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“En Argentina el largo plazo es la semana que viene”

Entrevista con Darío Colombatto, asesor ganadero en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Contenido exclusivo para socios y suscriptores de ACG.

 

¿Cómo analiza el momento de la ganadería en Argentina?

Es una suma de sentimientos encontrados. Porque en dólares oficiales tenemos precios buenos, tanto para la cría como para el ganado gordo. En las últimas se recompuso bastante el precio. 

¿En cuánto está?

En dólares oficiales el novillo está a US$ 2,60 o US$ 2,70 por kilo de peso vivo. Si queda neto a US$ 2,40 o US$ 2,50 estamos en un buen precio. Y la relación compra-venta se recompuso a favor del gordo, porque estaba muy complicado reponer terneros con el precio obtenido con el ganado gordo. Hasta noviembre o diciembre fue complicado, daba pavor el precio de la reposición. 

En Uruguay se dio a la inversa, la relación es más favorable para el invernador. 

Es así, estuve en diciembre en Uruguay y lo vi. En ese caso pasa a importar menos el costo de la ración, porque la inversión más grande es en la compra del ternero o del animal recriado. Por lo tanto, al tener una ventaja en la compra de la reposición, me importa menos el precio de la ración. 

Siempre las relaciones de precios de compra-venta del ganado tendrán más peso que las variables productivas. 

Todos, en la interna de un feedlot, intentamos cuidar las variables productivas, pero después vemos que en realidad esa es la tercera variable que más impacta en la rentabilidad. Primero es el precio de venta, después el precio de compra y después recién viene la eficiencia de conversión, el precio del grano y esas otras variables.

Volvamos a la situación del negocio ganadero en Argentina; decía que las relaciones de precios han mejorado.

Sí, toda la cadena tiene buenos precios y el consumo absorbe toda la oferta de carne. El consumo interno es fuerte en Argentina, pero ha venido bajando. Hay poca plata en la calle y un contexto económico complejo, con inflaciones del 4% mensual, con alimentos que van en 5% o 6% de inflación mensual. Por lo tanto, cualquier aumento en el precio de la carne, que se dé a nivel del novillo, debería ir hacia arriba, porque todo empieza a aumentar y a impactar en el mostrador de la carnicería. 

 

“Durante años se educó al consumidor diciéndole que la costilla chiquita era sinónimo de terneza, y ese fue un error histórico”

 

Al mismo tiempo, el gobierno intenta bajar los precios por vías ya fracasadas. Con control de precios y prohibiendo exportaciones no estimulas a una mayor producción para que el precio, por la misma oferta, pueda mantenerse. No digo que el precio baje, porque nadie trabaja para que el precio de su producto baje, sino para aumentar la producción para que haya más carne disponible en el mercado interno; en ese caso el precio a lo sumo se mantendrá. 

O, en último caso, como se ha hecho en Uruguay y en otros países, se pueden subsidiar cortes populares, con la venta de los cortes más caros al exterior. 

Y en ese marco, ¿cómo están los números del negocio ganadero?

Depende mucho de cómo lo miramos. La semana pasada estuvimos haciendo análisis económicos en tres campos, comenzando ahora con terneros al destete, y saliendo en marzo del año que viene con un novillo de 420 o 450 kilos. Ese número, con la foto de la semana pasada, da bien. Nos da una tasa positiva, por encima de la inflación. 

Colocamos el precio de compra de hoy y el precio de venta de hoy, fijamos el precio en pesos, asumiendo que de acá a un año ese precio será nominalmente el número más la inflación. Y aún así tenemos una tasa positiva. 

En ganadería sabemos que un ciclo de cría dura al menos cuatro o cinco años, desde que tengo la ternera, la recrío, la pongo en servicio, hasta que llega la parición y el destete del ternero. La ganadería siempre se maneja con plazos de años, pero en Argentina el largo plazo es la semana que viene

Por lo tanto, el número que tenemos hoy es ese, pero la semana pasada era distinto. Entonces, no puedo culpar al ganadero si tiene dudas, porque está invirtiendo a cuatro o cinco años, cuando no le podemos asegurar lo que pasará la semana que viene. 

En este contexto de números positivos, la recomendación es no vender el ternero, darle maíz, porque la mayoría de los ganaderos también produce maíz, que tiene costos importantes para llegar al puerto.

Entonces, en la mayoría de los lugares vamos a empezar una recría pastoril de mucha eficiencia, incluso muchas veces teniendo corral de recría, hasta que haya pasto suficiente. 

Después los animales van a los verdeos de avena o raigrás, y usamos pradera en primavera, tratando de consumir todo ese pasto. Cuando la pradera se va quedando sin nada, entrando al verano, empezamos a encerrar el ganado para la terminación. 

¿Por qué encierran el ganado en los dos veranos y no en los dos inviernos?

La razón es la estacionalidad de precios. Vemos que los mejores precios siempre están entre la segunda quincena de febrero y las últimas semanas de abril o primeras semanas de mayo. 

La mayor zafra de salida de los corrales va de agosto a octubre. Ahí es donde probabilísticamente puede disminuir el precio del ganado. Aprovechamos a vender de febrero a mayo, porque hay gente que no quiere encerrar en verano y hay quienes no pueden hacer recrías largas. 

Al contrario de lo que pasa en Uruguay, en Argentina tenemos el ternero bolita, se faenan animales livianos. Pero eso implica desaprovechar la curva de crecimiento del animal.  

 

En Argentina hay gente que invierte en inseminar vaquillonas con toros campeones y después faena sus hijos con 320 kilos; eso es algo que no tiene sentido”

 

Durante años se educó al consumidor diciéndole que la costilla chiquita era sinónimo de terneza, y ese fue un error histórico. 

Está demostrado que si hago una buena recría pastoril y termino el ganado con 90 días de corral la terneza está asegurada, por más que el animal pese 450 o 500 kilos. 

Y además se paga la genética en la que se invirtió. En Argentina hay gente que invierte en inseminar vaquillonas con toros campeones y después faena sus hijos con 320 kilos; eso es algo que no tiene sentido.

Por lo tanto, con los números actuales, la recomendación es recriar los terneros.

Sí, arrancamos una recría pastoril, que permita tener el mejor margen posible por kilo producido. El costo del pasto es bajo y tenemos buen ingreso por alta ganancia de peso. 

Pero no todos pueden hacer eso. Otros hacen un negocio más financiero. Entran al corral con un animal de 180 o 200 kilos y lo sacan con 320 kilos en tres meses. Rotan el capital más rápido y se hacen antes con el dinero. 

No tengo ningún cliente que haga eso, pero entiendo que es un negocio importante. 

Apuntamos más a modelos con una recría pastoril y una terminación más pesada. Buscamos eso como modelo de estabilidad.

¿Cómo observa el nivel de inversión de los productores en Argentina?

Siempre hay mucho temor. Con todas estas restricciones al dólar y demás. En Argentina si quiero comprar alambre para hacer 5.000 metros, tengo que salir a buscar a 300 kilómetros a la redonda, porque no hay. 

Pero lo positivo es que una vez que el productor ha tenido buenos precios agrícolas y tiene dinero disponible, en su gran mayoría, invierte en el propio establecimiento. Es un tema de conseguir recursos para la inversión, no de falta de interés en invertir. 

También hay problemas para conseguir fertilizantes, herbicidas y demás insumos. Han subido mucho los precios y nos estamos encontrando con dificultades. 

 

“Sería una picardía que esta sobredemanda mundial no se pudiera aprovechar por parte de Argentina”

 

Pero en el universo de productores que visito, que está integrado por productores de medianos a grandes, todos están creciendo, con precaución, sobre todo por la vía de la recría.

También veo que están mejorando las instalaciones de los corrales, que eran muy caseras. Hay inversión en mejora de caminos, en comederos, maquinaria para dar más rápido la comida. 

¿A cuántas empresas asesora y qué cantidad de ganado suman?

En Argentina -sin contar Uruguay, Paraguay y Chile- brindamos servicios a unas 60 o 65 empresas al año. Algunas con visitas anuales, otras semestrales y solo una con visitas mensuales.

En términos de cantidad de ganado, estamos hablando de unas 350.000 cabezas. Esto sin contar a ADP, en Uruguay, por ejemplo, que mueve casi 60.000 cabezas y una paraguaya que produce 40.000 cabezas. 

En Argentina la que más produce llega a unas 40.000 cabezas al año, y hay otras empresas que incluso tienen plantas de alimentos balanceados, que nos contratan para asesoramientos a sus clientes. Eso tiene un efecto multiplicador que es muy difícil de medir. 

¿Cuáles son las perspectivas para la exportación de carne argentina?

Las veo muy positivas, porque me parece que no hay mucho espacio para más intervenciones. 

Las intervenciones han sido muy dañinas en los últimos 15 años en Argentina. Mi impresión es que ya no hay tanto poder de fuego.

Si prohibieran de golpe las exportaciones, nos quedaríamos con carne disponible por uno o dos años no más, porque nadie invertiría en hacer novillos pesados, y al país le faltarían US$ 1.000 o US$ 2.000 millones, que los necesita como al agua. 

 

“A Uruguay lo veo mucho más consolidado”

 

Muchas veces se hacen anuncios de aperturas que después no se concretan, porque hay una letra chica o trabas burocráticas. 

Además, hay muchos puestos de trabajo. Se entendió que la carne en Argentina no la manejaban 100 familias terratenientes, como en su momento se le hizo creer a mucha gente. No estamos en el siglo XIX o principios del siglo XX. Eso cambió.  

Hay mucha más gente en la cadena de la carne de lo que los funcionarios creían. Hay muchas industrias asociadas a la cadena cárnica.

Las perspectivas son buenas, porque tenemos un producto que muy pocos países producen en cantidad y calidad, con estas ventajas comparativas y competitivas. 

Y el mundo sigue sobredemandando carne real. Se apaga lo que se pensaba que era una amenaza inminente como las carnes artificiales porque tiene limitantes tecnológicas, de huella de carbono y producción, como para ser considerados inmediatamente como sustitutos. 

Sería una picardía que esta sobredemanda mundial no se pudiera aprovechar por parte de Argentina.

¿Cómo ve a Uruguay?

Con las dificultades climáticas y de suelos en algunas zonas, a Uruguay lo veo mucho más consolidado. El tema de que esté caro el grano es parte del sistema, y se van acostumbrando a manejarlo. Empieza a haber mucho más registro en los corrales de engorde. 

En diciembre conocí zonas que no conocía, Lavalleja, José Pedro Varela y demás. En esa zona vi sistemas integrados con el arroz, cosas que antes solo veía en Corrientes o en parte de la provincia de Entre Ríos.

Hay una consolidación del modelo empresarial integrado entre la agricultura y la ganadería, que es muy interesante. 

 

“Siempre envidio la apertura de Uruguay a la certificación en los distintos procesos”

 

Y siempre envidio la apertura de Uruguay a la certificación en los distintos procesos. Carne certificada como terminada a pasto, certificación de carne de corral, de libre de antibióticos. Esas certificaciones son parte del futuro. Hoy cuesta certificar y cuesta lo mismo certificar que el margen comercial que te dan, es lo que pasa al principio, pero es una envidia sana, porque en Argentina cuesta un poco más. 

Entre los deberes que tiene pendientes Uruguay está la eficiencia en la cría y recría. Hay que seguir avanzando, los pesos al destete todavía son bajos en general. Y la recría todavía tiene mucho margen para aprovechar mejor la producción de pasto. 

El tema de la recría es bastante recurrente en Uruguay.

Sí, en Argentina también pasa. Mucha gente cree que el feedlot tiene que solucionar todos los temas, y en realidad soluciona la terminación y a veces un período de crecimiento inicial. 

Hay modelos interesantes en Uruguay, que consisten en encerrar los terneros en el primer invierno, cuando no hay crecimiento del pasto. Esas estrategias tienen a veces limitaciones prácticas, pero son modelos muy interesantes y hay que enfatizarlos.

 

“Entre los deberes que tiene pendientes Uruguay está la eficiencia en la cría y recría”

 

Me sucede con empresas en Uruguay, que nos concentramos en el corral y después vemos que la clave está en la recría. Así que es probable que empecemos a avanzar hacia campos de recría, comprando terneros y no novillos recriados. 

Eso nos permitirá bajar el monto de inversión, será un sistema más largo pero tendremos un control nutricional del animal desde los 180 kilos y no desde los 300 kilos. 

En el noroeste argentino (NOA) ya estamos viendo cómo se juntan 10 productores que compran 500.000 terneros. Se van haciendo grandes campos de recría. Hay que considerar esa demanda cuando sale de golpe al mercado. 

En Uruguay tenemos además la demanda de la exportación de ganado en pie.

Eso siempre lo vi como algo positivo, porque le pone un piso al precio que recibe el criador, pero es una presión extra en el mercado, que compite con los invernadores.

Si mejoro mis puntos de recría y mi engorde, sin mejorar el número de terneros totales por vaca, me voy a encontrar con un cuello de botella en cinco años. Es lo que está pasando en Argentina, donde hay 22 millones de vacas y 14 millones de terneros; por lo tanto, hay 8 millones de vacas que no están dando terneros. Hay que aumentar la eficiencia. 

Hay que integrarse con las empresas de cría más eficientes. En la medida que tengo registro de los animales, y eso lo asocio con el proveedor, sé cuál es origen de los animales más eficientes. Por lo tanto, tengo que integrarme con esos criadores de los terneros más eficientes, para que me provean de esos animales todos los años.

“Este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre ganado gordo y reposición”

Entrevista con Daniel Miranda, presidente de la Mesa Nacional de Alimentación a Corral. Contenido exclusivo para socios y suscriptores de ACG.

 

¿Cómo percibe al negocio del corral en este momento?

Con bastante expectativa. Lo que está traccionando son los precios del ganado gordo, por la demanda exterior, y los frigoríficos demandan mucho ganado.

¿A pesar de las subas de precios de los granos y la reposición el corral sigue siendo un buen negocio?

Depende con qué nos comparemos. Los costos son más altos, creo que este año tendremos una relación de precios más tendiente a la media. El año pasado tuvimos relaciones de precios totalmente desvirtuadas. La relación flaco-gordo estuvo casi todo el año por debajo de 1. 

El 2021 fue muy bueno para todos los invernadores, tanto a corral como a campo, pero este año creo que tendremos relaciones de precios más normales entre el ganado gordo y la reposición, acordes a la media histórica.

¿Cómo se dividen porcentualmente los costos del corral?

Históricamente, del total del costo, dos terceras partes corresponden a la reposición y un tercio a la alimentación. El costo de sanidad es mínimo. 

Creo que esa relación histórica se mantendrá este año, pero con valores y costos más altos. 

¿Se va a encerrar más ganado este año?

Es un gran desafío. Después de las 350.000 cabezas de 2021, que fue un número muy bueno, el desafío es mantenerlo.

Todo el sistema debería interesarse en que los corrales trabajen más. Tenemos una extracción de casi 30%, bajó la edad de faena, aumentaron los pesos de carcasa y podemos faenar estos volúmenes semanales, en gran parte, gracias a los corrales. 

Creo que todo el sistema se beneficia de esto. Más allá de la mirada del sector del corral, hay que hacer un análisis general, considerando los beneficios que genera tener más animales salidos de los corrales.

¿Qué tipos de negocios están haciendo en este momento?

Los frigoríficos nos transmiten que la cuota 481 sigue, pero está cada vez más complicada la logística. Se corrieron hasta por 15 días las cargas para la faena en el siguiente trimestre, y eso provocó algunas complicaciones en este último mes. 

China tiene un nicho muy marcado para este producto, algo que ya venía desde antes de la pandemia; recordemos los valores a los que se vendía en el segundo semestre de 2019. Por lo que nos dicen, esos nichos han vuelto y se están atendiendo.

Veremos ahora qué ocurre con el mercado de Medio Oriente luego de la reciente visita oficial.

¿Qué tipo de ganado de corral demanda China?

Hay diferentes programas. Está el clásico, de 90 a 100 días de encierro, hay otros de 150 días y otros de 200 días. 

En China están muy acostumbrados a comprar en Australia, donde estos sistemas están muy definidos, con diferentes productos. China adoptó esas características de consumo y las están demandando en Uruguay.

¿Qué rango de precios se están manejando en los negocios de ganado de corral?

Hay de todo, porque son negocios cada vez más específicos y ya no se maneja un solo precio, como veníamos acostumbrados con la cuota 481. 

Los precios dependen de las carcasas, de los días de terminación. Pero en general se está definiendo considerando el precio semanal del novillo gordo más una prima.

¿De cuánto es esa prima en general?

De al menos U$S 0,30 o U$S 0,35 por kilo, pero después depende del tipo de producto, del interés de la industria, de la uniformidad, entre otros aspectos que pueden llevar a lograr un mejor precio.

¿Al achicarse la cuota 481 también cambian las ventanas de embarque o se mantienen?

El sistema es el mismo. La cuota se achicó a partir del primero de enero. La logística consistía en llegar los primeros días de cada trimestre, o sea, los primeros días de enero, de abril, de julio y de octubre. Pero eso cambió, porque los ganados de enero llegaron antes, y los que llegaron en los primeros días quedaron afuera de la cuota. Vemos que las cargas se anticipan 10 o 15 días.

¿Se siguen firmando acuerdos de entrega antes de encerrar el ganado?

Antes de la pandemia teníamos muchas certezas. El frigorífico hacía sus negocios de carne en el exterior, le pasaba un precio al productor, por tanto volumen, para entregar a los 100 días.

Después, con la pandemia, esas certezas de negocios de exportación de carne dejaron de estar, y los frigoríficos no podían trasladar un precio con anticipación. 

Luego el mercado se empezó a revertir. Hace un tiempo que estamos en un mercado de alza permanente y el productor no se siente a gusto vendiendo a futuro con un precio fijo.

Entonces, se empezó a trabajar con este plus o prima arriba del precio promedio del ganado gordo, dentro de un rango, con un mínimo y máximo. 

También hay otros tipos de negocios, pero este sistema es el que está empezando a agarrar cada vez más fuerza. 

¿Cómo viene trabajando la Mesa Nacional de Alimentación a Corral?

Desde mediados del año pasado venimos trabajando con los ministerios de Ganadería y Ambiente, sobre los temas medioambientales, las reglamentaciones, habilitaciones, refrendaciones y la parte sanitaria. 

Es un grupo de trabajo que viene funcionando bien, que también está integrado por las facultades de Veterinaria y Agronomía, además del INIA. 

¿Qué capacidad promedio tienen los corrales en Uruguay?

De 1.500 a 2.000 cabezas. La mayoría está en el litoral, por la oferta de granos y proximidad a Argentina. Pero en la región centro de Uruguay también se desarrollaron mucho, en departamentos como Florida, Durazno. En Rocha también crecieron los corrales, por la oferta de subproductos del arroz.   

¿Cómo evolucionaron las dietas en estos años?

Cuanto más ajustados son los costos y más altos los valores, tienen que ser más precisas las dietas, para maximizar el potencial de la eficiencia de conversión. 

Ese es el escenario en el que estamos hoy, cuando los precios de la comida son altos también vale la carne, pero hay que afinar muchísimo para lograr las mejores eficiencias. 

En los años que estoy en esto he visto muchos corrales y datos, donde se mejoró la eficiencia de conversión en 1 punto o 1,5 puntos, a través del manejo, del uso de otro tipo de granos. 

Cuál debe ser el límite de la eficiencia de conversión para que cierren los números del corral?

Depende mucho del valor del grano. Pero para tener un sistema que funcione, que sea rentable, debería de estar en 8 a 1 o 9 a 1 (kilos de alimento para producir un kilo de carne) como máximo. Ese ya es un techo alto, pero aceptable para un corral convencional.

En un corral profesional, con mejor maquinaria y tecnología, debería ubicarse entre 7 a 1 o 7,5 a 1.  

¿Cómo está Uruguay frente a otros países?

Entre los países que no usan hormonas, estamos muy bien. En estos últimos años mejoró la tecnología de alimentación, de maquinaria, infraestructura. Se pasó de usar tanques de plástico a comederos de hormigón. Mejoró la eficiencia de conversión. Toda esa profesionalización del sistema aporta su granito de arena a la mejora de la eficiencia. 

A nivel de la región hacemos punta, y a nivel mundial, comparándonos con Australia y Estados Unidos, estamos muy bien.

¿Cómo evalúan la recría? ¿Están llegando bien recriados los animales al corral?

Ahí está el cuello de botella. Mejoraron las tasas de preñez y de destete, baja la edad de faena con la eficiencia que aportan los corrales, pero nos queda la recría. 

La cuota 481 ha hecho que se acelere, pero al no tener la certeza de los corrales, los recriadores analizan muy bien si vale o no la pena darle de comer al ternero en el primer invierno. Ahí deberíamos trabajar, para aportar certeza, que se acelere la producción en ese eslabón de la cadena y le aporte dinamismo a todo el sistema.

Gran polémica sobre la carne en España

El ministro de Consumo llamó a reducir la ingesta del producto para cuidar la salud y el ambiente, y generó duras reacciones del sector productivo, la oposición y hasta del propio gobierno, incluido el presidente Pedro Sánchez.

 

Esta semana, en España, se reavivó la polémica por el consumo de carne. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, inició una campaña contra la alta ingesta de carne, y recibió una rápida réplica del propio presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien confesó que no puede resistirse ante un chuletón.

“A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible”, dijo el presidente socialista, preocupado por evitar un conflicto con el sector ganadero.

Garzón, coordinador de Izquierda Unida, partido asociado a Podemos y al PSOE en el gobierno, había publicado horas antes una serie de tuits llamando la atención sobre el consumo excesivo de carne en España, acompañados de la etiqueta #MenosCarneMasVida.

En un video de seis minutos, el ministro detallaba -con el apoyo de infografías y numerosas cifras- los efectos que tiene el consumo de carne en la salud y el ambiente.

“El consumo de agua necesario para que un trozo de carne llegue a un plato es preocupante. El agua que beben los animales, la necesaria para producir pienso, para transportar la carne o para envasarla, contribuye a acabar con las reservas de nuestro planeta”, afirmaba uno de los tuits.

“1kg de carne -> 15.000 litros de agua”, agregó.

Falso problema

Sus tuits provocaron inmediatamente una ola de protestas, tanto entre la oposición de derechas como dentro del propio gobierno, donde varios ministros mostraron su desacuerdo, encabezados por el responsable de Agricultura, Luis Planas.

El ministro acusó a su colega de crear “un falso problema”, y calificó en una entrevista en la radio Cadena Ser de “profundamente injustas” estas críticas al sector ganadero, subrayando que este solo genera “el 8%” de las emisiones de gas con efecto invernadero del país.

Un “apoyo” que reiteró también el viernes la portavoz del gobierno, María Jesús Montero, que expresó el “reconocimiento al sector cárnico” por parte del Ejecutivo, durante una comparecencia de prensa.

Poco antes, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, había tomado un sentido similar al de Sánchez al abogar por “una dieta que nos permita alternar una ingesta importante bien de proteínas, bien de vitaminas (…) una dieta equilibrada y completa, todo en su justa medida”.

Las declaraciones del titular de Consumo son “irresponsables e impropias de un ministro de España, pues no sólo trata de estigmatizar un producto sino a todo un sector de actividad”, criticó, a su vez, un colectivo de seis asociaciones del sector cárnico en una carta abierta publicada la noche del jueves.

Irresponsable

Alberto Garzón se defendió argumentando que este objetivo de reducción del consumo de carne se incluye dentro del plan estratégico del gobierno “España 2050”, que en su documento explicativo de 700 páginas señala que “numerosos estudios muestran que el consumo de carne en la población española es entre dos a cinco veces superior a la dosis aconsejada”.

También Greenpeace intervino en la polémica criticando en un comunicado la actitud “totalmente irresponsable” del presidente del gobierno, “que se jacta de combatir la emergencia climática y ante una pregunta sobre la necesidad de reducir el consumo de carne, como avala la ciencia, contesta que un chuletón al punto es imbatible”.

En 2020, los españoles consumieron en promedio 49,86 kilos de carne por persona, una cifra al alza en un 10,2% respecto al año anterior, según el último informe anual del Consumo alimenticio publicado el 3 de junio por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El de la carne es el cuarto sector de la industria española, con una facturación de casi 28.000 millones de euros que representa un 2,32% del PIB español, según la Asociación Nacional de la Industria de la Carne en España.

 

 

Fuente: Infobae, en base a agencias internacionales.
Foto: OK diario

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