pero se encuentran defectos importantes, problemas de calidad significativos.
Y en el medio está el proceso de esa avalancha de personas, que no están adaptadas a esta sociedad, que entran como un choque social, no queda claro que sea beneficioso para el país receptor.
Esos proyectos de infraestructura se pueden hacer de otra manera, con financiación del Fondo Monetario Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, que están deseando prestar, y con ese dinero contratar el servicio que se precise, sin estas condicionantes.
Por lo tanto, en la parte de inversiones diría que hay que tener cuidado. Pero Uruguay ha sido muy inteligente, porque no le da visas a ciudadanos chinos que quieran venir a vivir a Uruguay.
No vemos en ninguna cuadra un supermercadito con una familia china viviendo adentro, como en Buenos Aires, donde están destrozando el comercio local, porque viven con unos costos bajísimos. Se genera un conflicto con la sociedad.
Uruguay ha sido muy cuidadoso con ese choque, porque tiene una cultura y una sociedad madura, que está muy bien que reciba inmigrantes, pero un poco de todos lados, y en dosis bajas, que se vayan integrando de a poco.
Pero si al Uruguay entran 200.000 chinos de un día para el otro ¿qué pasaría? ¿No se generaría ningún conflicto? Creo que sí, porque es difícil que una sociedad como la nuestra lo pueda digerir.
Creo que Uruguay lo ha manejado bien. La prueba es que no le dan visas a chinos para que vengan a vivir a Uruguay, salvo a diplomáticos.
¿Y en términos generales cómo ve el nivel de inversión en Uruguay, tanto local como extranjera?
Sigue siendo bajo. Excepto por la inversión de UPM, que hace un pico, que es una inversión gigantesca, pero no tenemos una de esas todos los años. Cuando miramos el nivel de inversión, tanto pública como privada, seguimos en una tendencia que ha sido casi tradicional en Uruguay, de niveles muy bajos.
Para crecer fuerte mañana tenemos que invertir fuerte hoy. No hay ningún secreto. Para crecer al 7% u 8% anual hay que invertir muy fuerte antes.
Una cosa viene de la mano de la otra. Si la inversión no es tal, el crecimiento no viene. No hay más nada que decir.
La inversión privada es limitada y la inversión pública tampoco está en un pico, por las restricciones fiscales heredades, además del impacto de la pandemia, que requirió de casi US$ 2.000 millones para compensar los impactos.
La inversión es lenta y ese es un problema que Uruguay tiene que atender.