*Datos proporcionados por el BCU*
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La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) declaró este lunes 6 que los casos de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida popularmente como enfermedad de la vaca loca, identificados recientemente en Brasil, no representan riesgos para la producción de ganado en ese país.
Durante la inspección de rutina previa al sacrificio de los animales, se identificaron dos casos en frigoríficos de Belo Horizonte (Minas Gerais) y Nova Canaã do Norte (Mato Grosso). El hecho generó una alerta en el mercado. Como medida de precaución, las exportaciones a China, el principal destino de la carne de res brasileña, se suspendieron el sábado pasado.
Sin embargo, la conclusión de la investigación señala que se trataba de casos atípicos de EEB, que se desarrolló de forma independiente en animales más viejos. De esta manera, Brasil no debe perder su estatus sanitario como territorio libre de enfermedades.
¿Es seguro consumir esa carne?
La enfermedad de la vaca loca es degenerativa, afecta al sistema nervioso de los animales, pudiendo provocar su muerte. La enfermedad se puede transmitir, no hay cura ni tratamiento y la prevención se lleva a cabo sacrificando a los animales. El consumo de carne contaminada puede provocar enfermedades en los seres humanos, provocando la muerte.
Sin embargo, esto solo ocurre en el desarrollo típico de la enfermedad, cuando se transmite de un animal a otro. Cuando hay un desarrollo espontáneo, debido a la edad de la vaca, como en los casos registrados recientemente en Brasil, no hay riesgos para la salud humana o animal, ya que la patología apareció de forma aislada y fue contenida.
Consecuencias en el mercado de la carne
El mercado financiero reaccionó mal a la noticia. En la primera semana de septiembre, mientras la noticia era incierta y circulaba la especulación, se registró una reducción del 2,5% en el precio de la carne vacuna en comparación con el mismo período de agosto, según el sitio web de investigación Mercado Financeiro.
Con la suspensión de las compras chinas, aunque sea temporal, la tendencia es que la oferta de carne vacuna en el mercado interno de Brasil crezca y los precios bajen. Solo en julio, China importó 91.000 toneladas de proteína animal brasileña.
Para hacerse una idea, la Corporación Brasileña de Investigaciones Agropecuarias estima que el consumo interno fue, en promedio, de 600.000 toneladas de carne vacuna por mes en 2020. Así, el exceso de volumen generado por la suspensión de las compras chinas puede incrementar la oferta en un 15% del producto en Brasil.
Fuente: Tecmundo.
Foto: Jornal Hoje em Dia